Los casos se están turnando recurrentes. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCNJ, ordenó este lunes la destitución y consignación del alcalde perredista del municipio de Paraíso, Tabasco, Bernardo Barradas Ruiz y los 11 regidores del ayuntamiento, por desacato a una sentencia judicial que ordenó el pago de más de 95 millones de pesos a 23 trabajadores dados de baja. Los ministros no pararon ahí, ordenaron también la consignación de la anterior integración del ayuntamiento que encabezó el priista Jorge Alberto Carrillo Jiménez, incluidos sus 11 funcionarios.
La historia se ha venido repitiendo. El pasado mes de junio la SCJN ordenó el arresto del ex presidente municipal de Nacajuca, Tabasco, Pedro Landero López, así como de todo el cabildo que gobernó de 2013 a 2015 esa comuna, por desacatar la orden de pagar un millonario laudo a una decena de trabajadores que fueron despedidos injustificadamente.
De igual manera se recordará que cinco meses después, en el mes de noviembre la Suprema Corte ordenó la destitución y consignación del jefe delegacional en Venustiano Carranza, de la CDMX, Israel Moreno Rivera, por incumplir un amparo que desde hace casi tres años le ordenaba reinstalar a empleados de dicha demarcación. El Pleno del Alto Tribunal fue más allá, también ordenó la consignación del anterior titular de la Delegación Venustiano Carranza, José Manuel Ballesteros López, por haber incumplido el amparo de la sentencia.
En Veracruz los ayuntamientos llevan los días transcurridos del año de haber iniciado funciones, apenas están empezando a saborear la luna de miel, la que puede durar mínimo cuatro meses, o llevarse el periodo completo de 4 años. Los alcaldes comienzan a sentir la “plenitud del pinche poder”, del que se refería Fidel Herrera.
Las noticias de ediles del norte, centro y sur veracruzano circulan en la misma sintonía de siempre en varios municipios. Sin recato alguno, se están sirviendo con el cucharón: el incremento a sueldos y compensaciones a los más allegados ha sido lo primero, el aumento a las tarifas de servicios va a dar para eso y más. Las constructoras de familiares, amigos o prestanombres ya están listas para la ejecución de obra pública. Negocios diversos están contemplados.
En el imprescindible “ajuste” de personal, “Reinis” y “Barbies” no pueden faltar, son los almíbares del poder. Los dirigentes sindicales municipales no están dispuestos a quedarse atrás, hacen lo propio, en la gran mayoría aprovechan una nueva administración para renovar su harén, sin importarles que haya trabajadores de confianza con 20 años o más de antigüedad, los liderzuelos otorgan las plazas primeramente a sus concubinas.
Se ha hecho una tradición que ante la incompetencia de un alcalde para gobernar, los contralores municipales son los que en realidad gobiernan, estos tienen facultades para meterse en cualquier área, proponen, disponen, hacen y deshacen, sin tener ninguna responsabilidad de por medio.
En los últimos días de diciembre pasado, cuando menos una veintena de alcaldes veracruzanos estaban en serias dificultades por el incumplimiento de pago de laudos. El problema se lo habrían heredado a las comunas entrantes, por lo que de continuar los ayuntamientos en esa situación, la SCJN no va dudar en ordenar la destitución y consignación a los ediles y funcionarios que acaban de debutar, lo mismo que a los anteriores.
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