“No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere escuchar”.
Las sospechas se confirman. Lo que comenzó como una irrupción twittera hace unos días, en donde se supone, se supone, que un recluso, suspendido de sus derechos políticos y electorales no puede hacer uso de aparatos de telefonía celular y mucho menos externar opiniones públicas, hoy se esclarece aún más el panorama, con la entrevista que le prepararon exprofeso, en uno de los noticieros matutinos de televisa de mayor audiencia y queda claro que desde las entrañas de este gobierno federal, lógicamente por órdenes superiores, muy superiores, se prepara a la opinión pública para la próxima salida de la cárcel de Javier Duarte de Ochoa uno de los ex Gobernadores más frívolos y repudiados por la mayoría del pueblo veracruzano.
Basta echarle un vistazo simple a la entrevista en mención y escuchar verdaderas “joyitas” como estas:
“si cometí actos de corrupción pero… los hice por acatar órdenes” .Claro está que dicha confesión de parte, si siguió o no órdenes superiores, no lo exime de sus responsabilidades y de su castigo.
“Tengo la expectativa, la posibilidad real de que pronto esteraré con mi familia, de acuerdo a lo que me aseguran mis abogados”.
Más claro ni el agua.
Se le está brindando al cordobés, la valiosa oportunidad de que se defienda ante la opinión publica de los presuntos delitos por los que fue encarcelado como son desvío de recursos, lavado de dinero, asociación delictuosa y desaparición forzada.
Se prepara pues el escenario, el estado de ánimo de la opinión pública nacional, para su próxima puesta en libertad.
Y cierra su entrevista “estelar”, con la promesa de regresar-que no devolver- de retornar a Veracruz.
Y los veracruzanos de a pie, los que vivimos al día sufriendo esta terrible parálisis económica nos preguntamos:
¿Habrá alguien más como Javier Duarte de Ochoa, que se queje de no tener dinero y tenga a su familia viviendo desde hace un par de años en Inglaterra?
¿Y quién le hará justicia a los niños veracruzanos enfermos de cáncer que fallecieron por la presunta aplicación de agua destilada durante su gobierno?
¿Y finalmente donde quedaron los más de 60 mil millones de pesos que presuntamente fueron desviados de las arcas del Gobierno de Veracruz a través de “empresas fantasmas” durante su mandato?
¿Habrá alguien, alguna voz que le pueda responder estas interrogantes a más de 8 millones de veracruzanos?
¿Qué más nos falta por ver a los veracruzanos?
¿Disfrutar de los “aciertos” del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez y “deleitarnos” en un futuro no muy lejano de las sesudas opiniones del para entonces ex recluso Javier Duarte de Ochoa?
Quizá en ese momento podamos afirmar que;
“en Veracruz somos muy felices, felices, felices”
Así las cosas hasta el momento.
Facebook: Jaime E. Flores Cornelio
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