Habrá muchas voces que hablaran del formato del Segundo Debate entre candidatos a la presidencia de la república… A mí, en lo personal, me parece que se desaprovechó la oportunidad de tener una mejor exposición en la cual los aspirantes, pudieran mostrarse más con los pies en la tierra.
Por el contrario, me parece que la conducción del debate fue favoreciendo una sobreexposición del tema y, particularmente, una sobre exhibición de los “moderadores” que hoy no lo fueron, por sus ansias de transformándose en los protagonistas.
El tema, de origen muy interesante, lo fueron moldeando hasta convertirlo en redundante.
Y, en varias ocasiones, los “protagonistas, que solamente , debieron ser moderadores, favorecieron las “cantinfleadas” de López Obrador, particularmente el momento más corriente cuando AMLO sacó su cartera … lástima que Anaya no tuvo tiempo o reflejos suficientes, para contestarle con otra vacilada como que “NO valdría la pena si solo trae, como dice, un Sor Juana”.
Lo cierto es que los candidatos, en su mayoría, coincidieron en hacer planteamientos que más parecieron un costal de buenas ocurrencias, porque NO dejaron bien claro el cómo se debe de atender y resolver la problemática.
No cabe la menor duda, cuidaron mucho sus palabras en la búsqueda del voto.
Algo que se debe reconocer es el intento por mejorar los debates y, eso es plausible, ahora hay que cuidar los ingredientes, para evitar que luzcan (hablen) más los moderadores que los candidatos y, también, que esos moderadores, NO confronten con apasionamiento a uno o a dos candidatos y a otro, le den cancha libre.
La pregunta obligada es quién ganó el debate.
Como respuesta presento dos opciones:
En propuestas: Meade, Anaya, López y, Rodríguez, en se orden.
En protagonismo: los moderadores.
Nota aclaratoria: En el medio periodístico hay una regla no escrita cuando se dice que “perro no come perro”, en referencia a que NO hay que criticarse entre colegas, por el simple hecho, de estar en tribunas diferentes… Sin duda, hoy, ha nacido la excepción.
Y, es, gracias a los “protagonistas”, que olvidaron que debían de ser, solo, moderadores.
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