Después de la paliza que recibieron todos los partidos de oposición, excluyendo a Dante y su MC que la libró un poco y el PVEM, que ese partido se alía siempre con el ganador, jamás pierde. Y cuando pierde le dan un penalti. Pero la oposición quedó muy dañada. Jamás esperaron los resultados que se dieron, el tren que los arrolló no llevaba ni placa ni fogonero. Lo peor es que, dicen algunos antiguos priístas, no van a dejar el poder en tres sexenios, o sea, 18 años. Las purgas internas de los partidos comenzaron. Inicia la noche de los cuchillos largos y ayer mismo en un programa de Beatriz Pagés, el político Javier Lozano se dio un tirito con Marko Cortés, quien ya se va del PAN y alista maletas para partir, después del fracaso en que cayeron todos. “Es pleito de cúpulas”, dijo AMLO en la mañanera, ya ven ustedes que el presidente en todo está.
Eso motivó que el expresidente Felipe Calderón y el presidente aun del PAN, Marko Cortés, se dieron un-quien-vive en las redes.
FELIPE CALDERON: “La caída del PAN tiene una explicación muy clara: sus dirigentes, especialmente el actual Marko Cortés, se han servido con la cuchara grande. 6 años en la dirigencia y solo cubrió el 39% de representantes de casilla? Qué hizo en 6 años aparte de agandallarse las pluris y las notarías”.
MARKO CORTES: “La explicación para los panistas es muy clara: dejaste completamente sola a Josefina y pactaste con Peña Nieto. Y de pluris mejor ni hablemos, tu grupo sabe muy bien de eso y hasta me las pidieron en 2021 y 2024. Una precisión, solo en el PAN tuvimos una cobertura de casillas del 68% efectiva el día de la elección, ya con la coalición llegamos al 80%, muchos más de los que tuvimos en el 2012. Cuando estés en México te confirmo los datos”.
LAS DEL PRI: Riñas también vienen con Alito Moreno en el PRI. Ese está peor, porque no quiere dejar el PRI aunque ya sea un cadáver. No quiere soltar ese hueso, aunque Alito lo derrumbó hasta el suelo y Dulce María Sauri decía que en su ataúd, del PRI, hay que cubrirlo con la Bandera Nacional, y busca quien lo sepulte, aunque, como dijera León Felipe: “Para enterrar a los muertos como debemos, cualquiera sirve, cualquiera menos un sepulturero”.
Todo esto asemeja al cuadro que pintó Francisco Goya, llamado “Duelo a garrotazos”, obra que se donó al Museo del Prado desde 1881 y ahí se puede ver. Esta pintura ha sido vista desde su creación (1819-1823) como la lucha fratricida entre españoles; en época de Goya las posiciones enfrentadas eran las de liberales y absolutistas. El cuadro fue pintado en la época del Trienio Liberal y del ajusticiamiento de Riego por parte de Fernando VII, dando lugar al exilio de los afrancesados, entre los que se contó el propio pintor. Por esta razón el cuadro parece prefigurar la lucha entre las «dos Españas», que se prolongará en el siglo xix entre progresistas y moderados, y en general en las posturas antagónicas que desembocaron en la guerra civil española (1936-1939).
Otra interpretación tradicional del cuadro ha sido la de dos villanos luchando a bastonazos en un paraje desolado enterrados hasta las rodillas. Independientemente de que estuvieran enterrados, este tipo de duelos se producían en la época al igual que los de caballeros, solo que, a diferencia de estos, las armas eran garrotes y carecían de reglas y protocolo: padrinos, cuenta de pasos, elección de armas.
Así las cosas en el PRI y PAN.
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