En el mes de mayo de 2018 Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción, MCC, publicaron que la administración de Javier Duarte transfirió más de 3 mil 600 millones de pesos a una red de empresas fantasma a través de distintas dependencias, entre ellas las que encabezaron cinco diputados federales, exfuncionarios del gobierno de Javier Duarte, en el que ocuparon altos cargos en dependencias de Veracruz desde las cuales se hicieron pagos millonarios a empresas inexistentes. Por consiguiente los funcionarios aprovecharon bien, hicieron su “guardadito”, se hicieron también millonarios. Gracias a su fuero como legisladores en ese momento, a sus habilidades y relaciones, no se pudo proceder en contra de algunos de ellos.
Los escándalos de un buen número de integrantes de la era Fidel-Duarte, conocida como la “docena trágica”, fueron mayúsculos en diversos sentidos. Fruto de la fortuna acumulada como funcionarios, cuando menos diez de estos adquirieron propiedades en el exclusivo complejo residencial The Woodlands, ubicado en el condado de Montgomery, muy cerca de Houston, Texas. Entre el selecto grupo de “servidores públicos” que se hicieron de una “casita” en ese lugar, ha sido señalado Adolfo Mota Hernández, quien durante esos dos sexenios de farsa fingió como subsecretario y secretario de Educación de Veracruz, así como dos veces diputado federal; mencionado en el pandemónium de la red de empresas fantasma.
Al otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional, PRI, ya se le olvidó, o de plano se hacen, del porqué razón arrasó Morena en Veracruz. Los del partido lopezobradorista están que brincan de gusto, parecería que varias de las candidaturas propuestas por la alianza Va por México son con toda la malévola intención de darle elementos a Morena para que vuelva a aplastar al PRI, igual al PAN y al PRD. De poco servirá que argumenten que la entidad veracruzana hoy en día es un completo desastre -que está igual o peor que en los momentos de mayor barbarie de la “docena trágica”-, si las caras y los nombres de varios candidatos de la alianza opositora son cartucho quemado, son los mismos que desde una posición u otra fueron participes del la hecatombe veracruzana que inició hace 15 años.
Dentro de las “joyitas” que la alianza de oposición abandera, está nada menos que Adolfo Mota Hernández, candidato a diputado federal por el distrito VIII Xalapa Rural, señalado de cometer actos de corrupción en la SEV, además de tener un gris desempeño como legislador.
Pues bien, hoy Adolfo Mota se erige como “el salvador” que viene a “rescatar” Veracruz. En el arranque de campaña virtual, sin el mínimo recato Mota proclama: “Tengo la experiencia para distribuir mejor el presupuesto de México. Me inspiro a trabajar sin descanso. El país está en riesgo y hoy más que nunca se necesita de la unión de todos para mejorar la economía familiar, recuperar los empleos perdidos y aumentar el ingreso diario”. Le faltó precisar a Adolfo que el presupuesto está mal distribuido, porque no se le distribuye a él. O que necesita mejorar la economía familiar, la propia. Desfachatez excesiva.
¿Será que haya alguien que le crea a Adolfo Mota?
Así será muy difícil que se pueda. En serio.
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