Ya nos hemos referido a la muy errónea percepción que tenía la candidata de Morena al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle, cuando concebía una campaña electoral presuntamente sobre ruedas, en caminos sembrados de flor de azahar, rutilantes buganvilias y atronadores aplausos, acompañados con baños de confeti, en consecuencia, por ese equivocado diagnóstico procedió a deslindarse de sus compañeros del gobierno estatal, pero lo hizo al cuarto para las doce y no a las doce y cuarto como mandan los cánones de la política, además, determinó candidaturas al senado según dictados viscerales, porque al mandar a Manuel Huerta a la segunda fórmula ubicando en la primera a una desconocida, en automático les restó competitividad como podrá comprobarlo el día de la elección. Adicionalmente, por una desacertada evaluación del escenario político veracruzano la candidata de Morena al gobierno de esta entidad no midió con exactitud la dimensión de sus adversarios y tampoco cuidó de borrar ciertas huellas de su paso por la administración federal para así evitar el tormentoso dilema de enfrentar “más denuncias que Trump”, como señala Pepe Yunes. Por esos errores de cálculo en esta campaña electoral Rocío Nahle mantiene dos frentes abiertos: el de las demandas ante la autoridad ministerial a causa de su abultado e inexplicable patrimonio inmobiliario y el de convencer a los veracruzanos que realmente está capacitada para asumir la responsabilidad de sacar a Veracruz del atolladero en que se encuentra, porque en la comisión de construir una refinería está comprobado que no superó la prueba.
“Para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, dice un sabio aforismo que en este caso se personifica en Pepe Yunes, el candidato de Fuerza y Corazón por Veracruz al gobierno estatal que ha aprovechado su carisma y su discurso para reforzar sus añejos vínculos con la ciudadanía veracruzana, y a la vez reiterar compromisos con los diferentes sectores de la población de esta entidad para que una vez electo gobernador se integren a su Programa de Gobierno las demandas insatisfechas. Pese al camuflado propósito de desalentar el voto con el cuento de una ventaja inexplicable (por decir lo menos) y sin importar sus intensos recorridos por la entidad durante las últimas dos décadas, Pepe Yunes se involucró responsablemente en una campaña seria, de contacto directo con la ciudadanía, ofreciéndose como una opción viable, eficiente y suficiente para hacer de Veracruz el estado vanguardista de la nación, cual debiera ser porque es rico en recursos humanos y naturales, solo que evidentemente muy desaprovechados. No es difícil alcanzar ese paradigma, solo se requiere de la credencial para votar y hacerlo responsablemente por Veracruz. |
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