Comentamos que desde el inicio de una administración presidencial inician los sueños de quienes pretenden ser los siguientes en la lista y se asoman a la posibilidad una larga lista de nombres que se van desvaneciendo conforme avanza el sexenio.
Persisten, eso sí, un reducido grupo que se mantiene en el ánimo de los electores de diversos sectores de la población, animados por sus simpatizantes.
Tales son los casos de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, con el añadido de Adán Augusto y Ricardo Monreal, incorporados a la lista oficial a mitad del sexenio.
Sin embargo, otros hombres y mujeres que fueron develados por el propio Presidente de la República no aguantaron el primer soplido y simplemente desparecieron del escenario de la sucesión. Rocío Nahle, Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma, Juan Ramón de la Fuente y otros más no resistieron el primer sondeo.
Y así como emergieron Enrique Alfaro, Cuauhtémoc Blanco y otros más que también pronto se esfumaron, salieron nuevos prospectos, unos respaldados por grupos y otros de motu proprio.
Gerardo Fernández Noroña y Antonio Pérez, de las filas de PT y MORENA, creyeron que siendo estridentes podrían conseguir ser considerados, aunque nadie los tomó en serio.
Manuel Velasco, senador del Partido Verde, intentó moverse en ese terreno y tampoco pudo avanzar, quedando como hace seis años muy lejos de la posibilidad de convertir su sueño en realidad.
Un par de políticos jóvenes vino a suplir la falta de entereza de Enrique Alfaro y a desplazarlo de la posible nominación de Movimiento Ciudadano., Samuel García, gobernador de Nuevo León y Luis Donaldo Colosio hijo, alcalde de Monterrey, crecieron en presencia en el ánimo de los ciudadanos y hoy son tomados en serio.
Por parte de los opositores de MORENA aparecieron nuevos y viejos personajes que en un inicio no pintaban en el escenario de la sucesión.
De algunos de ellos pudiera surgir el candidato de una eventual alianza entre priistas, panistas y perredistas.
Tan solo dieron el anuncio de salida y anótense y cundió la epidemia entre blanquiazules y tricolores, anotándose una larga lista, aunque visto con pocas posibilidades, la mayoría de ellos.
Los panistas elaboraron su lista y anotaron a los gobernadores de Chihuahua, María Eugenia Campos; Querétaro, Mauricio Kuri; Yucatán, Mauricio Vila y descartaron a los de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez y María Teresa Jiménez de Aguascalientes.
Desde la Cámara de Diputados, el eterno aspirante, Santiago Creel, renovó sus votos y la senadora Lilly Téllez sacó su agresividad para buscar la nominación.
El perredismo intentó jugar en la carrera sucesoria y Silvano Aureoles, polémico ex gobernador de Michoacán se auto postuló, sin que siquiera sus dirigentes del partido lo avalen.
Los priistas sacaron una vieja colección de nombres poderosos en el pasado como sus principales cartas: Beatriz Paredes, Claudia Ruiz, Ildefonso Guajardo, José Ángel Gurría, alzaron la mano. De la misma manera lo hizo Enrique de la Madrid con apellido de abolengo y otros dos personajes de apellidos rimbombantes dentro del tricolor también se encuentran en disponibilidad para hacerlo, Alejandro Murat y Alfredo del Mazo.
Sin embargo, dentro de la llamada alianza Va por México, aspiran a encontrar un personaje de la sociedad civil que pudiera encabezar una gran alianza que ponga en jaque al partido en el poder.
La sucesión presidencial se encuentra en pleno apogeo y los nombres cambian y se acomodan, entran unos y salen otros, aunque dentro del partido en el poder el triunvirato de corcholatas se mantiene, con el añadido de un cuarto mosquetero.
Veremos quienes de ellos persisten en los próximos meses en intentar contender por la Presidencia de la República.
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