Por Rafael Arias Hernández.
Irresponsable e injusto ignorar, minimizar o encubrir la gravedad de las limitaciones y sacrificios a los que se enfrentan, cada vez más millones y millones de personas. Se habla de más de 60 millones de mexicanos en pobreza.
Bien se sabe y padece, que en México, la problemática no es nueva, tiene viejas y nuevas complicaciones, complicadas y agravadas por un ámbito internacional, también en abundantes aprietos y dificultades; y, desde luego por gobiernos incapaces de atender dicha problemática.
Es notorio que a las anunciadas y persistentes crisis de los sectores de salud y seguridad pública, se suman muchas otras.
El caso es que, sin duda alguna, hambre y pobreza siguen en aumento; y desde luego, preciso considerar otras prioritarias, como falta de agua, y persistencia de ineficiencia y delincuencia gubernamental.
Todas ponen en evidencia, insuficiencias y limitaciones del sector público; y también, exhiben desinterés, pasividad y la poca o nula participación y evaluación ciudadana y social.
Es urgente que los gobiernos federal, estatal y municipal asuman sus responsabilidades ante la nueva realidad; y que para empezar, atiendan de inmediato la creciente complicación de los problemas económicos y financieros, así como los ambientales y sociales.
La Economía no puede ignorarse, ni atenderse con más de lo mismo. La sociedad, las personas exigen atención y buenos resultados.
Los hechos, muestran mucho de lo padecido pero no aprendido; y también, precisan lo que se pierde y no se recupera; así como la persistente repetición de promesas y compromisos a incumplirse, que termina casi siempre en recurrentes excusas y pretextos.
NO MAS FUNAMBULISMO ECONOMICO.
Las condiciones actuales exigen, atender cuando menos cuatro aspectos importantes y determinantes de la estrategia económica, a seguir.
Empezar por definir la caracterización del contexto actual, muy diferente y particular respecto a otros, considerados en el pasado tanto en la práctica, como en la teoría. La situación actual es diferente; sus condiciones, llenas de cambios y ajustes.
Enseguida, asegurar la elaboración y presentación del diagnóstico correspondiente al o los problemas que se quieren atender y resolver. No se puede resolver lo que se ignora, ni atender bien lo que mal se conoce.
Un tercer aspecto se refiere, a la presentación de la estrategia económica y financiera, seleccionada y fundamentada, debe ser viable y pertinente.
Y el cuarto, las acciones de solución, que deben asegurarse con más y mejor participación y evaluación ciudadana y social
Insistir siempre, que es obligatorio conocer lo que se quiere atender y resolver. Estamos y padecemos crisis que no hemos podido superar y se agrava. Aunque sin duda se hacen esfuerzos, que muestran algunos logros y avances; es indiscutible que todavía falta mucho por hacer, y más que resolver y superar.
En todo caso, insistir en que se deben considerar intensidad y magnitud de los cambios ocasionados en la economía y sus mercados.
En muchos casos, ya está claro, que no se regresará a las mismas condiciones de antes, ya que producción e intercambio de bienes y servicios han sido alterados, transformados o sustituidos.
Ante esto y más, habrá que disponer de una actitud más abierta y comprensiva, de diálogo y debate; y de más y mejores conocimientos y capacidad para llevarlos a la práctica. Ignorancia e incapacidad no son solución.
Habrá que continuar con ajustes, o volver empezar; para ello hay que replantear los problemas, ante esa nueva realidad y perspectivas. Pensar y repensar, fortalecer y replantear. Superar la afectación y aprovechar oportunidades. Administrar el desastre y dar paso a creatividad e innovación.
Insistir, en la coordinación y unificación de esfuerzos: y también advertir, que si persisten enfrentamiento, agresión y violencia va a ser más difícil, casi imposible atender y garantizar estabilidad, paz pública y salud; imprescindible también, asegurar economía y finanzas crecientes. Salir de las crisis exige coordinar voluntades, integrar esfuerzos y obtener buenos resultados.
Bien se ha dicho y repetido. Enfrentarla, “convencidos y unidos, o divididos y vencidos”.
Oportuno tener siempre presentes, los importantes aspectos económicos y financieros.
Venimos de un estancamiento y casi caída del PIB, de 0.1%, en 2019, caracterizado por decrecimiento de la inversión pública y desaceleración del consumo. Pasamos a fuerte contracción económica, ya que en 2020, nos hicimos más pobres y hambrientos. La inversión privada está presente e intenta ser creciente; mientras la inversión pública es mínima y decreciente.
Así, es imprescindible generar y fortalecer, apoyo y creación de empleos formales e informales, que aseguren los ingresos y prestaciones suficientes, para atender las necesidades básicas. Todavía no se recuperan los empleos formales perdidos en 2020, faltan más de 620 mil, para llegar a los 20.8 millones que en noviembre de 2019 registro el IMSS. Más los cientos de miles que no se han creado, ante la incorporación de población creciente. Se habla que faltan más de 2 millones de empleos formales.
Esto obliga, a dar también, la debida atención al inocultable problema de la inflación presente y creciente.
Inocultable, la presión inflacionaria es alta, por diversos motivos que van desde efectos de la sequía; aumento de precios de combustibles, como el gas; afectaciones en la capacidad de distribución; incremento de demanda por resurgimiento de movilidad social y otros más.
Para junio de 2021, según INEGI, indicadores muestran que el país padece una inflación creciente. Esto es, 31 de los 32 estados del país rebasaron el objetivo inflacionario del Banco de México (Banxico), que es de 3% +/-1 punto porcentual. Veracruz tuvo 5.80%.
Solo Tabasco quedo por abajo, con 3.85%.
Incluso, cinco registraron cifras porcentuales récord, en su nivel de inflación anual: Ciudad de México (5.53), Nuevo León (5.30), Jalisco (6.70), Puebla (6.69) y Tlaxcala (6.83).
“Por entidad, los mayores incrementos anuales en los precios al consumidor durante junio se registraron en Zacatecas (7.74% anual), Coahuila (6.93%) y Baja California (6.84%), mientras las tasas más bajas fueron en Morelos (5.07%), Quintana Roo (4.40%) y Tabasco (3.85 %)”. (El Economista. 120721)
Urge entender y atender bien la Economía. .. o padecer daños y consecuencias.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |
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