Si de alguna manera se puede resumir este día, se me ocurre que podría ser, guardando la proporción, de manera similar, a esa leyenda de “2 de octubre, no se olvida”… y, puede ser que este domingo, 13 de noviembre, no se olvidará y , no se olvidará, porque es el día en que la clase media mexicana perdió el miedo a manifestarse y se decidió a tomar las calles de las ciudades más importantes del país.
Con el motivo podrá uno estar o no, de acuerdo, pero no se puede minimizar y menos ignorar, la respuesta de la ciudadanía que a pie y en familia, salieron en una mañana de domingo, a demostrar su desacuerdo con la iniciativa presidencial de “dinamitar” al INE.
La Ciudad de México, con un mar agitado de gente, caminando por Reforma en todos sus carriles y banquetas, demostrando la real fuerza ciudadana, con orden, respeto y convicción, porque la gente que fue, SÍ sabía y sí supo a qué fue, porque, en esta ocasión, fue convocada por ella misma, no por un dirigente partidista o sindiaclista que lo citara, lo enlistara, le pasara lista y le diera su lunch.
No hubo pinta de bardas, ni cristalazos, menos agresiones e insultos… No se vio un solo encapuchado haciendo desmanes.
Esos miles, a los que el gobierno capitalino contabilizó, de manera absurda y ridícula, en 10 o 12 mil participantes, lograron construir una imagen imposible de borrar de las mentes de un México dividido y encolerizado por un mensaje lleno de odio y rencor.
La razón de asistir es clara: Nadie puede quedarse sentado e indiferente ante los calificativos o más bien, descalificativos, que cada día se profieren en su contra.
Además de cero desmanes, esta marcha ciudadana dejó a su paso una gran derrama económica en restaurantes y tiendas ubicadas en las inmediaciones de la ruta trazada por donde corrió el “río de gente” que, por cierto, a quienes también les benefició, fue a los vendedores ambulantes de sombreros, paraguas y antojitos diversos, ya que vendieron toda su mercancía.
No se puede omitir, que se notó la falta de experiencia en la organización, pues, a falta de los líderes de partidos y sindicatos que condujeran a sus huestes, la presencia fue individual o familiar y, obvio, no hay experiencia en marchas y plantones, porque eso, ha sido de la exclusividad de la izquierda, hoy gobierno.
Similar a la gran capital, se vieron marchas por más de 40 importantes ciudades de México, así como de Madrid, Barcelona y algunas ciudades del Estados Unidos.
En Xalapa, nuestra bella ciudad capital, pudimos ser testigos de una gran manifestación ciudadana, que marcho desde el Teatro del Estado hasta la Plaza Lerdo, viéndose pletórica de gente y vibrante del patriotismo que se dejó escuchar con las notas del Himno Nacional.
Muchos amigos y conocidos marcharon a la par de muchos otros desconocidos, con los que hoy hermanaron en el reclamo cívico y, la verdad, sí se enchinó la piel ante la movilidad ciudadana y la emotividad del “Mexicanos al grito de guerra…”, con el posterior “Viva México”.
Así pues, ahí queda, a mi parecer, para el registro de la historia, este 13 de noviembre, como el día en que la clase media, perdió el miedo a manifestarse y tomar la calle y, una vez que han aprendido el camino, hay que estar atentos, porque esta movilidad, quien sabe a donde vaya a parar. |
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