A diferencia de las encuestadoras pagadas por el gobierno o por el partido Morena, las encuestadoras independientes coinciden en que la distancia entre la candidata del Frente Amplio y la de Morena se va acortando. Las encuestadoras independientes señalan que la candidata Claudia Sheinbaum mantiene una ventaja que no supera los 15 puntos porcentuales, en el peor de los casos. México Elige realizó una encuesta que dio a conocer el 11 de diciembre. En el rubro “Escenario sobre la elección presidencial rumbo al 2024” los resultados son los siguientes: Claudia Sheinbaum aparece con un 52.2 por ciento de las preferencias. Xóchitl Gálvez aparece con el 41.3 por ciento de las preferencias. Un detalle importante es que ya no se encuentra en juego la candidatura de Samuel García, la cual aparecía con un 10 o 12 por ciento en el mejor de los casos. Por supuesto, el gobierno federal seguirá con su estrategia de doblegar a las encuestadoras a billetazos para que planteen un panorama en el que la candidata de Morena parezca inalcanzable. Para ejemplo las encuestas de La Jornada, las cuales ponen a Claudia Sheinbaum con el 90 por ciento de las preferencias. Y no les da pena publicar esos datos.
Héctor Yunes sabe de lo que habla. Él sí conoció al gordo Duarte y si dice que el exgobernador le soltaba dinero a AMLO habría que creerle
Alguna vez Héctor Yunes contó que cuando iba a Casa Veracruz a ver a Javier Duarte, el gordo gobernador estaba en una sala de juegos, de chanclas, en bermudas, sin bañarse y jugando Xbox, como si fuera un niño ñoño de 12 años. Y es que a veces la edad mental del exgobernador era la de un niño de 12 años. Javier Duarte era, lo presumía en las comidas con sus amigos “periodistas”, el mejor amigo de Peña Nieto. Pero cuando al exgobernador le descubrieron la “abundancia”, Peña Nieto le pintó caracolitos y lo abandonó a su suerte. Duarte pensó que los millones de pesos que aportó para la campaña de Peña Nieto, millones del presupuesto de Veracruz, le garantizaban impunidad infinita. Duarte se dio cuenta del desdén de Peña y quizá por ello, prefirió ver para el otro lado. Por ello tiene sentido lo que Héctor Yunes le dijo a Cuitláhuac García: “Cuitláhuac, qué malagradecido eres con Duarte. ¿Ya olvidaste la Grand Cherokee negra con vidrios polarizados en donde no te cabían ni las ligas de los 400 millones que te dio y por eso tuviste que llevarte 200 millones un martes y regresar dos días después por el resto? ¿También ya olvidaste los 2 millones mensuales que te daba Duarte para que se los llevaras a AMLO? ¿Tampoco has leído los tweets de Duarte defendiendo a tu candidata Rocío Nahle? ¡Qué mal agradecido!”. Si alguien conoce al gordo Duarte, ese es Héctor Yunes. Además, conociendo al “Rey del Cash”, no es extraño que tanto Cuitláhuac García y López Obrador, hayan traficado con sobres amarillos. Que el gordo Duarte niegue la aseveración de Héctor Yunes no tiene ningún valor. El gordo sería capaz de negar a su madre, si eso le llevara beneficios.
¡Qué bueno que madruga señor presidente! López Obrador dice que las cosas estarían peor si no se reuniera a las 6:00 am con su gabinete de Seguridad
Una de las cosas que uno aprende de las desgracias es que cuando alguien nos dice que las cosas podrían estar peor, tiene razón, todo siempre podría estar peor. Por ejemplo, en México, las cosas sí podrían estar peor, pero eso no quiere decir que las cosas estén bien. El presidente López Obrador no se da cuenta, pero en sus conferencias mañaneras constantemente hace un mea culpa. Cuestionado sobre si las reuniones con su gabinete de Seguridad a las 6 de la mañana están dando resultado, el presidente dijo que si no se reuniera las cosas estarían peor. ¿Peor? Para empezar López Obrador, de facto, reconoce que las cosas están mal. Y tan mal que las bandas del crimen organizado han creado su propia forma de gobierno a base de la extorsión. Centenas de municipios y rancherías viven constantemente con la extorsión encima. El precio de el huevo, la leche, las tortillas, la carne, la fruta, las cervezas y otros artículos de primera necesidad cargan un impuesto de extorsión que va a manos de los delincuentes. Lo que ocurrió en Texcaltitlán fue porque los pobladores estaban hartos de pagar el impuesto de la extorsión que incluía pagar por cada metro cuadrado de siembra; ello sin importar si la producción es buena o mal. Pero eso que ocurre en Texcaltitlán, Estado de México, ocurre en cientos de municipios. Y el gobierno federal o sabe. Entonces, si lo sabe, ¿de qué carajos hablan en esas reuniones del gabinete de Seguridad? Esas reuniones sólo sirven para rendir pleitesía al tirano, al gobernante que entregó a su pueblo a manos de las bandas del crimen organizado.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
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