Bien nos quedamos en que el Presidente del Consejo de Villa Oluta don Maximino Andrade viajó a la ciudad de México por tren en 1952 para asistir al Sexto y último Informe de Gobierno del Lic. Miguel Alemán Valdés y llegando a la estación en la Ciudad de México se encontraron con el entonces Gobernador de Veracruz Marco Antonio Muñoz Turnbull y se trasladaron al hotel Vallarta, en compañía de varios Alcaldes sureños que también habían asistido a dicho evento.
Como dice mi entrevistado Don Juan Andrade, “A nadie le falta Dios en la tierra”, y por azares del destino se topó en el vestíbulo del hotel con el joven Raúl Valdés sobrino de Doña Tomasa Valdés, quien al verlo exclamo “Que hubo Chimino que andas haciendo por acá”. A lo que aquel le contestó “Mira Raulito venimos acompañando al Señor Gobernador al Informe del Lic. Alemán” agregando Raúl Valdés, “Ay hermano hay un mundo de gente no vas a poder entrar pero mira vente te voy a llevar con mi tía Tomasita (la mamá del Presidente de la República) hay les van a dar lo que quieran, comida, refrescos, cervezas, bueno lo que ustedes pidan” .Que podía faltar en la casa de la mamá del Presidente de la República en esos años de abundancia y opulencia.
Y les dijo” súbanse a mi camioneta los que quepan”. Era una camioneta oficial del Gobierno de la República. Una Jepp Willis cerrada de modelo reciente color verde olivo. Y ahí va ese grupo de políticos olutecos encabezados por su Presidente, Don Maximino Andrade a saludar a Doña Tomasa Valdés.
Al llegar a su casa entró Raúl Valdés a los gritos; “Tía, Tía, Tía Tomasita”. “Mira a quien te traigo”. Asomándose al balcón de la casa Doña Tomasa preguntando ¿A quién me traes ahora mijo?
“Pues a Chimino el de Oluta”.
Contestando la Señora al unísono; “Queeee. Que anda haciendo este hombre aquí”.
A lo que le contestó Don Maximino con mucho respeto y reverencia – pues sobra decir que para los olutecos de la época, esa Señorona era todo un símbolo “Doña Tomasita, venimos al escuchar el último Informe del Licenciado Alemán”.
“Pues no sé si ya les dijo Raulito que hay mucha gente”. “Mejor pásenle a la sala, ahoria les dan de comer y los atienden”.
Pasó esa comitiva de políticos olutecos a la sala de esa lujosa casa y miraron por televisión, una tv telefunken alemana en blanco y negro el último Informe del Presidente Miguel Alemán Valdés. Muy bien atendidos por ordenes de Doña Tomasa Valdés.
Al término de la lectura del multicitado Informe de Gobierno, Don Maximino y sus acompañantes consideraron que ya era hora de retirarse y pidieron llamaran a Doña Tomasa para despedirse de ella. Y al momento de despedirse los atajó con una pregunta; ¿Y bueno como están por el pueblo? ¿Que les hace falta por allá Chimino?
A lo que aquel inmediatamente le contestó. “Mire Doña Tomasita el Palacio ya se nos está cayendo encima”. Nos hace falta un kínder para los niños y una escuela primaria”.
A lo que le contestó la Señora con mucha autoridad. “Vete sin cuidado Chimino. Dalo por hecho. “La próxima semana van para Oluta un grupo de ingenieros y arquitectos para dar inicio a las obras”.
Y allí están dichas obras en Villa Oluta, el Palacio Municipal que fue una réplica-hoy día remodelado- del Palacio Municipal de Acayucan, la escuela primaria Miguel Alemán González y la Guardería Tomasa Valdés Viuda de Alemán”.
EL ASESINATO EN OLUTA DE DON DANIEL AGUIRRE, TIO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
Este fue un crimen que cimbro a la sociedad de la época, por tratarse de una persona apreciada por la mayoría del pueblo. Don Daniel Aguirre como ya dije en la anterior entrega, era el esposo de Doña Altagracia Valdés, hermana de Doña Tomasa Valdés, por consiguiente era tío del Presidente Miguel Alemán y era nativo de Oluta, y me dicen que hasta dominaba a la perfección el idioma popoluca.
Es un asesinato del que pocos hablan en Oluta. Pocos lo recuerdan. Por la fecha en que se sucedió y en la que no existían aun periódicos en esta zona. Quizá exista algún testimonio en el Diario La Opinión de Minatitlán. Todo lo que aquí les voy a relatar es producto de una investigación, recurriendo a los testimonios orales de las personas antiguas de esta localidad y que recuerdan este suceso histórico.
“Don Daniel Aguirre era nativo de esta población de Oluta, alternaba su función de Jefe de Hacienda de esta localidad, con una tiendita de abarrotes que tenía en su domicilio en la céntrica calle Morelos. En dicho negocio también vendía aguardiente y cerveza a su clientela. De tal suerte que tenía por costumbre abrirle a las 4 de la madrugada a un cochinero que pasaba todas las mañanas a esa hora a tomarse un par de tragos de aguardiente antes de irse a la matanza de cerdos este ultimo. Era ya una rutina diaria. Muchos lo sabían en el pueblo.
Así que una fría mañana del 16 de diciembre de 1946, parecía que todo transcurriría normal como de costumbre. El Presidente Miguel Alemán Valdés tenia escasos días de haber asumido la más alta magistratura del país. “
El cochinero pasó a la hora de costumbre. Llegó ante la puerta de la tienda de Don Daniel Aguirre y tocó a la puerta y le habló en popoluca para que lo reconociera, pasó al interior y pidió sus tragos de aguardiente los ingirió de golpe y a los escasos 20 minutos se retiró a sus labores. Don Daniel ya no cerró el negocio. se quedó acomodando sus mercaderías con vista hacia la calle, cuando de pronto sonaron unos disparos de escopeta como relámpagos que provinieron de una casita de tejas que estaba enfrente de su negocio y cayó el tío del Presidente de la República abatido por esos disparos que manos criminales le dirigieron en contra de su humanidad. Murió ahí mismo en el lugar de los hechos.
¿Se puede usted imaginar la magnitud del suceso?
“Habían matado en la tranquila población de Oluta al tío del Presidente de la República”.
Al día siguiente, este pueblo apacible estaba convertido en un hervidero de militares de las Guardias Presidenciales que venían al mando del General José María Lourdes, quienes interrogaban a medio mundo y comenzaron a aplicar sus pocos convencionales métodos de procuración de justicia. Salían en las madrugadas subsiguientes una nutrida partida de militares a caballo a “hacer su trabajo “y amanecían colgados varios cadáveres en las afueras en las fincas de Oluta, de Acayucan y de Soconusco. Era la época del poder plenipotenciario de la Presidencia de la República y no existían ni en sueños como hoy la Comisión de Derechos Humanos. La gente casi no salía de sus casas por miedo a los soldados.
Se supo. Porque todo se sabe con el tiempo. Que los autores intelectuales de este crimen fueron unos personajes políticos de Oluta. Que veían como un estorbo para sus intereses la intromisión en la política municipal del tío del Presidente de la República, quien quería imponer como Presidente Municipal de esta villa a un nativo de Acayucan de apellido Alemán. Algunos que estaban señalados como sospechosos se tuvieron que ir a refugiar a la casa de Don Rubén Domínguez en Acayucan. Solo así se salvaron.
Si no hubieran matado a Don Daniel Aguirre, este hubiese conseguido muchas cosas para Villa Oluta a través de su sobrino el Presidente de la República Miguel Alemán Valdés.”
VAYA CASO. |
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