Aunque no es una noticia sorprendente, porque infinidad de hechos lo avalan, el dato lo ratifica la organización Transparencia Internacional. Coloca a México como la nación peor evaluada, en lo que se refiere al Índice de Percepción de la Corrupción, entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE; del grupo de los 20 países más industrializados, el G-20; y la Alianza del Pacífico. El país sigue en caída libre en cuanto a percepción de la corrupción.
Esto ha ocasionado que para 9 de cada 10 mexicanos, su mayor preocupación sea la corrupción imperante. Lo más grave es que México, siendo una nación demasiado grande, con problemas y necesidades tan complejos, se pueda pensar que es posible llegar a gobernarlo con ocurrencias y absurdos que emanan de las vísceras. Reflejan que el discurso es completamente distinto y distante de lo que realmente se necesita para que la situación cambie, para bien.
El desenfrenado exceso de protagonismo, populismo y autoritarismo, debilidades demostradas en el día a día; en ese mismo ritmo, cada día está despertando desacuerdo e incomodidad entre el electorado, donde anteriormente no la había. Las imposiciones de personajes indeseables para ocupar cargos de relevancia, revelan que, ya sabes quién, el dueño del partido soy yo, el candidato eterno soy yo, si llego a ser presidente yo seré el único que decida y mande. Causan inquietud las disposiciones arbitrarias con las que además de ofender la inteligencia de la población, se desplaza a quienes cuentan con verdaderos méritos como morenistas.
Apegado a aquello de “el prometer no empobrece, dar es lo que aniquila”, está orillando a transitar al electorado, de la incertidumbre a la molestia, al ofrecer hasta lo imposible, como sarcásticamente lo reflejan los memes: “Les prometo que en mi gobierno no habrá temblores”.
Epístola a los mexicanos: “El enviado de Dios”, sería a partir de ahora la carta de presentación. Con las fuertes críticas a lo manifestado por el dirigente del Partido Encuentro Social, Hugo Eric Flores, quien no tuvo recato alguno para quedar bien con AMLO: “Usted para nosotros es Caleb a punto de conquistar el Monte Hebrón”. Y así continuó el dirigente del PES, santificando a López Obrador: “Vamos por la tierra que Dios nos prometió, Caleb”. Demasiada pobreza.
Rosario Robles, emanada de la llamada izquierda, otrora mujer sencilla y “luchadora social”, en la actualidad con un rostro diferente, envuelta en glamour y lujos, la ex presidenta del PRD tendrá mucho que decir en torno a los señalamientos de desvió de mil 311 millones de pesos con contratos a empresas fantasmas durante su desempeño como secretaria de Desarrollo Social, Sedesol, y en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Sedatu, en la cual es titular.
Los señalamientos partieron de conclusiones de tres auditorías realizadas por la Auditoría Superior de la Federación, ASF, datos que anticipó el periódico Reforma, que apunta que el dinero dio vueltas en movimientos bancarios en Estados Unidos, China, Ecuador, Bélgica, Israel, Corea del Sur y Pakistán
La Robles Berlanga acaba de comprobar que no es verdad que “los periódicos se hicieron para matar moscas y limpiar vidrios", tal y como lo dijo en una ocasión.
Para el candidato presidencial panista Ricardo Anaya, son momentos de tensión extrema por la acusación de supuesto lavado de dinero con la compra-venta de una nave industrial para la obtención de 54 millones de pesos. Para los expertos en estos asuntos, el señalamiento tendrá un desenlace contundente: si Anaya presenta su declaración fiscal en la que se incluya la operación indicada, podría no tener mayores problemas; pero si no es así, pudiera haber nuevo candidato panista a la presidencia.
Sería posible llegar a un centenar las denuncias y tal vez por un monto de 100 mil millones de pesos, las presentadas ante la Procuraduría General de la República por parte de la ASF, de lo que se hicieron los desentendidos el Orfis, Contraloría estatal, legisladores federales y locales, por los desvíos de recursos en el desgobierno de Javier Duarte de Ochoa. Sea por motivos y resultados de las investigaciones, además de éste y Javier Nava Soria, deportado por el gobierno español y detenido por la PGR, acusado de formar parte de la organización delincuencial comandada por Duarte de Ochoa, no hay más detenidos.
A Karime Macías de Duarte y a las decenas de cómplices del huésped del reclusorio Norte, el mantra de la abundancia les sigue funcionando. No ha habido más recuperaciones de todo lo atracado. Bienes e inversiones en México y el extranjero parecen intocables, las casas en The Woodlands, ni quien se acuerde.
Circulan con mayor insistencia las noticias que duartistas de “hueso colorado”, con fuero o sin, están operando, en contra del partido que les dio posiciones y aprovecharon para enriquecerse en forma ilícita y absolutamente explicable.
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