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ESFERA POLÍTICA

Ricardo Vázquez Salazar

2018-10-23 / 21:56:37

Antes de que eleven anclas

La incertidumbre de lo que le depara al país se apodera de la población que todavía no alcanza a notar la diferencia entre el repudiado pasado y el caudal de promesas planteadas. Desde que Andrés Manuel López Obrador obtuvo el pase para ocupar la silla presidencial, aunado a los diversos eventos –sin excluir lo social- protagonizados por personajes del círculo más cercano al presidente electo; otros, poseedores de antecedentes non gratos, de lo que se comprometió erradicar, pudieran ser muestra de que el orden se ha relajado, en la conformación, y por consecuencia en la operatividad y ausencia de resultados de la estructura gubernamental por iniciar.

La situación anterior ha empezado a generar dudas entre la ciudadanía; incluso entre “Amlovers” que juraron enredarse en una bandera de Morena y arrojarse al vacío si fuera necesario, han caído en escepticismo ante el panorama que se avecina, de pintar con similitudes a lo supuestamente aborrecido.

Expertos en el tema consideran que no es nada conveniente subestimar los focos amarillos que han encendido corredurías y analistas financieros, respecto al desarrollo de los acontecimientos que han observado en los 114 días transcurridos de AMLO como presidente electo; de las reacciones y las indeseables consecuencias que pudiera haber por las decisiones.

López Obrador está obligado a pegar el manotazo esperado y exigir orden, antes de que transcurran los 37 días que restan para que le coloquen la banda presidencial, en esta ocasión sí, de verdad. El acicate de Andrés Manuel debe ser extensivo al Poder Legislativo, por haber sido el primero en arrancar plagado de incongruencias, forman parte del mimo “carro”; lo mismo a gobernadores y alcaldes emanados de ese instituto político.

De no ser así, una vez que la nave haya zarpado, se corre el riesgo de que las velas se enreden en el primer ventarrón que se presente; que el timón no responda por las fuertes corrientes –políticas- encontradas, contrapunteadas, al interior; que la embarcación navegue a la deriva.

México es un país grande, muy complejo, con necesidades y problemas muy marcados. Por lo mismo, López Obrador debe asesorarse por expertos en todos los temas. El escenario nacional no está para que al presidente lo asesoren ideólogos; debe escuchar a auténticos especialistas que de verdad amen a este país. Los disparates deben ser cosa del pasado. El ambiente es delicado y requiere absoluta seriedad.

Desde que andaba en precampaña, en campaña, y todavía después del 1 de julio AMLO no ha descansado; ha continuado con el mismo ritmo de actividad, intenso, viajando de un lugar a otro. El presidente electo debe estar al cien, con las mejores condiciones de salud una vez que constitucionalmente suelten amarras; alguien debió haberlo aconsejado. A partir de ese día experimentará lo que nunca antes: la fuerte presión, la carga de una enorme responsabilidad. Comenzarán las reclamaciones y tendrá que dar respuesta. Los mercados bursátiles podrían reaccionar con vigor y por supuesto que los inversionistas tampoco permanecerían callados. Peor si se haya dado por cancelado seguir con el Nuevo Aeropuerto y se arrojaran a la basura 130 mil millones de pesos ya invertidos. La inseguridad desalentaría considerablemente inversiones nacionales y extranjeras: los atemorizaría.

En el entendido que en política no hay casualidades, como para pensar que los diputados veracruzanos morenistas por iniciativa propia estén incitando a votar en contra de continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. ¿Quién los instruyó?

rvazquez002@yahoo.com.mx