El jefe de gobierno de la Ciudad de México Miguel Ángel Mancera, da señas de que se “aduarteó” al afirmar que la delegación Tláhuac es el único punto de la capital del país donde se tienen ubicados objetivos relacionados con grupos dedicados al narcotráfico, en la “modalidad de narcomenudeo”.
¡Pero cómo puede ser posible que se acuse que en Tláhuac suceda eso! Refutan los “morenos”, si la bancada de Morena –mayoría- en la Asamblea Legislativa defendió a capa y espada al delegado en esa demarcación, Rigoberto Salgado. Cerraron filas en apoyo al acusado de nexos con el grupo delincuencial de Felipe de Jesús “N” alias “El Ojos”, abatido en un enfrentamiento con la marina el pasado 20 de julio.
No es la primera vez que Mancera se muestra estar contagiado del síndrome de “No pasa nada”. En aquel enfrentamiento en Tláhuac, el jefe de gobierno capitalino negaba la gravedad delictiva, al asegurar que la capital del país no tiene cárteles, solo “grupos delictivos”, defendía Mancera.
Al mismo tiempo, el jefe para México y Centroamérica de la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, Antonio Mazitelli, confirmaba que de los nueve grandes cárteles que trabajan en el país, son cinco los que operan en la CDMX: Los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana, Los Zetas, El Cártel del Golfo y el Cártel de Sinaloa.
En la parafernalia de contradicciones sobre el tema de la in-seguridad, la Procuraduría General de la República había advertido en 2015 de la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación en la CDMX. Ahora sale el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales, que no hay indicios de la presencia de ese grupo delictivo.
Por supuesto que Rigoberto Salgado, apodado “El Gallero” -por su afición a las peleas de gallos- y amante de las apuestas, negó en todo momento tener vínculos con la delincuencia. Señaló que todo eso es una infamia. Yo no sabía de “El Ojos”, se justificó Salgado hace siete meses, se ha exagerado lo que ocurre en la demarcación, aseguró que ahí no operan narcomenudistas ni mucho menos cárteles. No se privó de argumentar: es un “compló”.
Tampoco podía ser de otra manera. Ahora con el escándalo de la aparición de la manta en la que se promociona el CJNG en la mencionada delegación, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informa que no tiene elementos para establecer que el delegado Rigoberto Salgado cometió delito alguno en el caso Tláhuac, comunicó la dependencia al juez Décimo Tercero de Distrito de Amparo en materia Penal de la Ciudad de México.
La negra cortina de negación de absolutamente todo lo funesto que ocurría en Veracruz durante el duartazo, en el apartado de desapariciones forzadas, mucho tendrán que declarar los hoy detenidos, Roberto González Meza, ex director de la Fuerza Civil; José Oscar Sánchez Tirado, ex director general de Prevención y Readaptación Social, así como las tres decenas o más de policías y ex funcionarios que lleguen a completar detenidos.
La población está deseosa de saber a detalle que sucedió con sus seres queridos secuestrados o levantados. Los involucrados pueden dar información minuciosa de lo sucedido en cada uno de los casos.
Cuánta desgracia de pérdida de vidas humanas, devastación económica, graves afectaciones en Salud, Educación y en otras áreas se pudieron evitar si hubieran actuado con responsabilidad los titulares de: Órgano de Fiscalización Superior, Orfis, Contraloría General, Derechos Humanos, Fiscalía General, Seguridad Pública, por mencionar algunas. La misma posición se adoptó en el Congreso local.
Actuaron con absoluta irresponsabilidad, con perfil inhumano. Infectados por el “No pasa nada”
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