Cuitláhuac García Jiménez vive en su mundo de fantasía, encerrado en algún lugar desde el que todo lo ve color de rosa.
Ahí, en ese sitio en el que todo es bello para él, ya olvidó la promesa que hizo antes de tomar el poder y aún después de que ya era gobernador.
Dijo que en 2 años acabaría con la inseguridad y el crimen en Veracruz.
Y fue falso, completamente falso lo que dijo.
Los dos años de su gobierno ya pasaron y se le han sumado otros dos meses.
No cumplió. Ni de cerca.
De hecho, al cierre de 2020, después de dos años y un mes, la inseguridad en Veracruz es mayor que cuando Cuitláhuac García llegó al cargo.
Que esto sea así, es su responsabilidad.
Dos años después ya no se vale echarle la culpa a los que estuvieron antes.
El año 2020 tuvo un 30.45 por ciento más de incidencia delictiva que 2018.
En 2018 todavía no le tocó gobernar, pues tomó posesión el 1 de diciembre de ese año. En ese entonces el registro fue de 60 mil 758 actos delictivos.
2020, en cambio, ya fue un año todo suyo, de su completa responsabilidad. El cierre fueron 79 mil 259 actos delictivos. Casi 20 mil más que dos años antes.
Un incremento del 30.45 por ciento.
Esa reducción del delito en Veracruz que tanto anunció, no se ve, si no que por el contrario, hay un incremento sustancial.
El 8 julio de 2018 Fernando Collado, en su columna Tragaluz del diario Milenio, publicaba una declaración del entonces candidato ganador, Cuitláhuac García, donde se mostraba ya como la solución para los problemas de inseguridad del estado: “Acabaré con el crimen en el estado en dos años”, dijo entonces.
También le dijo al periodista que combatiría la corrupción y la impunidad en Veracruz.
Más tampoco lo hizo. Esas también son materias pendientes en su gobierno.
Ya en el poder, un mes después de haber tomado posesión, cuando ya debía tener un panorama más certero de la situación de Veracruz, el 2 de enero de 2019, volvió a decir que se acabarían los problemas de inseguridad en 2 años con el Programa Integral de Seguridad.
Los dos años desde que comenzó su gobierno ya pasaron y la inseguridad sigue.
Los dos años desde que hizo esa declaración, ya transcurrieron, y la inseguridad sigue.
En ese entonces ya tenía en todo lo alto su campaña contra el fiscal Jorge Winckler, a quien le pedía que hiciera detenciones de culpables.
Después lo quitarían y sin esa piedra en el zapato y con su fiscala carnala en activo, Verónica Hernández Giadans, tampoco lograron eliminar la inseguridad en el estado.
Cuitláhuac estaba muy seguro de lograr su objetivo y volvió a repetir su promesa el 26 de febrero de 2019, cuando fue todavía más contundente en decir que podía, pues aseguró que los resultados “más considerables y fuertes” en materia de seguridad para la entidad serían “visibles” “dentro de dos años”.
Falta un mes para que sean los dos años de esa declaración, que al no cumplirse quedará en habladuría.
En esa fecha dijo que la Guardia Nacional se encargaría de la lucha contra la violencia en Veracruz, en tanto se lograba tener una policía estatal confiable.
La Guardia Nacional y las fuerzas federales, sí son las que han hecho un mayor trabajo de combate al crimen, pero su actuar tampoco ha sido suficiente como para eliminar la delincuencia en Veracruz, ni siquiera para disminuirla sustancialmente.
La policía confiable que Cuitláhuac anunció, todavía no existe. El secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, el neoleones que vino que a Veracruz para supuestamente enseñarnos lo que es la seguridad, no ha podido integrarla, pero ni de lejos.
La policía estatal se ha mostrado en este gobierno, con los mismos vicios que tenía desde antes, incluyendo que algunos de sus elementos tengan nexos con grupos delincuenciales.
