Por Rafael Arias Hernández.
No se nace humano. Se nace como lo que somos, parte de la zoología del planeta. En principio, todos y cada uno, somos ni más ni menos que animales; con la distinción de que, además, somos proyectos, ya que lo humano se gana y alcanza, se sostiene y fortalece, con el esfuerzo individual y colectivo.
Empieza, en el plano familiar y sigue en otros tantos de lo social. Prácticamente, se puede decir que se tiene toda una vida, para aprender a ser y, sobre todo, llevarlo a la práctica cotidianamente.
Visto así, debe ser uno de los ejes centrales de la educación, a todos sus niveles y tipos. Bien se sabe, que lo humano se aprende y se hace, en la práctica cotidiana, no se obtiene mágicamente o por milagro; no viene incluido en el acta de nacimiento, ni se adquiere con más certificados educativos, incluyendo un título universitario. Ser humano, es siempre intentar serlo. Proyecto en construcción permanente, hasta el último aliento. Ser y hacer lo humano es reto primigenio.
Así, es inaplazable, atender a la sociedad; sobre todo, porque es la que sostiene y apoya a la Universidad Pública.
La responsabilidad social, es parte de sus funciones y obligaciones, y no solo se debe hablar de docencia, investigación, y extensión o difusión cultural. Es más, se debe incluir también, la actualización e innovación tecnológica, y el impulso a la creatividad artística y su difusión, como otra función más. En fin, es imprescindible revisar, actualizar y redefinir, las funciones sustantivas institucionales.
NUEVA REALIDAD: RETOS Y OPORTUNIDADES.
Inocultable, hay que reconocer que la Universidad Pública enfrenta crisis que le afectan, y trastornan. Podría afirmarse, que está en juego, su existencia y buen funcionamiento; la prueba es que algunas de ellas, recurrentemente se paralizan por falta de pago, y otras simulan, solo hacen como que hacen.
Bien se sabe que, en todas, se acumulan y complican, viejos y nuevos problemas, que van, desde su consistencia jurídica actualizada, hasta su cuestionado funcionamiento administrativo y su debilitada situación financiera.
Todo esto aunado, a la inocultable decreciente participación en la matrícula, cobertura de admisión y atención de la educación superior; a la poca aportación de descubrimientos científicos y registro de patentes; y además, a su cuestionado alejamiento de los sectores productivos, así como a los discutidos niveles de competitividad de egresados, con baja demanda de ocupación laboral.
Ante esta enorme, difícil y compleja situación, habría que empezar por identificar las prioridades por atender; además de simplificar y entender lo que sucede. Para ello, se sugiere empezar análisis y atención, simultáneamente en, cuando menos tres frentes:
-La actualización respecto al Estado de Derecho vigente.
-La atención a la compleja problemática que enfrenta la Universidad Pública.
-La obtención de los imprescindibles recursos para sostener y expandir, su presencia, influencia y contribución.
Por lo pronto, hay que destacar la presencia y activismo del sindicalismo universitario, representado por la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU), que han llevado a establecer y sostener un dialogo con
los encargados de la Subsecretaria de Educación Superior de la SEP, para atender y resolver, estos inaplazables problemas.
El 28 de septiembre de 2021, se llevó a cabo una Reunión, con la presencia de más de 60 organizaciones sindicales, llamándose la atención, a la grave situación que padecen 13 universidades; situación, que las lleva, como en otros años, a la suspensión de pagos de sueldos y a una parálisis parcial o total.
Baste recordar, que en 2018 se tuvieron 9 universidades en crisis; para 2019, fueron 11; y en 2020, se tuvieron 6. Así que, inevitable atenderlas y buscar solución a las afectadas, se espera que la afectación, para los últimos meses de 2021, pueda llegar a 13 casos.
Las consecuencias son conocidas, si decenas de miles de trabajadores no reciben sus sueldos y prestaciones, crece la afectación a cientos de miles que dependen de estos ingresos. De ahí, la atención urgente y prioritaria requerida.
Por otro lado, ante la compleja y descontrolada situación de la educación superior, hay que mencionar el inicio de algunos esfuerzos: como los orientados a atender a personas con discapacidad; el programa “rechazo cero”, y la conformación misma de la consulta nacional en marcha; a este respecto, debe mencionarse, que tendrá inicio el 5 de este mes de octubre, con la realización de 6 foros regionales, dicha consulta es promovida por la Subsecretaria de Educación Superior (SES).
Además, sobresalen esfuerzos y avances para integrar el Concejo Nacional para la Coordinación de la Educación (CONACE); el Sistema de Evaluación y Acreditación; el Sistema de Información de la Educación Superior de Consulta Pública; y otras acciones, que consideran mayor participación institucional, de organismos públicos, organizaciones universitarias y representaciones sindicales.
Por lo pronto, hay que identificar el nuevo marco jurídico que toda Universidad Pública, tiene que cumplir y hacer cumplir, tanto el correspondiente al aspecto educativo, como a otros que influyen y determinan funcionamiento y evolución de la institución y de sus integrantes, como los derechos humanos, el sistema anticorrupción, la organización y desarrollo institucional, etc.
Así, a reserva de ampliar el análisis del tema, habría que resaltar que hay que ajustarse cuanto antes, a una reforma constitucional (arts. 3, 31 y 73) y una nueva ley general de educación superior.
Y también, organizarse y trabajar para integrar la armonización del marco jurídico en materia educativa de las entidades federativas.
En fin, obligatorio enfrentar y atender, crisis, problemas y retos de la Universidad. Mucho por hacer, ni fácil ni rápido, porque no todas están en igual situación.
Pensamiento crítico y actitud constructiva, llevan a la evaluación objetiva, como obligado punto de partida. Partir de la consideración de la realidad, de los hechos, condiciones o características del presente y el futuro inmediato.
Mientras, a crisis y problemas, hay que agregar los impactos pandémicos, que agravan y complica todo. Y ni que decir de corrupción y delincuencia, insuficiencia e ineficiencia en las instituciones de educación superior. Seguiremos…
-Académico.IIESESUV. Twitter@RafaelAriasH, Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |
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