En ese andar y deambular durante muchos años por diferentes puestos de servicio público y de actividades políticas, pues también se hace uno de sus amistades. Amistades de todo tipo y no podrían faltar en ese amplio repertorio los policías.
Jefes policiacos quienes tuvieron su esplendor en la década de los ochentas y los noventas, cada uno con su propio estilo, con su propia escuela, como dicen por allí “cada maistro con su librito “.
Mandos policiacos de los que se enseñaban y no se cubrían el rostro con pasamontañas como los de ahora y como tal conociendo sus identidades, se hacían responsables de sus acciones y sus omisiones en el desempeño de sus tareas.
Y me voy a ocupar en esta ocasión del hoy extinto Alfonso Lara Montero, ex Comandante de la desaparecida y tristemente célebre Columna Volante y quien fungiera como Delegado de Seguridad Pública en Acayucan, y otras partes del estado, de quien escuché que era hijo de un señor nativo de Hueyapan de Ocampo, habilidoso para el gatillo y a quien por mal nombre le decían “Cartucho Lara”, en el apellido ya traía la fama. No faltaba más.
Alfonso era un tipo blanco, alto y encorvado con mirada de águila, quien desconfiaba hasta de su propia sombra. Y hacia bien.
Porque como dicen en los pasillos del poder y las catacumbas; “Ser confiado es bueno”… pero es mejor no serlo “.
Lo conocí cuando me desempeñe allá por 1988 como secretario particular del entonces Alcalde de Acayucan, don Calixto Patraca Ramón, fuimos con el inspector de policía de ese entonces el caballeroso don Silvio Olmos Vela ( qepd ) a buscar a don Alfonso a sus oficinas de la delegación de la SSP ubicadas sobre la carretera costera del golfo, una tarde noche para entregarle un documento oficial y recuerdo que nos recibió en chanclas, vestido con una camiseta de cuello redondo color blanca , y es que el hombre vivía ahí entregado a su responsabilidad en la delegación las 24 horas del día . Repito ahí vivía, ahí comía y ahí mismo dormía, quizá preservando su propia seguridad. Y cuando salía, se hacía acompañar de por lo menos tres patrullas, cargada de policías “armados hasta los dientes “y le valía pito que lo criticaran o lo cuestionaran por tan aparatoso despliegue. Y es que como el mismo decía, “si no me cuido yo mi propio pellejo, quien hijo de la chingada me lo va a venir a cuidar. “Y tenía razón. Temía y con justificada razón que pudiese ocurrirle lo mismo que al difunto Florencio Mazaba Campechano, otro ex celebre policía forjado desde la extinta Columna Volante, quien siendo Delegado de Seguridad Pública en Acayucan, se confió y fue masacrado un 31 de diciembre de 1982. A la salida de la llamada también Llave de Sureste, cerca de Hueyapan de Ocampo, lo emboscaron. Su camioneta quedó literalmente como coladera a consecuencia de tantos disparos de R-15 y Ak 47 que utilizaron los pistoleros que llevaban la encomienda de matarlo.
Florencio Mazaba Campechano, nativo de Santiago Tuxtla, fue de algún modo el antecesor en funciones, de Alfonso Lara Montero, y sobre quien descansaba la operatividad policiaca que le daba cierta estabilidad a los regímenes priistas de la época.
Pero volviendo al caso de Alfonso Lara Montero, con sus métodos poco ortodoxos, pues tenía fama de ser “un poquito extralimitado “traía a raya a los abigeos, asaltantes, ladrones, roba carros, pistoleros de la época, y demás especímenes sociales y más de uno querían en su momento desaparecerlo del mapa. Pero precisamente, por sus medidas extremas de seguridad personal, nunca se supo que hubiesen intentado atentar contra su humanidad.
