El artículo 49 de la Constitución política de Veracruz, en su fracción XXI establece como obligación del gobernador: “Presentar ante el Congreso del Estado, el 15 de noviembre de cada año, un informe escrito acerca del estado que guarda la administración pública…”, para este caso lo puede llevar a cabo con la presentación del documento relativo a la gestión correspondiente, y no necesariamente se requiere lo haga personalmente como antaño se hacía en sesión solemne del Congreso local. Sin embargo, el gobernador Cuitláhuac García acaba de anunciar que adelantará su rendición de cuentas al 18 de agosto en localidad aún no determinada, ese movimiento de fechas pudiera ser señal de potenciales cambios en la conformación del gobierno estatal, lo que a estas alturas del plazo sexenal no levanta grandes expectativas pues en materia de resultados estos han sido magros en exceso, aunque acaso despierta cierta curiosidad por saber en qué cargo de la administración federal será ubicado el ingeniero García por la actual presidenta electa, porque tal vez tengamos un gobernador sustituto, a quien le correspondería la entrega del informe documentado ante la H. Cámara de Diputados el 15 de noviembre. Por lo demás, no extrañará su incorporación al equipo de la doctora Sheinbaum porque Cuitláhuac García fue fiel soldado del presidente López Obrador y en esa medida pisó callos, y hasta vidrios, por lo cual en pleno apego al Spoil System se le habrá de blindar con un cargo en el gobierno federal. Intriga el adelanto del informe porque sería hasta diciembre su incorporación efectiva, salvo que la estrategia de la nueva presidenta incluya, en coordinación con el gobierno saliente, colocar con antelación al arranque de la nueva administración sus piezas, así se explicaría el adelanto referido.
Por otro lado, también cabe la hipótesis acerca de un arranque anticipado de las acciones del gobierno estatal encabezado por la señora Nahle para colocar en posiciones claves de la administración estatal a gente de su confianza antes del inicio de su gestión el 1 de diciembre próximo. Se aclara: esto último pudiera llevarse a cabo en pleno concierto con Cuitláhuac García como gobernador, pero en realidad parece haber un cortocircuito en la relación entrambos lo cual explicaría la hipótesis. Como sea, el ingeniero Cuitláhuac García ya está a cuatro meses y medio de concluir el periodo para el que fue electo en 2018. Ya han transcurrido casi seis años de cuando en plena euforia por el triunfo y la asunción al poder uno de sus primeros actos fue denominar “Palacio del Pueblo” al histórico edificio de Enríquez, sede de los Poderes de Gobierno, y ahora sabemos que resultó ciertamente intrascendente y de consumo puramente sexenal; también la memoria trae a flote aquel festivo episodio de cuando al folklórico doctor Ramos Alor al frente de la Secretaría de Salud, ejercitó la ocurrencia de en enero de 2019 colgar en los hospitales de Veracruz (el Rafael Lucio y el Regional de Veracruz, incluidos) enormes mantas que anunciaban “atención médica gratuita al pueblo” y abasto suficiente de medicinas, sin distinción de clases ni de etnias, presumiendo que en esos nosocomios se hablaban lenguas autóctonas para una mejor atención a los indígenas de la entidad. Ya en lontananza, la brumosa memoria evoca aquel trago amargo del flamante gobernador cuando en marzo de 2019 al anunciar en Chinameca la instalación en su territorio del relleno sanitario que sustituiría al de Coatzacoalcos-Minatitlán fue duramente increpado e incluso amenazado por los asistentes a aquel mitin y tuvo que ser evacuado con fuertes medidas de seguridad. Gajes del oficio, o acaso falta del mismo. Haya sido como haya sido, Cuitláhuac ya figura en la lista de gobernadores de Veracruz, y como dice el juramento “que el pueblo os lo reclame”. |
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