Rafael Arias Hernández.
El cambio avanza, se extiende y profundiza problemas y conflictos, retos y desafíos. También ofrece oportunidades y ventajas.
En contraste. Ignorancia y desconocimiento, ineptitud e incompetencia, también crecen o mantienen su dominio; y caracterizan buena parte, de las decisiones y comportamientos de gobierno y sociedad.
Ante la inseguridad pública y la falta de administración y procuración de justicia; ante la inocultable insuficiencia de servicios gubernamentales de salud; ante las crecientes crisis de administración y finanzas públicas.
A todo esto y más, imprescindible tener presente la inopia de la Economía, que no se entiende ni atiende, bien y a tiempo.
Injusto e inaceptable mantenerse en más de lo mismo, cuando recesión, desempleo y pobreza, aumentan y siguen complicándose aún más, con los efectos de la epidemia de nuestro tiempo; y también, con la lucha política y de intereses, por obtener o controlar los gobiernos.
Una vez más, tenemos la oportunidad de enfrentar la adversidad y resolver viejos y nuevos problemas.
El principio de acción es el de, en verdad, intentar cambiar orientación y esfuerzo, afectados y beneficiados.
Preciso reconocer, para empezar, que el intento, pretende obtener logros, aciertos y avances; y entender que, como todo quehacer humano, es probable que ocasione errores y pérdidas.
PRIMERO LOS POBRES.
En todo caso, es más que conveniente tener presente cuales han sido las principales motivaciones o ideas centrales, que representa dicho intento de cambio, votado y respaldado en las elecciones de 2018; mismas, en las que decidió entregar representación y poder a AMLO y su gobierno, en la autollamada cuarta transformación O 4T..
Sin duda, el principal motor del movimiento ha sido y es, combatir y reducir desigualdad y pobreza, hambre y miseria que afectan generación tras generación, a millones y millones de seres humanos.
Así que. Parte del cambio que se intenta, es atender mayorías que, por costumbre o tradición, han sido segregadas, rechazadas o ignoradas, por las políticas gubernamentales correspondientes; que
en muchos casos, han resultado ser, en la práctica, insuficientes y hasta simuladas.
Por otro lado, destaca también, como motivo principal y causa de movilización social, el creciente y más frecuente ejercicio de derechos y libertades, que estimula y fortalece la participación y evaluación ciudadana y social, determinantes para alcanzar las transformaciones sociales y políticas necesarias.
Así, puede asegurarse que, desde siempre, la construcción de la nación ha sido y es, nuestra responsabilidad y motor de nuestra determinación. El ideal se mantiene: nación de todos y para todos, libre y soberana; y también justa y generosa, de oportunidades y esperanzas, de hechos y realizaciones.
De ahí que, hoy como ayer, es preciso entender magnitud, dinámica y alcances del cambio social que no se atiende bien y a tiempo.
Pensar, reflexionar, dialogar, debatir, proponer, acordar y decidir lo que más conviene a los mexicanos de hoy, y a los del mañana que ya están entre nosotros. Partiendo simplemente del hecho de que presente que se niega es futuro que se cancela.
La lección se repite en la historia: nadie está obligado a hacer lo imposible, ni se le puede condenar al sacrificio extremo.
¿Por qué esperar enfrentamientos y violencia para cambiar lo que se deba cambiar? ¿Por qué permitir o causar daños y pérdidas, sacrificios y sufrimientos, si se puede prever lo previsible y evitar lo evitable?
La situación puede ser diferente, si el poder público, reacciona bien y a tiempo; atendiendo, orientando y canalizando los reclamos de justicia, y los cambios sociales y políticos demandados.
¿Pero, el otro ángulo, el del aprendizaje del error para no repetirlo ni padecerlo?
En muchos casos, independientemente de las limitaciones de leyes e instituciones, de los alcances y repercusiones de ineficiencia e injusticia gubernamental, no se advierte, ni aprecia la magnitud del cambio social y sí, por el contrario, se intenta detenerlo, cancelarlo, eliminarlo o distorsionarlo, dependiendo de los intereses y privilegios que afecta.
Hora de exigir lo posible. En las democracias de hoy, los representantes del poder público están obligados a, atender y resolver los problemas presentes y prever los futuros; satisfacer las necesidades sociales básicas, mantener actualizadas las instituciones públicas y, consecuentemente, a promover las reformas en leyes e instituciones, que controlan y orientan evolución y cambios, para el bien de la sociedad.
EN POBREZA, CASI UNO, DE CADA DOS VERACRUZANOS
Preciso valorar esfuerzos y aprender lecciones. Identificar logros y avances, así como pérdidas y errores. Saber de fortalezas y debilidades, ventajas y oportunidades, para identificar problemas y conflictos, que la realidad hace evidentes. Preguntarnos:
¿Por qué, el principal programa de exportación es el de pobres, que desde el exterior envían más de 36 mil millones de dólares, a los pobres que aquí siguen?
¿Estamos frente a una bomba de tiempo? ¿Hasta dónde llegará aguante, conformismo y resignación, de millones de indigentes y menesterosos? ¿No estamos ignorando, minimizando y posponiendo, transformaciones que pueden presentar o facilitar soluciones?
Las situaciones pasadas y presentes no son iguales. Las condiciones y necesidades de cambio económico, político y social, no son las mismas, en demasiados aspectos son de proporciones y alcances diferentes. De cualquier forma, importante alertar y prevenir, más que ignorar y lamentar.
En plena pluralidad, hacer uso de derechos y libertades, para expresar coincidencias y divergencias. Privilegiar consensos y evitar confrontaciones y enfrentamientos, innecesarios y hasta violentos.
En este contexto, preciso avanzar en el logro de un buen gobierno, construir un nuevo andamiaje institucional, con sus renovadas funciones y procedimientos; así como leyes y normas que garanticen, convivencia civilizada y solución pacífica de problemas y conflictos. Impulsar crecimiento y desarrollo económico necesarios; y aplicar a tiempo, las “políticas de Estado” pertinentes, para garantizar un presente y un futuro lleno de oportunidades.
Aquí y ahora hacemos al mismo tiempo geografía e historia. La superación de obstáculos, retos y desafíos requiere del todo y las partes. Nadie vendrá a hacer lo que nosotros no seamos capaces de emprender, sostener y alcanzar por nosotros mismos.
El cambio, es el sentido de la vida.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |
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