A su manifiesta confusión de inicios de año al ubicar la Laguna de Catemaco en el litoral del Golfo de México, esta semana la ingeniera Rocío Nahle hace evidente su desconocimiento de la división política de Veracruz. Aunque ya está quedando al descubierto que eso de la improvisación retórica no se le da y que debiera acudir a mejores guiones, la candidata de Morena al gobierno veracruzano está padeciendo serias dificultades para engarzar un buen discurso con rumbo a convencer a la ciudadanía de esta entidad de ser una opción acorde a las circunstancias que vive Veracruz; pareciera que en su subconsciente reverbera el tema de su nacimiento ajeno a esta aldea, lo que se empeora con los dislates referidos. Por supuesto, esa disposición no necesariamente significa ausencia de competitividad, si nos atenemos a una candidatura forjada en los entretelones de una elite política decidida a no entregar el poder y en esa lógica está dispuesta a aplicar las artimañas que de antiguo se han estilado, combinadas ahora con los adelantos cibernéticos para lo cual abunda el recurso económico. No obstante, en orden a las circunstancias, Rocío Nahle caminaría reconociendo la geografía humana y política de Veracruz con bastante soltura si no tuviera enfrente una candidatura oposicionista de gran calado protagonizada por José Yunes Zorrilla, quien por años ha recorrido palmo a palmo el territorio en donde aspira gobernar, de eso hace constancia plena el que la actual es la décima campaña electoral que protagoniza como candidato, su condición de diputado federal agenciada por la vía de la mayoría relativa es testimonio de una elección ganada a pulso.
Pero Ni Yunes Zorrilla ni Rocío Nahle caminarán en solitario en la campaña para convencer a la ciudadanía veracruzana de ser la mejor opción, en este pugilato electoral tendrán la compañía, para bien o para mal, de los candidatos al senado y a diputado local (30) y federal (19), corresponde a las respectivas coaliciones escoger los mejores prospectos para la representación ciudadana de acuerdo al riguroso criterio (hasta donde esto sea posible) de competitividad, porque importa el gobierno estatal, pero también el Poder Legislativo. Ya hay acuerdos en ambos bandos, en cuanto a la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz, para diputados locales al PAN le corresponde competir en 19 distritos electorales, al PRI en 7 y al PRD en 4, este reparto es resultado de negociaciones a nivel de cupulas partidistas privilegiando el grado de competitividad de cada partido en la geografía veracruzana. Por su parte, Morena se lleva gran numero de distritos, nada para el asombro porque históricamente en Veracruz ni el PT ni el Verde Ecologista concitan la confianza ciudadana. Poco a poco se está cerrando este primer ciclo para una vez concluido subir al ring electoral donde el mejor juez será la ciudadanía veracruzana. |
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