Para cualquier mexicano contar con servicios de salud equivalentes a los proporcionados en los Países Bajos hubiera sido un sueño realizado, lamentablemente ese paradigma ya no será posible alcanzarlo al menos durante el actual periodo de gobierno, como fue ofrecido por el presidente López Obrador, quien en su euforia propagandística no solo dibujó como posible realidad esos servicios para México, sino aún “mejores” que en Dinamarca, ¡eso ha dicho! Pero nuestra muy terca realidad contrasta subrayadamente con ese esperanzador discurso al poner como prueba irrefutable el diario acontecer de cualquier nosocomio de la provincia mexicana para cerciorarse de las penurias que allí se padecen, desabasto de medicinas, equipos en malas condiciones por falta de mantenimiento, carencia de insumos para laboratorio, etc. Por supuesto, esa no es la generalidad, porque el IMSS con su régimen de aportación tripartita (trabajadores, empresarios y gobierno) con el paso de los años ha alcanzado un modelo de organización bastante aceptable. Por ejemplo, en la entidad veracruzana sus centros hospitalarios de Xalapa, Orizaba y Veracruz mantienen un estándar aceptable, desafortunadamente ni en Coatzacoalcos, Minatitlán o Poza Rica y mucho menos de sus clínicas ubicadas en poblaciones de menor envergadura pudiera otorgarse calificación aprobatoria. El ISSTE transcurre con mayores problemas en esta entidad, porque aparte de Xalapa y Veracruz todo lo demás es autentica penuria. Y ¿qué decir de la infraestructura hospitalaria del Sector Salud dependiente ahora del IMSS-Bienestar? Desaparecido el Seguro Popular se dejó sin protección a la atención de enfermedades de mayor calado a millones de mexicanos pertenecientes a la población económicamente más vulnerable, porque el INSABI que lo sustituyó fue un completo fracaso, y el IMSS-Bienestar aún no termina por consolidarse, con ese escenario a la vista es difícil concebir servicios de salud de excelencia.
Ya a solo nueve meses de concluir el actual periodo de gobierno se antoja difícil imaginar una calificación aprobatoria en materia de salud. No es para dar saltos de alegría porque este, el de salud, es uno de los expedientes que cualquier gobierno del matiz ideológico que sea debe atender prioritariamente. Si bien el discurso oficialista al estilo de un cirujano del aire pregona avances en esta materia un exitoso avance en materia de salud, la realidad lo desmiente con tozuda evidencia. Si con la mega ocurrencia de armar el escenario de una mega farmacia desde donde surtir medicamentos a todo México se pretender tender una red para engarzar una narrativa exitosa el único resultado factible será un mega fracaso. Una pregunta de lógica respuesta lo evidencia: ¿para una entrega inmediata al derechohabiente, no es mejor mantener bien surtidos de medicina los almacenes de cada centro de salud que mantener almacenados cientos de toneladas de medicamentos en un lugar apartado de todo centro hospitalario? Es pregunta |
|