¿Quién despertó el sábado 18 de noviembre con ganas de mirar o escuchar el Quinto Informe de Gobierno de Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz? Los informes de gobierno han dejado de ser lo que eran, actos sagrados de la política en los que el gobernante se encumbraba con la enumeración de las acciones que lo justificaban como gobernante. Los informes terminaban con el famoso besamanos al mandatario, con la presentación de parabienes entre los cercanos y la breve claudicación de los opositores. Pero un día Porfirio Muñoz Ledo interpeló al presidente Miguel de la Madrid y a partir de ese momento los informes de gobierno han mutado. Con López Obrador los informes son un exceso, son actos proselitistas en los que se repite lo mismo, lo mismo. Lo que se dijo en 2018 sirve para que se repita en 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023. ¿Para qué un informe de gobierno si el presidente se la pasa en la mañanera anunciando sus acciones de gobierno, algunas reales, otras falsas? Pues tomando ese formato el gobernador de Veracruz decidió presentar su Quinto Informe de Gobierno. Leyó un documento redactado por la novelista Waltraud Martínez Olvera, lleno de ficción, con poca realidad, sin acciones, lleno de promesas y cargado de mentiras. Hablan de reducción de la pobreza en un Veracruz del que siguen emigrando miles de hombres y mujeres que no encuentran oportunidades de trabajo en el estado. Hablan de obra como si no nos diéramos cuenta de que en 5 años la obra pública ha sido mínima, todo gracias que el estado regresa el dinero a la federación, haciendo del subejercicio un crimen y una estrategia de estado. Hablan de seguridad en un estado que es primer lugar en secuestros, un estado donde siguen arrojando cuerpos desmembrados en las carreteras, donde siguen asaltando en las carreteras de la Tinaja y Orizaba. Pero lo que da más tristeza es que a estas alturas el gobernador siga haciendo promesas, promesas que sabe que no va a cumplir. Por eso nadie se levantó el sábado con la idea de escuchar un informe cargado de mentiras.
“Desempolvando los fosfo, fosfo”. Ahí va de nuevo, una campaña dirigida a los descerebrados de las redes sociales
Nadie pone en duda que Samuel García ganó la elección en Nuevo León gracias a su esposa, la influencer, Mariana Rodríguez. La señora de García tiene millones de seguidores en Instagram y en otras redes sociales. Lo suyo, lo suyo, son las fruslerías, las banalidades y el sentimentalismo. Por eso llegó a tantas personas de las redes sociales de Nuevo León, porque las redes sociales están plagadas de imbéciles. A ver, quién en su sano juicio, persona con criterio y una sana autoestima, se hace seguidora de un influencer; peor aún cuando ese influencer tiene maestría y hasta doctorado en imbecilidad. Empieza Samuel García, gobernador con licencia de Nuevo León, su campaña en busca de la presidencia. Al mismo tiempo su esposa, Mariana Rodríguez, desempolva las banalidades del 2020. Sobre el reinició de esa campaña anota El Universal: “Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, precandidato presidencial por Movimiento Ciudadano (MC), publicó en Instagram un reel promocionando al partido naranja. En el contenido audiovisual, se observa a la influencer y presidenta de ‘Amar a Nuevo León’ apagar la alarma de su teléfono, levantarse de la cama, ir hacia el baño, ponerse su chamarra naranja y sus ya conocidos tenis ‘fosfo fosfo’”. Como diría el poeta Joan Manuel Serrat, “qué se le va a hacer, si ha de haber gente pa’ todo”.
Javier Milei será presidente de Argentina; lo quieren los argentinos, que se lo mamen solos. La victoria de Milei es del tamaño del fracaso de Alberto Fernández
15 encuestas previas a la elección de este domingo en Argentina daban por ganador a Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina. Las 15 no se equivocaron. La victoria de Javier Milei es del tamaño del mal gobierno de Alberto Fernández, quien no pudo controlar la inflación ni la presión cambiaria. De hecho, Sergio Massa, el candidato de Fernández, había sido su secretario de Economía. El de Alberto Fernández está considerado como uno de los peores gobiernos de Argentina. Manuel Adorni, periodista argentino anota: “La inflación, la pobreza, el paupérrimo nivel de ingresos, el aislamiento comercial con el mundo y una economía que agoniza son solo algunas de las características de una gestión que por lo triste y penosa, no se podrá olvidar fácilmente”. Uno de los puntos más graves del gobierno de Alberto Fernández ha sido la deuda. Señala Adorni: “Sobre la deuda y la responsabilidad en lo precario de la gestión actual de gobierno cabe aclarar que cuando se tiene en cuenta la deuda del Tesoro Nacional más lo generado por los pasivos remunerados del Banco Central de la República Argentina, Alberto Fernández ha endeudado a la Argentina casi seis veces más de lo que lo ha hecho el gobierno anterior, y un 60% más de lo que lo ha hecho Cristina Fernández de Kirchner en sus dos mandatos presidenciales”. Después de los malos gobiernos siempre surge algún mesías redentor que prometa un cambio. En México ya tuvimos a nuestro “mesías tropical” y miren cómo nos ha ido.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
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