El escándalo desatado desde la Cámara de Diputados de Veracruz, al exhibir al diputado local Magdaleno Rosales Torres, por tener a su hijo en la nómina del Congreso local se convirtió en una bola de nieve que evidenció nuevamente tres cosas que ya se saben:
1. En el gobierno de Cuitláhuac García, la honestidad es inexistente.
2. La terrible incapacidad de los “operadores” políticos del Congreso local, que cada vez que emprenden algo, las cosas le salen mal.
3. Los vínculos de contubernio y corrupción que existen entre la Cámara de Diputados local y los integrantes del gabinete de Cuitláhuac García.
El MalenoGate, como ya le llaman, se les salió de las manos.
Y se ha vuelto todo un ejemplo de la corrupción que corre y que vincula tanto al Congreso de Veracruz, como al gobierno del estado.
De hecho, la corrupción es uno de los elementos que ha provocado que Cuitláhuac García Jiménez sea uno de los gobernadores peor calificados del país, porque muy pocos le creen que sea honesto y que en su gobierno se combata la corrupción.
Ni los aplausos que le brinda el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ni aunque repita una y otra vez que Cuitláhuac García es honesto, levantan la imagen del gobernador. Tanto en el rubro de la corrupción, como en su imagen, las calificaciones que recibe son malas, muy malas.
La encuesta mensual “Así van los 32 gobernadores” de Arias Consultores, correspondiente a septiembre 2020, muestra como a Cuitláhuac García casi nadie le cree que sea honesto, que en su gobierno se combata la corrupción.
Ante la pregunta “¿Ha mejorado el combate a la corrupción?, el 80.2 por ciento de los veracruzanos responde que “No”.
Esto es un porcentaje muy alto, y además es mayor que el promedio nacional, que se ubica en 76.8 por ciento.
¿Cuántos son los que creen que sí ha mejorado el combate a la corrupción con Cuitláhuac García?. Sólo el 13.1 por ciento de los veracruzanos.
O sea, casi nadie.
Porque además muchos han sido los escándalos de corrupción en este gobierno. El último de gran calado, fue por la falta de medicamentos oncológicos para niños, sobre todo.
“Maleno”, como es más conocido el diputado Magdaleno Rosales Torres, se enojó porque exhibieron que contrato a su hijo
La denuncia de Rosales Torres, se da como respuesta a que se difundió que tiene contratado a su hijo, José Luis Rosales Huerta, como chofer de una brigada de salud que el
legislador lleva a su distrito, con un sueldo de 15 mil pesos mensuales en el Congreso de Veracruz y sin tener siquiera estudios de primaria terminados.
La escolaridad de Rosales Huerta no es rara, porque el mismo Maleno ni siquiera concluyó estudios de segundaria, porque a los 14 años comenzó a trabajar en una empresa constructora, según su ficha curricular de la misma Legislatura de Veracruz. Maleno Rosales llegó a la diputación por el efecto López Obrador, nada más.
Maleno Rosales corroboró ese acto de nepotismo, bien por ignorancia, valemadrismo o cinismo puro. Honestidad no es, porque reconocer que estás haciendo algo indebido es descaro y nada más.
Pues bien, molesto, Maleno Rosales destapó la cloaca que es el Congreso de Veracruz y evidenció que el principal encubridor es Juan Javier Gómez Cazarín, el coordinador de la bancada de Morena, quien es amigo muy cercano del gobernador, que fue quien lo puso en ese lugar.
Maleno Rosales aseguró que hay diputados hasta con 20 familiares (de todo tipo) en la nómina del Congreso. Por eso, sentenció, que si su hijo sale de la Cámara de Diputados, también deben de salir los familiares de los otros diputados.
Pero también ahí se maneja la petición de moches y campañas negras contra los mismos diputados.
En específico acusó de pedirle “moches” para manejar su información del Congreso al Coordinador de Comunicación Social de la legislatura, Aldo Valerio Zamudio, quien dice ser licenciado, pero que carece de cédula que avale sus estudios, y a “una muchacha” que es la encargada de Comunicación Social de la bancada de Morena, Vania se llama.
Y esto, dijo, lo hacen con todos los diputados.
Incluso ambos son señalados de haber creado un “consorcio” con medios informativos fantasma, sin circulación alguna o con muy baja presencia, a los cuales les “pagan” convenios con el Congreso. Su “red” de medios, también incluye el manejo de “bots” en redes sociales para “promocionar” la imagen de los diputados, sobre todo de Juan Javier Gómez Cazarín.
Esto es una parte de la corrupción que brinca hacia el gobierno del estado, porque muchos de esos medios también están entre los beneficiarios de contratos con el gobierno de Veracruz. Esto explica en parte la muy mala imagen pública que tienen tanto el gobernador, como el mismo Congreso de Veracruz, y los titulares de ambas instancias, al igual que los diputados, aún cuando pagan por la difusión. Por eso no ven que su imagen pública mejore.
Lo Aldo y Vania es un negocio particular muy redituable, pero sólo para ellos.
