por
Alfredo Bielma Villanueva
A solo seis meses del relevo institucional de presidente de la república, el ahora en funciones, Andrés Manuel López Obrador, ya no podrá cumplir el sueño que sembró en los mexicanos de hacer del sector salud de este país uno muy similar al de los Países Bajos, esa fantasía ya quedó en utopía porque no será concretado, incluso en los próximos años de seguir en descenso el presupuesto asignado para rubro tan importante. López Obrador es autor del libro “decadencia y Renacimiento de México” donde dibujó un prometedor destino a los mexicanos al ofrecer: “En 2024 la delincuencia organizada estará acotada y en retirada … Los índices delictivos serán 50 por ciento más bajos en comparación con el actual periodo de violencia (…) Ya no será México el país de la violencia, de los desaparecidos y de la violación de los derechos humanos”. Ya en pleno declive de esta administración no sin pena podemos asegurar que será otra asignatura pendiente, muy lejos de la meta prometida porque el país se está desangrando en pleno proceso electoral sin que haya autoridad suficiente para garantizar la tranquilidad a autores políticos participantes en candidaturas de cargos de elección popular. De esta macabra realidad ya ningún distractor tiene la eficacia suficiente para desviar la atención de la ciudadanía mexicana, simplemente este gobierno, en materia de seguridad pública, ha quedado a deber.
Secuestro masivo en Nuevo León, linchamiento en Taxco, tres asesinados en Castillo de Teayo, asesinan a Gisela Gaitán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, extorsiones al por mayor, forman la columna vertebral de la noticia cotidiana en el país. Sin embargo, el discurso oficial insiste en la “exitosa” estrategia de “combatir las causas de la violencia” otorgando becas solo para fomentar el clientelismo político porque nada ha resuelto en realidad. Y para el colmo, ese procedimiento de regalar dinero para “combatir la pobreza” es el mismo que ahora se está aplicando en materia de migración solo que en este caso los beneficiados son venezolanos y cubanos. El ruido de las campañas electorales se acompaña con el estruendo provocado por la violencia diaria, lo más lamentable radica en que con mucha frecuencia la delincuencia invade el carril político sin que hasta ahora sepamos hasta qué grado una se confunde con el otro. ¿Será acaso que ya soltaron al tigre? Estando en campaña para la presidencia en 2018 quien ahora es presidente dijo en evento público con empresarios del país que si se atrevieran a desconocer su triunfo se iría a su rancho pero que no respondía si se soltase al tigre, Leonardo Curzio moderó esa asamblea, seguramente lo recordará. Esa advertencia la acaba de repetir, pero ahora habla de “tigres” en plural. “pos” ¿cuáles son y qué está pasando? |
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