"Presidente, Presidente".
El grito se escucho no una, ni dos, si no quién sabe cuántas veces.
Presidente-Presidente
Era el coro que salía de veracruzanos distribuidos en distintos puntos de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, que le dirigían al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
El funcionario de la 4T llegó a esta zona para iniciar su gira por el territorio nacional con "Diálogos Ciudadanos sobre la Reforma Electoral y Gobernabilidad del país”.
El suyo es un recorrido oficial, cien por ciento, sin disfraces de cualquier otra cosa.
Es una gira encomendada por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, para hablar sobre la reforma electoral.
Como dijo Adán Augusto, la visita a Veracruz no es asunto de campaña, si no de gobierno.
Y aún así, el grito de “Presidente-Presidente”, lo siguió por donde anduvo.
Era inevitable en ese ambiente que le preguntaran sobre los espectaculares que aparecieron en la zona los días previos, con su imagen.
López Hernández se deslindó de los mismos y simplemente dijo que él era respetuoso de las normas.
“Presidente-Presidente”.
Retumbaba en al aire tibio y cálido de Veracruz.
Primero en el Café de la Parroquia, donde tuvo a su lado a Cuitláhuac García, que no paraba de sonreir y de buscar estar bien con la “corcholata” más cercana a López Obrador ahora.
Sabía que la presencia de Adán Augusto en Veracruz era instrucción presidencial y por lo mismo no podía desacatarla.
En el café, el tabasqueño le pidió a la marimba que tocaran "El hombre del sureste" una canción de Chico Che sobre el emblemático tabasqueño Tomás Garrido Canabal y tomó un par de baquetas, como también se llaman los palos con los que tocan la marimba, y acompañó a los marimberos.
Y al terminar la canción, el grito Presidente-Presidente, se escuchó de nuevo.
“No hay lugar a dudas, Veracruz lo quiere de Presidente”, dijo uno de sus simpatizantes.
Fueron miles de integrantes del movimiento "Que Siga López", coordinado en la entidad por el ex presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, los que estuvieron en todo el recorrido del Secretario de Gobernación, que saludaron con mucho gusto al hombre de más confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Presidente-Presidente, se escuchó a las puertas del World Trade Center, de Boca del Río, a donde llegó para impartir la conferencia.
Ahí, una adoptada batucada jarocha dejo oír su ritmo atronador.
La ola humana se movía en torno a Adán Augusto, que avanzaba despacio.
Alguién le dijo que no los dejaban entrar, porque ya estaba lleno el salón donde iba a dar la platica y de inmediato instruyó que pidieran que se abrieran las puertas para que entrasen todos los que quisieran, aunque estuvieran de pie.
Y ese salón en donde los asientos ya estaban todos ocupados, recibió una corriente humana que llenó los pasillos laterales y la parte trasera.
Con los que estaban y con los que llegaron, tal vez hubieran podido llenar uno o dos espacios más del mismo tamaño.
¿Cuántos eran?.
“Miles”, apuntan.
Miles
Sergio Gutiérrez Luna estaba feliz, sobre todo por el reconocimiento público que le hizo Adán Augusto.
Después de su nombre siguió el clamor: “Gobernador-Gobernador”.
En el presidium, todos miraban y sonreían.
Cuitláhuac García se abrazaba del funcionario al que el presidente llama "hermano y amigo". Y sonreía, ampliamente.
Y hasta le levantó el brazo, con todo el significado político que eso tiene.
Al terminar muchos se acercaron a Adán Augusto para tomarse "selfies" y decirle que en Veracruz "Agusto" se multiplica con fuerza.
Fueron muchos, suficientes como para mantenerlo en el mismo lugar algo así como media hora.
También le presumían su origen, para que Adán Augusto viera que venían de otros lados, desde las regiones más alejadas de la entidad, allá por Pánuco, en la frontera con Tamaulipas, y de Las Choapas, ahí pegadito a Tabasco.
Llegaron de por el norte, de por Tantoyuca y Papantla.
También del sur, de Coatzacoalcos, Minatitlán y Acayucan.
Del centro del estado, de Ciudad Mendoza, Misantla, Martínez de la Torre, Los Tuxtlas y Xalapa.
Ahí estaban los originarios de Huatusco, Emiliano Zapata, Perote, Córdoba, Amatlán de los Reyes, Yanga, Paso de Ovejas, Tlaltetela y La Antigua, entre otros lugares.
Los integrantes del Movimiento "Que Siga López", que cada día crece más, estaban contentos, rebosantes.
Adán Augusto les veía, sonreía y hablaba con ellos.
“Cada vez me gusta más Veracruz”, le dijo a Sergio Gutiérrez.
Y ambos caminaron juntos, platicando.
“Van camino al futuro”, dijo uno de sus simpatizantes.
Y la mujer y el hombre que lo acompañaban asintieron, en esa tarde jarocha de sol luminoso.
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