Por Rafael Arias Hernández.
Seis de cada diez, en edad escolar, no tienen acceso a la educación superior.
Y de los afortunados que logran egresar del nivel medio superior y superior, uno de cada dos será desocupado. De poco más de 2,4 millones de desocupados, representan casi 1.3 millones, esto es el 52%..
Eso sin mencionar la subocupación e informalidad crecientes en este nivel educativo.
Siguen rechazados en aumento, frente a contados admitidos. Inocultable, que entre más educados más desempleados.
¿Y los derechos humanos, incorporados a la Constitución federal y otras leyes?
A la Universidad Pública en México, como a todas las instituciones, la nueva realidad les afecta en su desempeño. Son notorias las condiciones que ya se viven y padecen, así como los múltiples retos y problemas que ineludiblemente deben enfrentar y resolver. Más aún, la complicación aumenta, para las obligadas a renovarse y cambiar su administración, como la Universidad Veracruzana.
Importante insistir en señalar, que unas y otras, todas las instituciones públicas están inmersas ya, en esa nueva realidad, que todo lo está afectando y transformando.
Así que, en general, al respecto es posible afirmar, que en cada uno de los casos que concluyen, es posible reclamar que no se pueden admitir mediocridad, ineficiencia, corrupción y perversidad delictiva. Tampoco conocidas y desgastadas declaraciones y afirmaciones.
Nada de que todo se hizo bien y se entrega casi en lo perfecto. Inadmisible declarar que no pasa nada y todo está bien.
La exigencia incluye, la necesaria determinación y denuncia, de presuntos responsables, prófugos potencias, y culpables impunes.
Esta es la cuestión de todo responsable a cargo, que ya termina y debe entregar; está por precisarse qué se atendió y qué sigue pendiente; qué se hizo y qué no; qué se utilizó y aprovecho, en qué, por qué y para qué.
Imprescindible saber cuáles son los buenos y los malos resultados; diferenciar, errores de aciertos; identificar logros y avances, frente a pérdidas y retrocesos.
En todo caso, reconocer trabajo y esfuerzo en los buenos resultados; y denunciar negligencia e ineficiencia, abuso y daño de irresponsables y culpables que los ocasionaron.
Nada de simulación y encubrimiento. Ni complicidad, ni uso y abuso de las instituciones, sus atribuciones y recursos. Y, desde luego, hay que determinar cuáles son las afectaciones y nuevas condiciones, del cambio que ya empezó.
Conocido es que no hay institución perfecta, incluyendo las que se dicen representar a Dios; la condición humana da a todas, los suficientes errores y defectos para asegurar esa mayor o menor imperfección.
ENFRENTAR LA PROBLEMÁTICA.
En este complicado contexto, la Universidad Publica enfrenta hoy singulares desafíos y complicadas situaciones, que propician, incrementan y agravan, todo tipo de crisis.
En su caso, como se le identifica y autodefine como espacio del saber y el conocimiento, se espera que participe en el esfuerzo social y haga ya, importantes contribuciones y un papel sobresaliente, para superar obstáculos y resolver problemas, que afectan a generaciones presentes y futuras.
Se confía que así sea; sobre todo, porque se sabe que se han canalizado y canalizan, significativos apoyos y recursos, para su pertinente y permanente funcionamiento, y para el cumplimiento puntual, de sus obligaciones inherentes, a responsabilidad social y una más y mejor educación superior. Los gobiernos pagan, la sociedad cumple, ahora debe corresponderse.
Hoy en día, sobresalen rechazados y desempleados, escasez de recursos y crecimiento de necesidades institucionales. En cuanto a la mayor cobertura de educación superior, la situación se complica, porque es ineludible atender, bien y a tiempo, el derecho constitucional a su acceso. Esto es, el gobierno debe ofrecer educación en forma gratuita, y debe ampliarse su cobertura, ante población en aumento.
Las estadísticas muestran que, según el INEGI, al primer trimestre de 2018, como total de personas desocupadas se reportaron 1, 713,857, frente al mismo trimestre de 2021, que fueron 2, 411,863.
En tres años, se obtuvo, un incremento del 40.7%
En cuanto a las mismas fechas, la distribución de desocupación por nivel educativo, para 2018 y 2021 se reportaron respectivamente: 85,596 y 108,230, con Primaria incompleta; 220,614 y 272,237 con
Primaria completa; 622,648 y 767,030 con Secundaria completa; y 807,232 y 1, 260,695 con Medio superior y superior.
Rechazados y desocupados aumentan.
EL ADIOS
Así, conviene, hacer saber y recordar, que llega puntual la exigencia y sentencia, de que: no hay plazo que no se cumpla, ni evaluación que no se haga.
Para los que concluyen su encargo, las noticias empiezan a llegar. Muchos ya saben, quiénes los van a substituir y asumirán el cargo; y también saben, que son y serán sometidos a evaluación, fiscalización, para el correspondiente reconocimiento o sanción.
El caso de mediocridad y corrupción en la Universidad Pública preocupa y debe atenderse bien y cuanto antes.
Se sabe que algunas están quebradas, no tienen para pagar sus gastos programados; otras está en crisis o en quiebra potencial; y otras sometidas y afectadas por gobiernos estatales y rectorías corruptas, ineficientes o mediocres, expertas en gastar y ganar más. Pocas tienen oportunidades y ventajas. Es el caso de la Universidad Veracruzana, próxima a su renovación y cambio.
En general, preocupa su presente y futuro; y se espera más presencia, mayor participación y más efectividad, en el esfuerzo social, y en el gubernamental.
El hecho es que, inocultable e insoportable. Injusto e injustificable, en muchas formas se sabe, padece y soporta este tipo de crisis.
En general, en la Universidad se deben atender inocultables compromisos: el avance de la Democracia; el respeto a los derechos laborales; el crecimiento de la cobertura de licenciatura y posgrado; el aprovechamiento tecnológico y organizacional presente y futuro; la garantía plena y actualizada de derechos y obligaciones individuales e institucionales; el impulso a la promoción, exploración, creatividad e innovación artística, científica y cultural; y otros más.
La vida sigue, las responsabilidades de los que se van aún no concluyen. Apenas se prepara, la entrega recepción (o decepción).
¿Reconocidos o perseguidos? ¿Héroes o villanos?
A todo santo le llega su fiestecita.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |
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