De vez en cuando escribo sobre Xalapa, con el romanticismo o el realismo crítico que determinan los asuntos a tratar. El ánimo siempre es constructivo y con visión ciudadana. No hay afanes de política partidista ni pretensiones de grupos de interés. Es bueno dejarlo claro. Todo es con buena fe. Las opiniones, críticas y propuestas serían ociosas si no van acompañadas de acciones y compromisos concretos. Se busca alentar la conversación pública sobre las cualidades y retos de Xalapa. Uno siempre desea y confía en que lo que se dice llegue a las autoridades municipales, las que toman las decisiones; que tengan la sensibilidad de escuchar y tomar en cuenta los diversos puntos de vista. Se podría hablar de los problemas de fondo de Xalapa, más bien siempre se deben abordar con mirada actualizada. Es una necesidad ciudadana. Pero por hoy quiero referirme a dos realidades que significan las mayores cualidades de nuestra entrañable ciudad, que le dan su personalidad y son extraordinarias oportunidades de desarrollo social y de calidad de vida: las áreas verdes y el nivel cultural. Tenemos un amplio número de parques, plantas en los camellones de las avenidas y jardines en las casas. La altura, lo verde y el clima están estrechamente relacionados. Disfrutamos un clima templado que es de lo mejor qué hay en México. Ese clima influye en la forma de ser y las actividades de los xalapeños. Cualquier ciudad de Veracruz sería afortunada si contará con parques como el del cerro de Macuiltepetl o el de Los Tecajetes. Los tenemos en Xalapa, y varios más de condiciones relevantes. Además de su mantenimiento hay que aprovecharlos mucho más, difundirlos, realizar actividades, convocar a los estudiantes y realzarlos al máximo. Implican una política pública especial, operada por profesionales sobre la base de un presupuesto suficiente. Debe orientarse el interés de la población y visitantes hacia todos los parques, que no sean únicamente los más conocidos. La cultura y la educación son otras de las máximas fortalezas de Xalapa. Venimos de una arraigada tradición cultural, tenemos fama de ser la Atenas veracruzana. Contamos con museos, galerías, foros, salas, auditorios y librerías; realizamos abundantes actividades culturales todos los días, con una oferta deslumbrante. Afortunadamente los Alcaldes han tenido la visión de poner a funcionarios adecuados al frente de los trabajos culturales. Agrego que a la política pública respectiva se debe acompañar de un presupuesto suficiente. La esmerada atención de lo verde y la cultura es para el uso y disfrute de los xalapeños y sus visitantes; su manejo sustentable y con visión trae y traerá mayores beneficios a la ciudad: turismo, derrama económica y mayor prestigio. Incluyo a la educación como otra de nuestras cualidades pues contamos con algunas de las escuelas más antiguas de México, como son la Escuela Normal y el Colegio Preparatorio. A ese dato histórico y actual agreguémosle que somos sede de la Universidad Veracruzana. Somos por lo tanto una ciudad estudiantil, vital en ese sentido. El Ayuntamiento debe estar abierto a las inquietudes, reflexiones, aportes, propuestas y participación de la ciudadanía. Con el vigor de la gente Xalapa podrá seguir siendo la ciudad que nos encanta.
Hago un apunte en corto sobre el carácter estudiantil, por tanto, juvenil de Xalapa. La hace una ciudad alegre y deportiva. Su juventud estudia, se ejercita y divierte. En general dotan de vitalidad y luminosidad a Xalapa; nuestra juventud también nos plantea retos de seguridad y orientación de vida. Hay que estar alertas sobre la seducción de conductas irregulares o delictivas. Desde el Ayuntamiento, en conjunto con otras instituciones y niveles de gobierno, se debe trabajar con políticas, programas y presupuestos suficientes para atender a nuestra juventud. Las tradiciones, valores y personalidad de nuestra ciudad no se transmiten en automático o por inercia; siempre hay que trabajar en ello.
Recadito: un aplauso a iniciativas como la de la feria del pambazo.
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