A principios de febrero pasado María Luisa Albores, secretaria del Bienestar reconoció que el programa Sembrando Vida había sido un fracaso, lo que como era de esperarse, provocó urticaria a Javier May, subsecretario de esa dependencia, molestia que se agudizó en días pasados cuando Albores le quitó facultades a May como encargado de la reforestación, a tal grado de presentar su renuncia, la cual no le fue aceptada por su amigo y paisano, el presidente López.
El programa tenía previsto la siembra de 575 millones de plantas en 2019. Solamente logró sembrar 80 millones. La secretaria Albores repartió culpas parejo. Hasta a la Sedena le tocó, al responsabilizarla de haber entregado solo 37 millones de plantas; de viveros comerciales entregaron únicamente 15.4 millones; de 285 millones planeados producir en viveros comunitarios, fueron apenas 26 millones de plantas.
Otra contrariedad del programa desordenado ha sido la deforestación que se ha registrado en diferentes regiones del país. Es decir, la gente tala arboles inmensos que tienen décadas de existencia con tal de participar en el programa y recibir el apoyo. Uno más, de los fracasos.
Lo que sí ha resultado todo un éxito y las expectativas se han cumplido ha sido la siembra de odio. Esa semilla perversa que en forma extraordinaria continúa germinando enemistad entre los mexicanos. ¡Veni Vidi Veci!
Previo a las fechas de protesta que están por realizar las mujeres en este país, por la violencia, habrá gritos de reclamo por la inseguridad que prevalece. Paradójicamente no son los hombres quienes van a salir a las calles a exigir se detengan los horrendos crímenes que se han venido perpetrando contra las féminas. En vez de apoyarlas, se les da la espalda; los matraqueros de la 4T de diferentes sectores de la sociedad, buscan por todos los medios hacer escarnio para intimidarlas e intentar convencerlas de abstenerse de salir a las calles para exigir seguridad para todos.
Memes, videos absurdos en YouTube, mensajes incendiarios y todo lo que esté al alcance son utilizados para denostar a las mujeres por parte de los que a diario le prenden incienso a López Obrador.
Este jueves, 150 mil jóvenes de 80 universidades en diversas entidades, en forma civilizada salieron a las calles para exigir se detengan los asesinatos de estudiantes. Las protestas de los universitarios fue el preámbulo de toda la fuerza con la que vienen las mujeres.
La siembra de odio ha hecho que se agudice la polarización entre la sociedad. La contaminación a llegado a grado tal que el arzobispo emérito de Guadalajara, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez reprueba el paro nacional de mujeres, programado para el próximo 9 de marzo. Tal parece que Sandoval deja de seguir a Jesús. Ya no es su Dios. Es otro.
En una ocasión, el asesor especial de la Organización de la Naciones Unidas, ONU, sobre la prevención del genocidio, Adama Dieng afirmó que los discursos de odio anteceden a los crímenes de odio.
¡A las mujeres las están matando. No las van a intimidar!
Porque no hay quien las proteja y las defienda, ellas mismas van a salir con todo a exigir se terminen las masacres.
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