Para casualidad ya fueron numerosos, muchos, bastantes, exagerado el número de casos de personas que al salir de un banco los asaltan, hasta exigirles la cantidad exacta de dinero que acaban de retirar, sin importar arrebatarles la vida. ¿Será mucha ciencia investigar si los “halcones” se encuentran al interior o exterior, de las ventanillas?
Está claro, más que claro, que en las pasadas elecciones todos los candidatos del partido Morena, a gobernador, senador, diputado federal y local, alcalde, obtuvieron el triunfo en las urnas gracias al efecto “Andrés Manuel”. Ninguno por si solo –incluido Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, aunque diga lo contrario- hubiera logrado la victoria el pasado 1 de julio. Es un hecho irrefutable.
Todos estos conforman una estructura gubernamental –ya en funciones o por iniciar-, de distintos calibres y condiciones, virtudes y defectos, capaces o incompetentes, preparados o descalificados, lo que finalmente los hace formar parte de un todo. Con un supuesto compromiso con la población, aunque transcurridos apenas 100 días de celebración de haber resultado laureados, se han encargado de poner en duda el compromiso que deberían de tener con el presidente electo, López Obrador, para llevar a cabo la ejecución del cacaraqueado “Proyecto de Nación”. A quien le deben lo que son.
No se diga los que conforman el círculo más cercano a AMLO, entre los que se contempla a quienes formarán parte del gabinete anunciado. Se han dado a la tarea de abortar la “austeridad republicana” prometida; la boda “fifi”; demasiados privilegios morenistas en tan corto tiempo.
Pero esto no para ahí. Lo delicado es haber puesto el dedo en la herida.
Los familiares de miles de personas desaparecidas, quienes buscan con desesperación y con lágrimas en los ojos el destino final que tuvieron sus seres queridos, merecían un mejor trato ante sus reclamos. Existían diversas opciones antes de haber cancelado en Veracruz, Tamaulipas. Sinaloa, Tabasco y Morelos los llamados “Foros por la Paz y la Reconciliación”, en las entidades más golpeadas por la violencia.
No alcanzaron a imaginar por mínimo el profundo dolor que viven los 365 días del año, las 24 horas del día, los familiares de las personas desaparecidas. Pudieron haber llevado a cabo los foros sin la presencia del presidente electo. Les pesó mucho que a los integrantes de los colectivos de búsqueda de personas no están dispuestos a deglutir aquello de: “Perdón sí, olvido no”, amor y paz, Amnistía; o los espantó la trifulca de este domingo en Acapulco, Guerrero, en el “Foro de Consulta Educativa”. A AMLO lo están dejando que solo se encargue de remar. No le aportan ideas.
Acá en la aldea. Los muertos –seguirán- “gozando de cabal salud”, como alguna vez excusó Pablo Anaya Rivera, nefasto secretario de Salud en el desgobierno del próximo exreo, Javier Duarte de Ochoa, en referencia a los inocentes enfermos de cáncer que habían fallecido por haberles aplicado falsos medicamentos de quimioterapia; genocidio que comenzó en la administración del siniestro Fidel Herrera Beltrán; lo más brutal que se haya cometido en actos de corrupción criminal en la historia de México. “Todos están vivos, tienen nombre y apellido”, justificó con cinismo Anaya.
Como se recordará, Pablo Anaya ordenó llevar a cabo una investigación, pero no para fincar responsabilidades; la ordenó para saber qué persona del Centro Estatal de Cancerología había filtrado el dato de la aplicación de simulados medicamentos a pacientes.
Han transcurrido cuando menos 11 años desde que se estuvo cometiendo semejante atrocidad en el CECAN. A la fecha no hay un detenido responsable acusado por esta bestialidad. Nunca se llevó a cabo una investigación concienzuda, seria, justa, como se debió haber hecho.
Los corruptos empresarios criminales, apapachados por otros empresarios de la misma ralea; funcionarios y legisladores, cómplices, culpables de manera directa o indirecta, de igual manera continuarán disfrutando de Amnistía.
Además de perdonados, estos sí, olvidados.
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