Y para Gómez Cazarín que los solapa y protege.
Aunque no es el único que los encubre.
Aldo Valerio y Vania son recomendados del secretario de Educación, Zenyazen Escobar García, con quien “trabajan” para que sea el candidato al gobierno de Veracruz en 2024.
Por lo pronto, Zenyazen Escobar les pidió que hicieran el manejo de imagen de su esposa Liliana López Coronado, quien siendo la encargada de Transparencia del Congreso de Veracruz, se fue a la zona de Orizaba una semana a promover su presencia, sin pedir permiso para ausentarse en la Cámara de Diputados.
Pero la mala capacidad como profesionales de la comunicación de ambos, ocasionó que en lugar de tener buena prensa levantó una ola de críticas.
Así de eficaces son Aldo Valerio y Vania, a la hora de realmente promover la imagen pública de alguien.
Esto es otra muestra de cómo la corrupción de la Cámara de Diputados de Veracruz se expande más allá de sus muros y contamina al gobierno de Veracruz.
Los recursos del Congreso de Veracruz se usan para promocionar intereses particulares, incluso de personas ajenas al mismo, pero allegadas al grupo político de Cuitláhuac García y su secuaz Juan Javier Gómez Cazarin.
Maleno Rosales hoy pide que despidan a Aldo y Vania, pero porque filtraron la información de que su hijo cobra en el Congreso local.
“Yo no quise darles porque ellos están en el Presupuesto del Congreso, tienen un salario, y les piden dinero a los diputados, esos dos muchachos que están en la bancada de Morena y en el Congreso piden mochada, yo ya hablé esto con el coordinador y les dije llámales la atención, porque el hecho que no salga en la página del Congreso es porque este muchacho, no quiere difundir mis actividades y todavía sacan notas en mi contra. Que los corran”, apuntó.
LOS OTROS PARIENTES EN LA NÓMINA
Noemí Valdés, reportera de Notiver, sacó algunos de los casos de nepotismo que se dan en el Congreso de Veracruz.
El primero es del mismo coordinador de la fracción de Morena, Juan Javier Gómez Cazarín, quien tiene dado de alta como Auxiliar Operativo, a su primo Juan Pablo Cazarín Nieves, quien percibe 15 mil pesos al mes.
Pero Juan Javier tuvo la desfachatez de negarlo:
“Jamás de los jamases. Los diputados reciben una dieta que ustedes ya saben y que les sirve para apoyar a la gente en sus distritos, y que reciban un apoyo fuera del congreso, es totalmente falso, y el tema de los familiares, yo puedo decir, no tengo ningún familiar y estoy viendo que no tengan familiares, a lo mejor pudo haber sido que se me haya colado alguien porque no conozco a los hijos de todos, ni sus familiares” declaró.
Juan Pablo es tan cínico que incluso presume en sus redes sociales que nada más va de visita al Congreso, pero también dice hacer trabajo político para Morena, de una forma muy ardua y efectiva: Pintando bardas.
“Grupo Morena Covarrubias seguimos trabajando para la 4T, pintando Bardas” presumió Cazarín Nieves en su Facebook, como si fuera la gran acción.
Y para que no haya duda de que Juan Javier es quien lo tiene haciendo ese “gran trabajo”, el mismo diputado puso el comentario “bien equipo”. Así, nada más, como para cumplir en darle ánimos o decirles que ya lo vio.
En su foto de perfil de Facebook, Juan Pablo aparece parado frente a la tribuna de la Cámara de Diputados de Veracruz, con un saco que le queda apretado, una corbata de las de 3 por 100 pesos, pero con un cinturón Ferragano, de los ajustables y reversibles, con valor de más de 10 mil pesos.
Al pariente del diputado se le ha visto en las sesiones, donde hace labores de seguridad, pero sólo acude cuando hay dichas reuniones; los demás días realiza “trabajo político”
para su partido, como el mismo lo comparte en sus redes sociales. Un total aviador del Congreso, menciona Noemí Valdés, en su nota.
Con total desfachatez, Gómez Cazarín se atrevió a declarar que ahora que se ha hecho público este asunto de los familiares incrustados en la nómina del Congreso, se hará una depuración en la misma.
Lo más seguro es que esa depuración será sólo el hijo de Maleno Rosales. Si acaso se da.
Pero hay más.
Otro caso, es el del diputado morenista de Orizaba, Nahúm Álvarez Pellico, quien tiene –por lo menos- a su hermano Hiram Nabor Álvarez Pellico, con un salario de 15 mil pesos, como Auxiliar Operativo, además de que nunca se le ve por el Congreso.
Jonathan Trujillo Ortiz, quien coincide con los apellidos de la diputada Ivonne Trujillo Ortíz, del distrito de Perote, está dado de alta como asistente y cobra $15 mil pesos.
Y así debe haber más casos.
Esta es una muestra de la clase de “místicos” de la política que trajo la 4T.
Y del porque son muy pocos los que se creen eso de la honestidad. |
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