Hay versiones de que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho más de una vez que Cuitláhuac García Jiménez, el gobernador de Veracruz, y Eric Patrocinio Cisneros Burgos, el secretario de Gobierno de Veracruz, no saben hacer política.
Existen comentarios de que se ha quejado amargamente de los errores cometidos y que hasta ha dicho que habría que cambiarlos.
Pero aquí siguen y el presidente hasta pondera a Cuitláhuac García como honesto.
O sea, que aunque diga que no sabe hacer política (y otros comentarios complementarios) le gusta que Cuitláhuac García no tenga la menor idea de como hacer política.
Por eso el gobernador hace cualquier cosa y ahí sigue, tan tranquilo, como si nada.
Y éste lunes 22 de marzo dio muestras de que -en efecto- no sabe hacer política, cuando la oposición en pleno se negó a firmarle su “Acuerdo Veracruz por la Democracia 2021”, con el que pretendía quedar bien con el presidente, diciéndole “miré, todos los partidos firmaron”.
Pero no, no fueron todos. El PRI, el PAN y el PRD, no firmaron “porque como veracruzanos no nos llena de orgullo el rumbo” que lleva el estado.
Tampoco estampó su rubrica el coordinador estatal de Movimiento Ciudadano, Sergio Gil Rullán, porque al igual que los otros tres dirigentes partidistas, considera que nada nuevo tiene el documento, que lo único que hace es reiterar lo que ya está en las leyes.
El partido Podemos tampoco asistió y esgrimieron que es porque el proceso electoral ya inició y que son respetuosos de las instituciones, es decir, que este tipo de acuerdos corresponde signarlos al OPLE y al INE.
Aparte de que no les dijeron que es lo que se iba a firmar.
Pero además Cuitláhuac es muy burdo en sus formas de “hacer política”.
El oficio SG/00405/2021, del 15 de marzo, enviado a los dirigentes de los partidos políticos de la Alianza Va por Veracruz para “invitarlos” a la firma del “acuerdo, marcaba las 13:00 horas como inicio del evento, pero el mismo estaba ya programado para las 12:30
El “acuerdo” de Cuitláhuac García es sólo una carta de buenas intenciones donde los firmantes aceptan que van a cumplir lo que ya está plasmado en las leyes.
Y para cumplir la ley, no se debe firmar ningún documento, sólo hacerlo.
“Consideramos que si el Ejecutivo cumple la ley en lugar de suscribir un convenio, será suficiente para garantizar la democracia en Veracruz”, expresaron los dirigentes estatales del Partido Acción Nacional (PAN), Joaquín Guzmán Avilés; el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Marlon Ramírez Marín; y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) Sergio Cadena. Eso es real.
La ley se debe cumplir.
Además se debe hacer aunque se desconozca.
Por eso a Rogelio Franco le aplicaron la “Ley Garrote”, como ya la llaman, o de “ultrajes a la autoridad”, aún cuando muy pocos sabían que ya existía.
Cuitláhuac García no sabe hacer política.
Por un lado le aplica la “Ley Garrote” a Rogelio Franco y luego quiere que le firmen su documento, así nada más.
Cuitláhuac García saca su lado represor, que también dejo ver con el representante de los centros de verificación vehícular, y ahora se quiere mostrar como promotor de la democracia.
Los dirigentes de lo que será la Alianza Veracruz Va, criticaron que la propuesta se presenta a 75 días de la jornada electoral, “cuando Veracruz ha tenido que enfrentar dos años de un gobierno soberbio y represor, a cargo de un partido que amplía, mediante su mayoría en el Congreso del Estado, los mecanismos para someter a quienes no pensamos igual, y nos oponemos a las malas decisiones del gobierno”. Nunca se tomó Cuitláhuac García la molestia de buscar a los dirigentes de los partidos políticos, mucho menos a representantes de la sociedad, para consultar el documento, para consensuarlo, para explorar formas de mejorarlo.
¿Para qué?.
La idea era desde un principio quedar bien con el presidente de la república.
