Por Rafael Arias Hernández.
Sobran razones para celebrar y recordar la magnificencia de quienes en Córdoba, albergaron e hicieron posible, concretar objetivos y esfuerzos de muchos que, por años, intentaron hacer realidad el nacimiento de la nación mexicana.
Bien se sabe, que fue hasta ese 24 de agosto de 1821, que pasaron del combate a la pacificación, del enfrentamiento a la unión, en un gran proyecto que hoy se le conoce como México, país libre y soberano.
200 años después, hay que recordarlo y decirlo, porque este singular hecho, se ha incorporado a la Historia. Es ya punto de referencia, para celebrar y recordar, para renovar aspiraciones y compromisos. Si el tratado es culminación, Córdoba es espacio de realización.
De ahí que, los mexicanos lo conmemoramos; los diversos ámbitos de gobierno lo tienen en cuenta y apoyan; y en todo el mundo, los demás países lo reconocen.
Bien se sabe que año con año, en particular, gracias a los cordobeses, con el apoyo de su H. Ayuntamiento Constitucional, se conmemora la fecha, se hace presente el pasado, se recuerdan personajes y condiciones, acciones e intenciones que les originaron.
En este contexto, debe mencionarse que hay que hacer un reconocimiento al esfuerzo local, encabezado por la Presidenta Municipal de Córdoba, Leticia López Landero.
Esfuerzo que ha ido más allá, de lo formalmente acostumbrado, con la programación y realización de múltiples actividades, actos y reuniones, como la reunión de la Academia Nacional de Historia y Geografía, filial Veracruz, encabezada por Armando López Macip y otros, que presentaron interesantes trabajos y propuestas; y, en particular, bien por lecturas para niños, jóvenes y adultos, que hacen referencia a tan importante acontecimiento.
Como la edición especial de Los tratados de Córdoba, de Othón Arróniz, que, desde su aparición en l985, ha sido y es fuente de consulta, punto de referencia, estudio y difusión de tan importante acontecimiento independentista.
Se debe resaltar también, que esto se hace en un contexto de amplio y abierto reconocimiento, que incorpora otras valiosas publicaciones, que abordan diversos aspectos del tema independentista mexicano.
De ahí que, es justo reiterar la trascendencia que tiene, su reimpresión y su distribución. Resaltándose que dicha publicación, propicia tanto la oportunidad del diálogo y debate, como la del aprendizaje acerca de hechos y personajes, intereses y acciones, condiciones e intenciones que caracterizaron o protagonizaron esos acontecimientos.
Contribución singular que, desde su aparición, propicia y provoca la singular oportunidad para recordar y no olvidar; y también para analizar y estudiar, debatir y dialogar sobre diversos aspectos del acontecer histórico en cuestión. Importantes formas del aprender, para llegar a ser.
Por lo demás, oportuno mencionar que Othón Arróniz Báez, es todo un personaje, tanto en su preparación intelectual y académica, como en su ocupación, como escritor, impresor, periodista y promotor cultural. Sus sobresaliente persona, la respaldan, sus resultados y logros, sus propuestas y desempeño.
Othón xalapeño, que nació el 2 de julio de 1921 y falleció el 16 de noviembre de 1992. Fue docente, investigador y funcionario universitario. Destacó como fundador y director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UV; investigador del Centro de Estudios Literarios de la UNAM; y autor de numerosas obras, entre las que destacan:
Alfonso Ulloa servidor de Don Juan Hurtado de Mendoza. Bulletin Hispanique, 1958; La influencia italiana en el nacimiento de la comedia española. Editorial Gredos, 1967; Yanga, primer libertador de América, 1973 (teatro); El Colegio del Espíritu Santo en el Siglo XVI, Universidad Autónoma de Puebla, 1978; El despertar científico en América. Universidad Autónoma Metropolitana, 1980; La batalla naval de San Juan de Ulúa, Universidad Veracruzana, 1982; Los Tratados de Córdoba. Universidad Veracruzana, 1985; Presentación, novelas escogidas, de Mateo Bandello. Linterna Mágica. Editorial Trillas, 1987; Cándido Aguilar…intimo. Editorial Trueba; Un crimen imperfecto. Editorial Trueba, 1992; Dos ensayos Históricos. Homenaje Póstumo. Universidad Veracruzana, 1995; y muchas otras publicaciones.
En 1986 fue presidente del Primer Congreso Nacional de Historia, “La Independencia de México”. En 1988, preside el Primer Congreso de Historia, “La Revolución Mexicana”
Impresor y periodista, impulsó la Imprenta Trueba que dirigió desde 1948; y fundó la Sociedad Arróniz, S.A. de C.V, desde l960, la que dirigió y fue su accionista principal.
Y se debe mencionar, que destacó, como fundador de ocho periódicos: El Mundo de Córdoba, El Mundo de Orizaba, El Mundo de Ciudad Mendoza, El Mundo de Tehuacán, El Diario de Tuxpan, El Norte de Poza Rica, Diario Ya de Xalapa, y Cancún News. Autor de la conocida y leída columna periodística, Bitácora Sentimental.
El veracruzano Othón Arroniz, xalapeño por nacimiento y cordobés por decisión propia, ha sido reconocido y valorado en diversos campos del conocimiento y de la actividad profesional. Se siguen, citan, analizan y valoran sus múltiples y diversas contribuciones académicas. Tanto de investigación histórica, como de teatro; de temas filosóficos, y de cuestiones educativas; así como de periodismo, como de promoción artística y cultural
Orgulloso de su familia, los atendió con innumerables muestras de amor; y también reconoció la capacidad y dedicación de cada uno de sus seres queridos.
En particular, siempre destacó la capacidad, trabajo y creatividad de su amada esposa Clementina y de sus hijos Raul, Julia, Marisol, Mónica y Flor.
De Othón Arróniz han hablado (y hablaran) innumerables académicos, destacados especialistas de la Historia, la Filosofía, el Periodismo, la Antropología y otras. Recuerdo, entre tantos y tantos, a Fernando Salmerón, Emilio Carballido, Rosario Castellanos, Luisa Josefina Hernández, Octavio Castro, Félix Báez Jorge, y José González Sierra. Sus obras ahí están en libros y publicaciones; en imprentas y periódicos, en bibliotecas y archivos.
En fin, a un simple, sencillo y singular hecho, hay que darle toda la importancia que merece.
Bien por la reimpresión del libro Los Tratados de Córdoba, que permite alcanzar importantes objetivos de dialogo, debate y comunicación.
Por lo pronto y a reserva de regresar al tema, la recomendación más simple y sencilla es leer el libro, para entender la Historia y aprender de ella. Conmemorar es importante, fecha y lugar en el calendario. Vivir la Historia lo es más, se entiende y aprende de otros.
Los tratados de Córdoba, origen de la nación. |
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