Esta vez también aplica el dicho, "el que siembra vientos cosecha tempestades". El presidente López Obrador, a pesar de conocer el daño que le causa al Poder Judicial, a sus trabajadores y a su autonomía, decidió echar adelante una reforma lesiva, una reforma que vulnera la calidad de la justicia para los mexicanos. Es por ello que muchos mexicanos, sobre todo los trabajadores del Poder Judicial, se encuentran molestos, algunos coléricos. A una semana de dejar la presidencia López Obrador decidió visitar por última vez el estado de Veracruz, donde los trabajadores del Poder Judicial no han dejado de manifestarse. Informados sobre la presencia del presidente en la inauguración del Centro Cultural “Leyes de Reforma”, los trabajadores del PJ acudieron a gritarle su suerte a López Obrador. Cuando el presidente llegó al recinto bajo de su camioneta; iba acompañado del gobernador Cuitláhuac García. Para ese momento ya un grupo de manifestantes se encontraba esperándolo. Apenas lo vieron llegar le gritaron: “Dictador, dictador, dictador”. No paraban de gritarle. El presidente iba a levantar la mano para saludar, cuando una botella de agua voló y apenas la esquivó. Fue un intento de agresión como no se había visto en las giras presidenciales. A una semana de dejar el poder, López Obrador siente el repudio de los mexicanos, el repudio de una clase que no se ha dejado manipular, que ya no cree en sus mentiras. Lorenzo Córdova, expresidente del INE había advertido: “Hoy, frente al riesgo que tenemos de perder lo poco que hemos hecho bien, ese mísero detalle técnico, cuidado con que no despertemos al México bronco y violento”. ¿Será que México está despertando?
Jorge Cedillo Guevara, morenista acusado de haber lanzado botella a López Obrador dice que él no fue. “pondría mi pecho por él”. Pero hay foto de que sí lanzó botellas
El morenista Jorge Cedillo Guevara, exintegrante de Política Regional del gobierno de Veracruz y exenlace distrital de Morena está siendo señalado como el sujeto que lanzó la botella de agua que pudo haber impactado en la persona del presidente López Obrador. En redes sociales circulan fotos en donde se ve que este sujeto, un agitador profesional, pelea con los trabajadores del Poder Judicial que se manifestaban en el puerto de Veracruz frente al presidente de México. Los manifestantes le gritaron a López Obrador: “Dictador, dictador, dictador”. Eso molestó a los morenistas que se enfrentaron a los manifestantes. Jorge Cedillo Guevara reconoce que él arrojó botellas de agua a diestra y siniestra. En su cuenta de Facebook este sujeto trata de disculparse: “Compañeras y compañeros, sé que fue un error el responder de manera violenta a la violencia, la imagen que están difundiendo LA CASA BENITO JUÁREZ SE ENCUENTRA A MIS ESPALDAS por lo que yo no fui quien le aventé la botella al Presidente Andrés Manuel; soy Obradorista, sería el primero en poner el pecho por MI PRESIDENTE”. Por supuesto, como provocador profesional que es, Jorge Cedillo Guevara es responsable del ataque al presidente de México. No basta con que reconozca “que fue un error el responder de manera violenta a la violencia”. El trabajo de Jorge Cedillo es generar violencia y violencia es lo que generó.
“Soy senadora de Morena por Chiapas”, gritaba Sasil de León en bar de Polanco mientras ofendía y amenazaba al personal; terminó tirada en el piso, junto con sus botellas caras
Así cabecea la revista Proceso una nota sobre la senadora morenista en Chiapas: “Sasil De León: opacidad, nepotismo y viajes con cargo al erario. Sasil De León, quien busca la reelección en el Senado, colocó como suplente a su hermana; además, ha sido protagonista de escándalos de corrupción; oculta su patrimonio, y su familia ha ocupados varios cargos públicos”. Pues nos estamos enterando que esta senadora, quien se reeligiera para otro periodo y que aspira a gobernar Chiapas, fue a armar escándalo a un bar de Polanco en la Ciudad de México; el bar se llama Sala de Despacho y tiene karaoke. El periodista Claudia Ochoa relata así la anécdota: “Hay un bar que está de moda en distintas partes de México. Se llama Sala de Despecho. Un karaoke con micrófonos de juguete. El sábado pasado, en la sucursal de Polanco, una mujer llamó la atención por el estado en que se encontraba. Ofendió y amenazó al personal y a otros clientes. Luego terminó en el piso igual que algunas de sus botellas. Nadie la habría identificado, pero en su prepotencia se echó de cabeza: Soy senadora de Morena por Chiapas”. Ya sabemos que a partir del 2024 los morenistas pueden hacer los que se les pegue la gana, pues en este momento están, como dijera el Tío Fide, “en la plenitud del pinche poder”.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
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