Nunca le pasó por la cabeza construir mejores condiciones para el fortalecimiento democrático en Veracruz.
Algo como eso nunca lo va a pensar, porque no tiene vocación democrática, si no autoritaria.
Si tuviera un ápice de voluntad democrática buscaría consensuar, acordar, dialogar con los partidos políticos y la sociedad.
Si ese espíritu existiese, se le habría ocurrido que tendría que haber un mecanismo de seguimiento y vigilancia del acuerdo, para que todos los actores tengan la seguridad de que se cumple.
Pero eso no le importaba a Cuitláhuac García, porque su única intención era y es quedar bien con el presidente, decirle que se firmó ese “acuerdo”.
¿Qué dice el acuerdo?.
Que se comprometen a respetar la ley, a “no ejercer ningún acto de forma directa o indirecta que pueda constituir violencia política, ni por razones de género, creencias, edad o raza”.
Eso es lo mínimo que deben hacer.
También afirma que se comprometen a “No hacer uso de programas sociales ni recursos públicos, del ámbito federal, estatal y/o municipal, para favorecer o perjudicar en forma alguna a ninguno de los aspirantes, precandidatos o candidatos durante el proceso electoral; ni para inducir o coaccionar a los ciudadanos para votar a favor o en contra de cualquier partido político o candidato”.
Pero ya está en marcha un mecanismo de coacción del voto mediante amenazas de disminución o retiro de los programas sociales, de insinuación de que si pierde Morena habrá represalias a la ciudadanía.
Ya están violentado su acuerdo y la ley desde ahora, incluso desde antes de firmarlo.
Movimiento Ciudadano enfatiza la carencia de “acciones nuevas que verdaderamente fiscalicen a funcionarios que incurran en el delito de coacción del voto”.
Y el reclamo es porque precisamente esto ya está en marcha.
Sergio Gil Rullán, de Movimiento Ciudadano simplemente “exhorta a la autoridad estatal a que se apegue a la ley para dar certeza al proceso electoral más grande en la historia de Veracruz”.
Y lanza una frase con mucho peso: “la ley no se acuerda, se cumple”.
El “acuerdo” está maś que cojo, pero Cuitláhuac lo quiere presentar como un gran documento.
Y es algo por completo ordinario.
Bueno, el acuerdo, sí tiene algo extraordinario: Es una gran evidencia de que el presidente López Obrador tiene razón cuando dice que Cuitláhuac García no sabe hacer política.
De que el que se considera el “gran místico” de Veracruz, no sabe ni donde está parado.
ARTÍCULO 19 PROTESTA CONTRA LA “LEY GARROTE” Y LA CEAPP NADA HACE
La organización internacional de defensa de periodistas, de los derechos de libertad de expresión y acceso a la información de todas las personas, Artículo 19, publicó el 19 de marzo un boletín en contra de la reforma al Código Penal de Veracruz sobre el delito de ultrajes a la autoridad diciendo que “es inconstitucional y violenta la libertad de expresión”.
Este es un delito que antes ya ha sido incorporado a las leyes y combatido, incluso eliminado de diversos ordenamientos, por eso Artículo 19 anota que “tiene documentado como éste ha sido utilizado
por las autoridades para restringir la labor periodística, el ejercicio de la protesta y el derecho a la libertad de expresión en general”.
De hecho refiere que quisieron aplicarle éste “delito” a Antonio de Marco Arango Arango, director del medio digital Foro Tuxpan, quien estuvo detenido por casi 36 horas.
“Ello demuestra de manera concreta el uso arbitrario de este tipo penal para inhibir el ejercicio de libertad de expresión”.
La “Ley Garrote” de Cuitláhuac García sí tiene esa intencionalidad.
Sí es una ley represiva.
Y aún así, la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, nada ha dicho, nada ha hecho. Ni siquiera un pronunciamiento ligero.
¿Acaso esa es la imagen que quiere proyectar la CEAPP la de un ente pasivo y complaciente con el gobierno del estado?. |
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