Por azares del destino fuimos vecinos en la calle Miguel Alemán del populoso Barrio El Tamarindo, en donde vivía con Doña Carlota y los hijos de ambos. De los recuerdos que tengo de mi niñez es que era desde siempre un señor muy rígido, de semblante muy circunspecto, que imponía respeto con su sola presencia. Muy acorde con su actividad y del roll tan importante que desempeñaba como líder o guía moral de la otrora poderosa Cooperativa de Autotransportes del Istmo, empresa camionera de la que fue uno de los pioneros, ya que era fama pública de que estaba en el ánimo y en el aprecio del ex Presidente de la Republica el Lic. Miguel Alemán Valdés con quien lo unía una gran amistad, de aquellos tiempos en que la famosa “cooperativa” pesaba y gozaba de gran presencia política y social a tal grado que cada trienio le correspondía una regiduría en la comuna del municipio de Acayucan. De esos regidores “cooperativistas”, tengo el recuerdo muy nítido de otro gran amigo ya fallecido de Abraham Gómez Fernández, el famoso “Tigre”, quien también fue vecino del misma cuartería de la familia Antonio Rincón, en la mencionada calle Miguel Alemán, y quien desempeñó dicho cargo edilicio en el trienio de otro memorable vecino –este si vivía a un lado de mi humilde morada- y me refiero al ex Presidente municipal Rosalino Guillen Tapia , tal suerte que mi relato lo ubico allá por los años setentas a los ochentas. Cerca también, muy cerca vivía Don Gerson Zetina Rosell, (qepd) de origen Beliceño y que era uno de los choferes más experimentados y apreciados en dicha cooperativa de autotransportes. Con sus chascarrillos y bromas siempre a flor de piel.
Eran los tiempos en que predominaba el cacicazgo y el dedo del Lic. Alemán, desde la ciudad de México, decidía quien sí y quién no saboreaba las mieles del poder en Acayucan y la región. De la época en que el juego político era muy rudo y todos estos varones que comento, tenían que andar “ensillados”con sus inseparables compañeras al cinto de diversos calibres, o en una de las bolsas de sus pantalones para que los librara de todo mal .Eso nadie me lo contó. A mi tocó observarlo de chamaco.
Y lo que son las cosas. El tiempo pasó y pasó luego venimos a coincidir cuando este servidor se desempeñó como Delegado de Tránsito y Transporte- porque anteriormente estaba fusionado tránsito y transporte- y Don Erasto Armas seguía siendo el líder indiscutible de la Cooperativa de Autotransporte del Istmo-conocido también como El Catrín- su palabra era ley en el seno de esta organización camionera, hablamos del 97 al 2000, ahí me tocó comprobar que fue un tipo de palabra, a carta cabal, que sabía honrar sus compromisos, razón por la cual supongo yo, consiguió mantenerse tantos años como guía de la cooperativa de los también conocidos como los autobuses “blancos” que recorrían el sur de Veracruz y entraban en ese entonces , hasta Matías Romero, Oaxaca.
Supe años después de su condenable atentado que sufrió a mano armada al salir o llegar a sus oficinas que tenía por el rumbo del Lienzo Charro y del cual logró sobrevivir afortunadamente y que vino a demostrar que el hombre estaba hecho de muy buena madera.
Dicen que en política “los honores son al cargo y no la hombre”.Sin embargo un servidor lo visitó por diferentes motivos después de concluir mi encargo en la Dirección de Tránsito y Transporte y
seguí encontrando en Don Erasto Armas Jiménez al amigo atento y respetuoso de siempre, lo que habló muy bien de su formación y principios con los que fue educado.
Hoy me entero por los medios de comunicación de su irreparable perdida. Y no quiero dejar pasar desapercibida esta lamentable noticia, sin plasmar estas líneas en la memoria de Don Erasto Armas Jiménez…Que descanse en paz un gran amigo.
Un abrazo solidario y cariñoso para su estimada familia.
Así las cosas hasta el momento |
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