Uriel Flores Aguayo
Vive en un fenomenal error o una profunda confusión quien crea que lo que pasa en la política mexicana es algo nuevo. Todo lo que estamos viendo ya se vivió en México y en el mundo. Desde luego con grados y diversos personajes; sin obviar el colorido de rigor. Nuestra historia es de caudillos que simulaban ser institucionales y democráticos. Hemos tenido monarcas casi siempre, la excepción fueron los tiempos de la transición que derivó en una vuelta al pasado. Hubo partido de Estado y hegemónico, Estatismo económico, presidencia imperial, partidos comparsa, culto a la personalidad, pensamiento único, escasos derechos, represión, mínima sociedad civil, etc.. Todo eso acabó por sucumbir ante la globalización y la pluralidad real de nuestra sociedad. La restauración en curso vivirá poco o será de fachada. La concentración de poder es un obstáculo para el desarrollo social y el progreso. No tiene futuro. Se trata de un autoritarismo desfasado de la marcha del mundo, destinado al fracaso. Es una pérdida de tiempo. |
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