URIEL FLORES AGUAYO
Somos una ciudad grande en un municipio pequeño. En una misma ciudad conviven al menos ocho distintos tipos de ciudades. No somos una población homogénea, de inicio en las condiciones habitacionales. Por supuesto tenemos rasgos comunes que nos dan identidad en lo general. Nuestra historia nos define y muestra en un estilo de vida en sentido amplio, con personalidad determinada. No podríamos hablar de xalapeños de primera o segunda en tanto las mejores condiciones de vida en unos y otros sea producto de su trabajo. Esa clasificación procede cuando es resultado de la ausencia de derechos y de Gobierno. Lo natural es parejo, es la base del tipo de comunidad que somos. La altura de la ciudad, su clima y su abundante verde son de todos. Nos igualan. El desarrollo histórico y cultural, así como las posibilidades económicas, dan tono y perfil a la sociedad local.
Registro, al menos, ocho zonas perfectamente distinguibles en la ciudad y el municipio que podrían considerarse ciudades diferentes. No es un concepto teórico con sustento técnico, es la observación directa del tipo de zonas habitacionales que dan forma a XALAPA como ciudad y municipio. Mi clasificación es empírica y experimental para darnos una idea de las características más reales y concretas de lo que es XALAPA. Invito, aprovechando, a los estudiosos del tema, a los grupos de la sociedad civil relacionados y a los políticos a aportar sus opiniones y propuestas al respecto. En mi lista de micro Xalapas inicio con el centro histórico, continuó con los barrios antiguos, las unidades de interés social, las zonas medias, las Animas y Monte magno, las colonias populares, las zonas marginadas y las congregaciones. Menciono algunos ejemplos: entre los barrios antiguos podemos señalar al Dique, San Bruno, San José, etc.; entre las unidades llamadas de interés social se deben incluir a las dos o tres del Infonavit, la del Fovissste y las del IPE (Jardines de Xalapa y XALAPA 2000); las colonias populares serían como la Revolución, la Progreso, la Veracruz, Casa Blanca, etc.; las zonas marginadas están en las reservas territoriales y en terrenos irregulares; podríamos hablar que quedan unas cuatro congregaciones realmente separadas de la mancha urbana.
Esa diversidad habitacional también es social por supuesto. Avanzar en igualdad social tiene que ver con lo que resulte del Estado y el País, de las políticas económicas, la promoción del desarrollo y los presupuestos. Los alcances de la autoridad municipal son menores y tienen que ver con servicios, básicamente, algunas gestiones y programas específicos. Sin embargo, en su ámbito puede y debe hacer más. Como respuesta a la ciudadanía y como compromiso democrático. También es cuestión de liderazgo, iniciativa y convicción. Ediles comprometidos y con visión amplia pueden hacer un gran servicio al municipio. Creo que el Cabildo pesa poco en la vida pública de XALAPA porque opta por la lejanía y el confort.
El ideal realista, vuelto promoción democrática, electoral y de amplia participación ciudadana, es que seamos partícipes activos y conscientes de un proceso duradero de homogeneidad xalapeña. Que aspiremos a ser una sola ciudad en lo que es posible y obligado. Que haya las mismas condiciones de acceso a servicios públicos en general, a la seguridad ciudadana, al transporte, a las actividades culturales, al desarrollo familiar, a los parques, a sitios con internet gratuito, etc.. La idea es que cada vez más seamos una sola ciudad en función de derechos. Este planteamiento puede prescindir de partidos políticos, aunque también deben hacer un esfuerzo de estudio, diagnóstico y compromisos si quieren ser útiles; las consideraciones expuestas no requieren adornos supuestamente ideológicos porque está más allá de ocurrencia y poses de la izquierda y la derecha, si existieran.
Recadito: encuentro en calles y banquetas folletos donde informan de algo que no se entiende.
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