Inocultable crisis económica, presente y en aumento. Crecen los precios, los salarios pierden capacidad de compra, los recursos públicos disminuyen y dejan de atenderse, bien y a tiempo, más y más necesidades.
La recesión se hace presente. “Cae -0.2% economía en mayo, mayor a lo previsto. El Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) se redujo de 1.8% en abril, a 1.3% en mayo, a tasa anual; por una caída en los servicios y debilidad de la industria, informó INEGI…. La actividad económica de México podría verse aún más afectada en el segundo semestre por la desaceleración en la demanda estadounidense a raíz del freno que está impulsando la Reserva Federal con alzas bruscas en la tasa de interés.”(Arena Pública.250722)
La conocida evidencia, es que los gobiernos no pueden solos, ni aislados; y también que la población paga las consecuencias, y que las mayorías son las que padecen más y más limitaciones y sacrificios. La situación se complica en demasiados frentes, de la vida cotidiana. A la inocultable inseguridad creciente, se agregan entre otras, las limitaciones e insuficiencias del sector salud, la burocratizada y lenta actividad educativa oficial, la desatendida y minimizada acción ecológica y ambiental institucional y, desde luego, la crisis económica del país se complica con una inflación en aumento, retroalimentada desde el exterior; y retroalimentadas en aspectos tan importantes como desempleo y subempleo, bajos salarios y contadas prestaciones, informalidad, dependencia tecnológica y poca o nula capacitación laboral, falta de oportunidades y estímulos empresariales, y muchas otras limitaciones más.
En todo caso, frente a estas y muchas otras situaciones actuales, es seguro que hay y habrá una respuesta de la población. Hoy, como ayer y como siempre, los mexicanos encontraremos la forma de enfrentar condiciones y limitaciones.
Importante tener siempre presente que la población es, origen y destino de la organización y movilización individual, social y gubernamental.
Tiempos de objetividad y efectividad, de pensar y hacer frente a una realidad, cada vez más difícil y compleja, que se debe superar. Nada fácil cuando se vive, una cada vez más intensa actividad política y de pretensión electoral, acentuada por el adelanto de las expectativas de sucesión gubernamental, en todos los ámbitos. Entretenimiento y distracción, posponen la necesaria y eficaz atención.
De cualquier forma y ante la magnitud y dificultad de los problemas actuales. Todo indica, que ha llegado la hora de unir esfuerzos y preferencias, y de superar enfrentamientos y diferencias. Dentro de las libertades y derechos de todos, vale la pena advertir y resaltar, que es hora de dialogar y debatir, de confrontar ideas y propuestas, para asegurar soluciones y buenas respuestas. Bien se sabe, que los problemas no se resuelven solos, por milagro o en automático. Los problemas exigen atención y solución, previsión y conocimiento.
Imprescindible más y mejor participación ciudadana y social. Para ello, preciso empezar por informarse y comunicarse, para analizar y definir todo asunto público, así como actualizarse y hablar con la verdad, al identificar causas y razones, de las adversas condiciones del hoy y del mañana. Primordial la transparencia, el acceso
a la información, la rendición de cuentas y la fiscalización permanentes, sobre todo para reconocer el buen trabajo realizado y sus logros, así como, al mismo tiempo tener presente, errores, perdidas y retrocesos. Reconocer oportunidades y ventajas, señalar peligros y pérdidas, y evitar errores y retrocesos.
Presentes y futuras generaciones exigen se respete su existencia y expresan su ansia de vivir, de satisfacer sus necesidades, de desarrollarse y realizarse como seres humanos.
Causas y razones, consecuencias y alcances, lo perciben, lo viven y padecen con claridad e intensidad, cada vez más y más mujeres y hombres, jóvenes y adultos. Por eso a la posibilidad, convertida en realidad impuesta y padecida, de limitaciones y sacrificios interminables, las mayorías y minorías se hacen presentes, la cuestionan y no la aceptan.
Es más, frente a la adversidad y falta creciente de oportunidades, los jóvenes de ayer, de hoy y de siempre, se rebelan y rechazan su pérdida de presente y negación de un mejor futuro.
Inevitables surgen las preguntas y cuestionamientos: ¿Qué hacer al respecto? ¿Ignorar y negar lo que perjudica y afecta? ¿Cuál es el límite de resistencia y supervivencia, con crecientes carencias, privaciones y sacrificios sociales?
Hoy se determina el mañana; la realidad exige concretar y reducir, el dicho al hecho. Preciso entender que presente negado, futuro cancelado.
Las oportunidades se encuentran o construyen, se utilizan o desaprovechan, parcial o totalmente.
El cambio se hace presente, por mucho que dure lo contrario, su opuesto: lo mismo o la inmovilidad. Perjudicial seguir en “más de lo mismo”.
Ante los innumerables problemas que nos aquejan, y la complejidad y dificultad de la problemática presente. Ante retos y objetivos identificados, definidos y establecidos. No hay duda de que se deben tomar decisiones sustentadas, con preparación, capacidad y conocimiento, para llevar a cabo acciones, individuales y colectivas, gubernamentales y sociales.
Tiempos de Participación oportuna, responsable y efectiva. No a la improvisación ni a las ocurrencias.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |
|