En contradicción de lo que pregonan en su proyecto de poder a todos los niveles, auto asumiéndose como el cambio verdadero, los distintos, los mejores, ejemplo de valores, de principios y practicantes de una especie de mandamientos que los hace jurar que no roban, no mienten y no traicionan, en la SEV, desde el titular hasta niveles medios, están en una ruta diferente, irregular, tradicional, abusiva, soberbia y futurista electoralmente. Ya va a cumplirse medio año que en forma unilateral, de facto, ilegal e inhumana el Secretario y su oficial mayor retuvieron, secuestraron, los salarios, incluidos aguinaldos, de decenas de trabajadores al servicio de esa Secretaría. La clave del debate y acciones tejidas alrededor de estos hechos consiste en tener claro que no cuentan con facultades para tomar esas medidas y que están violando derechos laborales, humanos y constitucionales. Al hacerlo de esas maneras arbitrarias surgen varias hipótesis: ignorancia o prepotencia. Yo creo que se pueden actualizar las dos.
Esos actos de autoridad no incluyeron notificación, requerimiento o apertura de algún expediente administrativo. Los realizan de facto, se podría decir popularmente que los hacen "por sus pistolas". No garantizan los derechos de petición y audiencia. Reciben los documentos donde se solicitan respuestas y aclaraciones pero no los contestan. Niegan el imperio de la ley y el debido proceso. Es algo sorpresivo tal nivel de irregularidad y abuso. Hacen polvo la relación laboral y colocan en absoluta incertidumbre a los trabajadores afectados. Que más: cerrazón absoluta del titular de esa secretaría, siendo omiso y grosero hasta con representantes populares de su propio partido político; trato infame a los sindicatos, que igual lo toleran por usos y costumbres; condicionamientos vulgares para liberar los pagos. No hay que obviar que están cometiendo delitos, lo cual los convierte en presuntos delincuentes. La conclusión es que actúan en la absoluta discrecionalidad y abuso de poder.
Lo sabe el Gobernador Cuitlahuac, y lo tolera, no da respuesta tampoco a peticiones respectivas; el también niega derechos constitucionales. Al parecer su idea de algo nuevo no va más allá de los rollos, las proclamas y el culto a la personalidad. Su conducta al respecto está muy por debajo de cualquier gobernante veracruzano del pasado. Estos problemas siguen siendo una prueba de coherencia, de compromiso y decencia del Gobernador y sus funcionarios. Si no pueden, saben o quieren respetar las leyes y a los trabajadores, su sonrisa será mueca, su rostro máscara y su dicho será mentira. Lo qué tal vez no vean ni entiendan ahorita es que el poder es pasajero y que, tarde o temprano, tendrán que rendir cuentas.
Un cuestionamiento razonable preguntaría los motivos de este proceder tan oscuro e irregular de la SEV, si es tan obvio que violan las leyes y atropellan derechos laborales y humanos; si están procediendo con vileza y crueldad, no importando los daños y perjuicios a los trabajadores y sus familias. Alguien dirá que se debe a su incompetencia, otros que a la soberbia; ambos tienen razón a mi modo de ver pero deben sumarse esos y otros factores en los verdaderos o más influyentes motivos de esas conductas de protagonismo del "profesor Zenyazen". En realidad todo eso es un pretexto para presentarse como una especie de justiciero, en una campaña de supuesta limpia de la corrupción. Es una operación política futurista, en la idea muy adelantada de que el puede ser el siguiente candidato a la gubernatura de Veracruz. Parece algo descabellado, sin embargo, lo ilógico de su conducta, su frívolo protagonismo pero sobre todo sus afirmaciones en corto hacen verosímil ese propósito. No le importa lastimar a la gente, trabajadoras con veinte o más años de antigüedad, auténticos maestros y Doctores. Todo con el fin de seguir escalando políticamente. Algo tiene que ver su perfil limitado en ese comportamiento. Es público que nunca habla de Educación,
sus temas son las denuncias mediáticas y los escándalos. Así considera que se posiciona en el imaginario de su gobernador y la sociedad veracruzana.
Estamos ante una situación inédita, atentatoria de los más mínimos derechos laborales y humanos. Son situaciones en que hay que acudir a las leyes y tribunales con la dignidad suficiente. Se requiere alta moral y la solidaridad de los pares y las familias. Debe darse la lucha para resolver y quitar la careta de estos personajes menores que si roban, mienten y traicionan.
Recadito: así sea lo último que haga en la vida me voy a encargar de que haya consecuencias y sanciones de todo tipo, especialmente morales, para los delincuentes de la SEV.
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