Reporta el diario El Universal que hay 83 partidos locales en las 32 entidades federativas del país que competirán en los comicios del dos de junio, todos con registro local y acceso al presupuesto.
Chiapas, Puebla, Veracruz, entre otras entidades, son en las que mayor representatividad tienen estos organismos locales que han logrado subsistir a varias elecciones.
La pregunta es, han logrado pervivir basados en sus propuestas o en la popularidad de sus candidatos. Ofrecen un cambio y atraen votos. Nada de eso sucede, los partidos pequeños de nivel local son usados por los partidos grandes o por el propio gobierno estatal, para restar votos a otros partidos y sus triunfos son escasos, aunque consiguen el mínimo necesario para continuar con registro.
Muchos de esos partidos pequeños son cooptados por los grandes para refugio de algunos personajes cuyas cartas credenciales no son aptas para ellos y los derivan hacia esa especie de sucursales.
Y es que e forma similar al concierto nacional, los políticos buscan acomodo en otros partidos, después de que se dan cuenta que se le cerraron los caminos en el organismo político en que militan.
Los próximos días serán de renuncias y afiliaciones de diversos políticos que se consideran con el potencial necesario para ganar una elección y sienten que en sus partidos los menosprecian y no los valoran.
Así ha sido, es y será, ya que la condición humana es previsible. Los políticos buscan refugio en otros partidos, pues saben lo que significa quedar congelados por tres o seis años y no les gusta la frialdad del trato que reciben.
Eso es lo que ha dado margen a la constante rotación de nombres en los diversos partidos y la creación de nuevos organismos, aunque para la elección del próximo año, la ley no lo autorizó, sino será hasta los procesos electorales del 27 cuando se permita la creación de otros partidos políticos.
La proliferación de partidos en México es una constante agravada desde los años 90 del pasado siglo, cuando se abrió con la llegada del IFE (hoy INE) dicha autorización, pocos han sido los sobrevivientes y algunos de ellos han recibido una nueva oportunidad.
Es común que los partidos nuevos se alíen con los de mayor consistencia en una elección presidencial y sean catalogados como rémoras.
El PVEM perdió su registro, pero fue avalado nuevamente y así ha podido subsistir durante los últimos 30 años, al igual que el PT que sufrió lo mismo. El hoy Movimiento Ciudadano se presentará en esta ocasión por vez primera como partido sin alianzas, después de que en sus cuatro anteriores participaciones lo hizo colgado del PRD y en la del 18 sumado también al PAN, lo que le permitió mantener el registro.
El PT siempre pegado al partido de mayor representatividad de la izquierda, primero el PRD y más recientemente MORENA. El Verde en alianza con el PAN en 2000 y las tres siguientes con el PRI y ahora con MORENA.
Hay quienes comparan al PT y al Verde con los ya desaparecidos PARM y PPS, siempre pegados a la ubre del ganador.
En esta ocasión, solamente hay dos partidos con el alto riesgo de perder el registro que son el PRD y el PT, que apenas han sobrevivido en la elección pasada.
¿Será posible que sus alianzas con el PAN y PRI le permitan al otrora sol azteca mantener el registro y al PT en alianza con MORENA y el PVEM hacer lo propio?
La decisión está en manos de los votantes.
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Sin contar todavía con el aval de panistas y perredistas, el aspirante priista al gobierno de Veracruz, José (Pepe) Francisco fue avalado por ciudadanos de esa entidad que no quieren que una zacatecana los gobierne. Rocío Nahle no ha sido bien aceptada en diversos sectores de la sociedad veracruzana, por lo que la contienda se pone interesante.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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