(2)
EL NÉMESIS DE CIRILO VAZQUEZ LAGUNES.
fue en la administración del ex Gobernador Miguel Alemán Velazco, cuando derivado de las circunstancias, Alfonso Lara Montero refrendó su papel de guardián del sistema priista en Veracruz, una vez que Alejando Montano Guzmán, ex Secretario de Seguridad Pública del Estado ya no pudo apaciguar al también llamado “ cacique del sur “,en el año 2003 y Cirilo Vázquez con su natural hiperactividad política abandonaba el PRI, partido al que por mucho tiempo apoyó y amenazaba en convertirse en candidato a diputado federal por el PAN , en el Distrito de Acayucan , lo que encendió las luces de alerta en Palacio de Gobierno en Xalapa y como dicen “para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo “, en este caso del mismo rumbo, entonces se trajeron a Alfonso Lara Montero de la Delegación de SSP de Xico a la de Acayucan y se convirtió a partir de ese momento en la sombra de Cirilo Vázquez, quien se decía merced a estas acciones, perseguido político del sistema .
Hasta que una noche del mes de febrero 2003, ambos personajes, Alfonso Lara Montero y Cirilo Vázquez Lagunes, protagonizaron y dieron el primer paso para inmortalizar sus nombres en la historia política y policiaca de Veracruz. A raíz de la detención de este último.
Desde el sillón principal del Palacio de Gobierno en Xalapa salió la orden de detener a Cirilo Vázquez Lagunes y ponerlo tras las rejas.
¿Y quién se aventaría el tiro de detener al “cacique del sur “ ?
¿ Quién le pondría el cascabel al gato?
Quien si no Alfonso Lara Montero- de quien platicó después, uno de sus hombres de confianza – revisó antes de salir de sus oficinas de la delegación de la SSP, a su inseparable compañera una Pietro Beretta 9 milímetros que portaba todo el tiempo en uno de sus costados y por aquello de las dudas, jaló también un fusil R-15 que permanecía apacible recostado, esperando acción , en uno de los rincones de su despacho –como mudo testigo de todo lo que allí se acordaba o ejecutaba-
Se montó Alfonso Lara en la primer patrulla que encabezaba el convoy y se enfiló seguido de por lo menos otras diez patrullas cargadas de policías “armados hasta los dientes “rumbo a San Juan Evangelista en busca de su “trofeo” político y policiaco que refrendaría su fama y ahora leyenda
de por qué en su momento, fue considerado “el guardián del sistema” político priista de todo Veracruz “.
Las sombras de la noche abrazaban ya en su totalidad todo el pueblo de San Juan Evangelista, cuando arribó el piquete de policías estatales a la calle 16 de septiembre de dicha cabecera, en busca de cumplimentar la orden de detener a Cirilo Vázquez, a quien lo ubicaron y rodearon en una de las casas de la mencionada arteria y una vez que Cirilo Vázquez se asomará a través de una puerta de madera, se entabló un breve dialogo entre el Jefe Policiaco y el llamado Cacique del Sur:
- “Cirilo traemos una orden para detenerte, entrégate y nos evitamos mayores problemas”
Le gritaba un agitado y sudoroso Alfonso Lara a Cirilo, empuñando su fusil R-15 desde el corredor de la casa.
- “No porque tú me quieres matar, esa es tu intención” le contestaba un nervioso Cirilo Vázquez resguardado desde el interior de la vivienda.
Vivienda que permanecía en ese momento rodeada de seguidores de Cirilo, curiosos y algunos reporteros que fueron testigos de ese episodio de la historia política y policiaca de Veracruz.
Al final, prevaleció la cordura entre ambas partes y Cirilo accedió a entregarse a las fuerzas policiacas, con la condición de que lo acompañaran algunos reporteros de Acayucan que presenciaban la escena y fue llevado detenido al campo deportivo de la mencionada población, para ser montado a un helicóptero junto con sus acompañantes y testigos para ser trasladado a la ciudad de Xalapa para ser puesto a disposición de un juez que lo reclamaba , en base a unas presuntas declaraciones de un procesado sobre delitos ya prescritos , para darle el matiz de un asunto judicial , siendo que era más que nada un caso político y una acción para sacarlo de la circulación política contraria a la línea priista y alemanista que prevalecía en ese momento en el estado . Pero ese ya es motivo de otro tema, como dicen por allí.
Así se escribió esta historia.
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