Todavía el 2 de mayo de 2019, durante el acto de entrega de las 160 patrullas arrendadas, Cuitláhuac García en lugar de hablar del gran negocio que esto significaba, volvió a decir que en dos años se tendrían “resultados tangibles y permanentes” del combate a la inseguridad:
“Tendremos resultados definitivos en dos años de manera contundente, en dos años será cuando cuaje toda la estrategia de seguridad”.
Faltan poco más de 3 meses, para que se cumplan los dos años de esa fecha, y no hay visos de que esas declaraciones se vayan a cumplir.
Después de eso dejó de prometer que en dos años se terminaría con la inseguridad en Veracruz y comenzó a hablar de sus “logros”.
El 26 de septiembre de 2020, durante una gira del presidente Andrés Manuel López Obrador por Veracruz habló de “una gran coordinación con el Gobierno de México”. Sólo que esa “gran coordinación” ha significado dejarle la vigilancia del estado a las fuerzas federales.
Esa vez incluso se atrevió a decir que los delitos iban a la baja: “no fue sencillo, hay mucho rezago social, pero la apuesta de ir al fondo del problema está resultando”.
En 2019, durante el primer año de gobierno de López Obrador y de Cuitláhuac García hubo un incremento en la incidencia delictiva sustancial.
En el país el aumento fue de 4.01 por ciento.
En Veracruz, fue un porcentaje escandaloso de 47.83%.
Casi 12 veces más que en todo México.
Por eso es que la presencia de las fuerzas federales no disminuye en el estado.
La promesa de Cuitláhuac García de bajar la tasa delictiva en Veracruz era incumplida por completo.
Aún así el 23 de octubre de 2020 Cuitláhuac García se atrevió a decir que en dos años los delitos disminuyeron un 50%.
No sólo eso, también se aventó la puntada de asegurar que la Fiscal del Estado, había cumplido con su labor capturando a los delincuentes.
Sin embargo, el “Índice estatal de desempeño de procuradurías y fiscalías 2019” anotaba que Veracruz era el segundo estado con mayor impunidad en el país, después de Tlaxcala.
El trabajo de la Fiscalía durante ese año del gobierno de Cuitláhuac fue tan malo, que incluso los índices del estado cayeron.
Pero Cuitláhuac García ciego a esto, el 9 de noviembre de 2020 se regodeaba diciendo que en 2 años bajó la incidencia delictiva.
Los dos años que dijo que le tomaría eliminar la delincuencia en Veracruz estaban por cumplirse y ahora ya sólo decía que habían bajado la incidencia delictiva y que seguiría “trabajando hasta erradicar la inseguridad en Veracruz”.
Sí, en 2020 comparado con 2019 bajó la incidencia delictiva en Veracruz.
Pero esos números cayeron en todo el país.
Nada más que en Veracruz la situación era peor que en el resto de México.
En lo nacional la incidencia delictiva de 2020 con respecto al 2018, se redujo en 7.47 por ciento.
Pero en Veracruz creció un 30.45 por ciento.
O sea que hubo una distancia de casi 38 puntos.
Según los números oficiales, durante los dos años del actual gobierno, en el país la situación de seguridad mejora, pero en Veracruz empeora.
Pero Cuitláhuac García dice que todo está mejor.
Vaya, la desesperación del gobernador por la violencia permanente en el estado, lo llevó a decir el 12 de noviembre de 2020 que la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín, asesinada un día antes, era prácticamente responsable de su homicidio, porque el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares -con toda la soberbia e insensibilidad de que era capaz- retiró la delegación de la Policía Estatal que ahí se tenía, porque la edil no quiso pagar la renta, ni acondicionar el inmueble donde estaba.
Así pues, los dos años ya pasaron y la inseguridad sigue.
Veracruz se mantiene como una de las entidades altamente inseguras, con elevados índices de criminalidad.
Pero Cuitláhuac García, desde su lugar seguro de gran místico, dice que todo va bien. |
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