Si hace diez años a usted le hubieran insinuado la unificación de propósitos electorales entre el PRI, el PAN y el PRD la respuesta ´hubiera sido un contundente ¡No! porque juntar agua y aceite conformaría una mezcolanza sin sentido. Hace algunos años el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ya había calificado como una alianza antinatura la del PRD con el PRI o con el PAN, aunque olvidaba que en 1989 invitó al PAN a sumarse a su proyecto de ganar la gubernatura de Baja California, donde triunfó el PAN con Ruffo Appel. Pues ¿cómo imaginar una candidatura unificada entre el PAN y el PRI si el primero nació para confrontar los principios que emanaban del Partido de la Revolución Mexicana ( PRM 1938) típica expresión cardenista y directo antecesor del PRI? Pues bien, las circunstancias objetivas por las que atraviesa el país han contribuido a ocasionar un entramado político electoral que induce al PAN, al PRI y al PRD a integrarse en una alianza con candidatura común, a escala nacional con Xóchitl Gálvez, y en la estatal veracruzana con José Yunes Zorrilla. Aquí en la aldea somos testigos de ese fenómeno, que sorprende aún más por el inusitado entusiasmo que ha despertado dicho candidato en la feligresía de esos partidos tal como se ha comprobado en sus respectivas recepciones multitudinarias. Entre las diversas causas de esa exaltación partidista pudiéramos destacar la personalidad empática de Yunes Zorrilla y la esperanza que despierta su discurso relativo a un Veracruz que todos soñamos incorporado al crecimiento y desarrollo económico del país; porque esta entidad va a la zaga del progreso nacional, pese a contar con recursos naturales y humanos suficientes y ad hoc para un despegue económico que por ahora parece lejos de nuestro alcance.
Después del multitudinario cierre en Xalapa el miércoles pasado, al día siguiente, Yunes Zorrilla fue ovacionado en Tantoyuca, un importante enclave panista en el norte de la entidad, y ayer, en la ciudad de Veracruz, otro territorio de dominio políticamente panista, el candidato del frente opositor “Fuerza y Corazón por Veracruz”, concluyó el ciclo correspondiente al periodo de precampaña con un mitin espectacular, adobado por la algarabía propia del jarocho. Horas antes, Yunes Zorrilla se reunió con representantes del Consejo Coordinador Empresarial, a quienes aseguró: “Hay un buen ambiente, si me permiten un comentario de un veterano de 10 campañas, uno sabe cuando se va a ganar, o cuándo no se va a ganar, y esta se va a ganar. No tengan la menor duda. Además, será para aprovechar esta oportunidad y poder empujar para el Veracruz que están demandando los veracruzanos y las veracruzanas”. Ese diagnóstico optimista expresado por quien representa la causa opositora recuerda el axioma: “Nadie sabe lo que pesa un bulto sino quien lo carga”, y nadie tiene más elementos para formular un juicio sobre el porvenir electoral que un candidato que ha estado en permanente contacto con la realidad veracruzana y conoce palmo a palmo la configuración geográfica y las entrelíneas de la división política de Veracruz. Obviamente, Yunes Zorrilla conoce a lo que se enfrenta; porque en política, la tenencia del poder se defiende hasta con las uñas, y en el caso actual son manifiestas las maquinaciones del oficialismo para retener el poder, de allí el interés del candidato opositor por acudir a las instancias legales de la jurisdicción a presentar denuncias y constancias del desvío de recurso público en apoyo a la candidata de Morena. No es denuncia política sino jurídica, sustentada en testimonios irrefutables. Corresponde a esos órganos jurisdiccionales garantizar la legalidad, la certeza jurídica y la equidad en toda competencia electoral, porque sus operadores también están sujetos al cumplimiento del deber legal bajo su encargo. Interesante este momento histórico de Veracruz, una entidad en donde cuando el PRI perdió en 2016 la gubernatura frente al PAN en apego al Estado de Derecho reconoció la derrota y la transición se llevó a cabo sin retorcimientos políticos; igual ocurrió en 2018 cuando Morena ganó la elección, entonces, el PAN y el PRI aceptaron el resultado y Morena asumió el mando político, así sucede cuando se respeta la vía institucional de un proceso democrático. Tal cual debiera ser. |
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