Los escándalos de corrupción en diferentes regiones del orbe no dejan de causar asombro; casos en que se preveía remoto que los responsables fueran presentados ante la justicia, sucedió lo que no se esperaba: el proceder de las autoridades para encarcelar a políticos corruptos ha sorprendido a la población. Personajes y actores políticos de otras naciones que provocaron quebrantos a las finanzas públicas y que hoy se encuentran en prisión, podrían parecer unos párvulos comparados con los que provocaron un socavón de enormes dimensiones al erario veracruzano en la llamada Docena Trágica, del que pasarán varios años más para que se logre restaurar el daño causado a la entidad.
Quién se iba a imaginar que un miembro de la realeza española, el marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, llegara a prisión, tal y como sucedió este lunes al ingresar a la cárcel de Brieva, en Ávila. El cuñado del Rey de España, fue condenado por el Tribunal Supremo a cinco años y diez meses de cárcel por el caso Nóos.
Los cargos que le imputó la fiscalía anticorrupción al duque de Palma son malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales al detectar un descuadre contable en 50 millones de euros en las cuentas de construcción del polideportivo de la capital mallorquina; irregularidades en las que habrían emitido facturas falsas por trabajos no realizados.
A Urdagarín y sus socios no se les ocurrió venir a Veracruz a capacitarse en alta especialidad delincuencial, de la que alrededor de 280 exfuncionarios veracruzanos corruptos, hoy en día gozan de absoluta libertad y del dinero mal habido.
En la tierra de Antonio Carlos Jobim. El ex gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral fue condenado por lavado de dinero y acumula ya 100 años en penas de prisión en un total de cinco sentencias relacionadas con la trama corrupta destapada en la estatal Petrobras. Cabral, preso desde noviembre pasado, ocupó el cargo de gobernador de Río de Janeiro entre 2007 y 2014, fue sentenciado a prisión en régimen cerrado por haber comprado joyas con objeto de lavar el dinero obtenido de la corrupción, además de haberle descubierto una fortuna de 100 millones dólares en cuentas en el exterior, supuestamente producto del cobro de sobornos. Sergio Cabral tiene pendientes otros nueve procesos judiciales, lo que hace pensar a la población carioca que le pudieran emitir una condena por un total de 300 años en la cárcel.
En territorio inca el combate a la corrupción parece excepcional. Todos los expresidentes vivos de Perú están presos, prófugos o investigados.
Hace poco menos de tres meses, Pedro Pablo Kuczynski ofreció su renuncia antes de ser sometido a un voto de destitución como presidente de esa nación en el Congreso, convirtiéndose en el político de más alto nivel en caer por escándalo de corrupción cuando aún ocupaba su cargo.
Hace 11 meses, se ordenó la detención preventiva por 18 meses del exmandatario peruano Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. La justicia investiga a Humala y Heredia por, entre otros delitos, presunto lavado de activos en detrimento del Estado y asociación ilícita para delinquir.
Alan García, después de su primer mandato de presidente peruano fue investigado por el Congreso de su país. Actualmente es investigado por la justicia por presunto lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
Alejandro Toledo, es actualmente prófugo de la justicia de su país y Perú le pide su extradición a Estados Unidos, donde el exmandatario reside. Se le acusa, entre otras cosas, de recibir un soborno millonario de la constructora brasileña Oderbrecht. Toledo niega las acusaciones de lavado de activos que pesan en su contra y niega haber escapado de su país.
Alberto Fukimori. Condenado a 25 años por múltiples violaciones a los derechos humanos, tiene otros juicios en curso. El expresidente peruano Fujimori se encuentra recluido en una base policial de la Dirección de Operaciones Especiales, en el mismo lugar donde Ollanta Humala cumple su detención preventiva.
El exmandatario peruano, Francisco Morales Bermúdez, un tribunal en Italia lo sentenció a cadena perpetua por la participación de su gobierno de facto en el denominado Plan Cóndor, mejor conocido como el Tacnazo, orquestado junto a otros regímenes militares en otra época. En la actualidad permanece en Perú.
La lista de exfuncionarios corruptos de distintas latitudes en prisión es más extensa, que por razones de espacio no abordamos.
En México, en la oleada de promesas de candidatos a cargos de elección popular a diferentes niveles, hacen que el posible escenario a corto plazo sea alentador para la delincuencia organizada, lo mismo que para los delincuentes de cuello blanco bien articulados. El panorama pinta más que bien.
Ya tienen el ofrecimiento de la Amnistía. Lo único que está pendiente es que también les ofrezcan subsidiarlos para que logren convencerlos. Es decir, que cuenten con becas millonarias para que ya no se dediquen al secuestro, a la extorsión, al cobro de piso, o a la corrupción criminal.
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