Cuando se percibe el ejercicio del poder político como una oportunidad para el disfrute o la venganza personal, y no para servir, suele inducir a quien así lo aprecia a cometer deslices, que incluso en su momento podrían ocasionarle serios dolores de cabeza; ese fenómeno es posible describirlo con el símil de recoger las varas de los cohetes tronados durante la lujuriosa fiesta del poder. En el día a día, sucede con frecuencia a quien no está preparado para el ejercicio del poder y se supone infalible e intocable, es la “borrachera del poder” en toda plenitud. En años recientes hemos sido testigos del desprecio de algunos gobernantes a sanciones devenidas desde la Suprema Corte de la Nación, lo cual configura una acción tipificada como delito, pero en el uso del poder no se las calibra en su exacta dimensión por suponerse intocables, pensamiento erróneo porque el poder no es para siempre y ya fuera de él comienzan las lamentaciones y los sinsabores.
Hace dos semanas conocimos de la integración de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México, integrada por Julio Frenk, Claudia Agostoni, Sergio Aguayo, Mariana Campos, Julia Carabias, Enrique Cárdenas, José Ramón Cossío, Carlos del Río, Amanda Glassman, Eduardo González-Pier, Tonatiuh Guillén, Antonio Lazcano, Carlos Mancera, María Elena Medina-Mora Icaza, Carol Perelman y Sylvia Schmelkes, son investigadores y académicos de prestigio muy reconocido cuyo propósito, dice el doctor Frenk, consiste en “tener la dimensión exacta de la magnitud, con datos objetivos. Segundo, para aprender de lecciones, porque va a haber futuras pandemias… Tercero para honrar la memoria de toda la gente que sufrió tanto, no podemos simplemente decir 800 mil muertos y olvidarnos de ellos, tenemos una obligación moral de averiguar qué fue lo que pasó, y cuarto, como un ejercicio de rendición de cuentas , que es esencial para la vida de una sociedad y en un país democrático” Preside esta Comisión el doctor Jaime Sepúlveda, epidemiólogo, actualmente Director Ejecutivo del Instituto de Salud Global de la Universidad de California. Por supuesto, señalan, buscarán entrevistarse, entre otros, con el doctor López Gatell, el operador de las acciones contra el Covid-19, el de las “curvas aplanadas”, el mismo que no avalaba el uso del cubrebocas cuando en todo el mundo era prenda obligatoria, ese que se resistió a establecer las pruebas diagnósticas como método preventivo, el del “catastrófico” cálculo de un inimaginable número de 60 mil víctimas. Obviamente, tiene mucho que explicar: ¿por qué en México murieron cerca de 800 mil personas y fue el cuarto país con mayor número de defunciones por Covid-19; ¿por qué murió un excesivo número de personal médico y paramédico en este país? Japón, país con igual número de habitantes que México reportó menos de 60 mil víctimas del Covid, Chile y Uruguay, en proporción, contabilizaron menos víctimas del Covid que nuestro país. “Los resultados de la pandemia en México se encuentran entre los peores del mundo”, señala el Dr. Sepúlveda, quien adelanta que en abril darán a conocer el resultado de sus investigaciones. Conclusión: un inmaduro con poder no aprende en cabeza ajena y tropieza siempre con la misma piedra. He aquí el por qué López Gatell busca con la tenacidad no mostrada como “Zar” anticovid la tabla salvadora de un cargo de elección popular para escudarse en el fuero. Pero ¿le alcanzará? |
|