Hace unos cuatro meses un frente opositor que se constituía para los comicios federales de 2024 cantaba victoria anticipada sobre la recuperación de la CDMX (antes DF) por la inminente derrota de MORENA.
Contaban con una candidata que arrojaba buenas expectativas y en las distintas mediciones con los prospectos de MORENA, salían, lo menos, empatados.
Xóchitl Gálvez afloraba como ese personaje curioso que enamoraba a los capitalinos y significaba un oasis para quienes detestan o no están de acuerdo con MORENA y sus proyectos.
La hidalguense con su arrojo y simpatía resultaba atractiva para unos electores que en 2021 llevaron al triunfo de los aliancistas en nueve de las 16 alcaldías de la capital del país.
Ante un panorama intrincado, el partido gobernante comenzó a alentar las ilusiones del secretario de seguridad Ciudadana de la CDMX, Omar García, lo que representaba unas campañas harto interesantes.
De pronto las cosas cambiaron y Xóchitl de ser un prospecto sólido para competir por la capital del país, resultó más atractiva como aspirante presidencial, ante el poco empaque de los aspirantes presidenciales.
La mayor parte de los que alzaron la mano por la alianza resultaban, lo menos, somnolientos, fofos y carentes de simpatías, por lo que voltearon los ojos y convencieron a Xóchitl de aventarse por la grande.
Fácilmente la hidalguense derrotó a esos personajes sin empaque ni carisma y el ya constituido Frente Amplio por México consiguió una candidata presidencial menor y se perdió de una probable ganadora de los comicios en la CDMX.
Ahora, los del Frente Amplio pagan las consecuencias, no encuentran nada atractivo entre el racimo de prospectos que ansían la candidatura para la CDMX.
Políticos de poco peso, personajes anónimos y alcaldes con algo de resonancia en sus comunidades, forman un grupo disímbolo de prospectos, entre los que, seguramente, surgirá el abanderado que se enfrentará en las urnas a un robustecido y consolidado frente de partidos que conjuntan mejores candidatos, grandes cantidades de dinero y, sobre todo, el poder de las altas esferas gubernamentales.
Quién resulte ganador de la nominación de MORENA, Verde y PT, saldrá con una amplia ventaja, por llevar mucho camino recorrido, mientras en la oposición no encuentran el método para seleccionar a su abanderado.
Hasta ahora son muchos decires y pocos actuares. Una enorme lista de personas repite una y otra vez que esperan la candidatura, aunque les faltó mencionar que la esperan sentados, para no cansarse.
Lía Limón, alcaldesa de Álvaro Obregón; Santiago Taboada, alcalde de Benito Juárez y Mauricio Tabe, alcalde de Miguel Hidalgo amagan con sus intenciones, como también lo hacen Luis Espinosa Cházaro, diputado federal, Adrián Ruvalcaba, alcalde priista de Cuajimalpa. Kenia López Rabadán, senadora panista y algunos otros más.
De todos ellos no sale uno sola o sola aspirante con el arrastre suficiente para poner en jaque a quien resulte ganador de Omar García y Clara Brugada.
La hazaña de 2021 se ve difícil repetirla y resulta complicado apostar por la anhelada recuperación de la CDMX y más hacerlo cuando los del Frente Amplio por México parecen adormilados.
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Este fin de semana MORENA dará a conocer los nombres de quienes participarán en la final de los nueve estados por la candidatura al gobierno estatal. Hasta ahora son cuatro mujeres y cinco varones, pero el INE quiere invertir los números. Hay cierta expectación sobre lo que sucederá con personajes como Alejandro Armenta, Ignacio Mier, Mónica Fernández, Eduardo Ramírez, Lucy Meza y Jorge Carlos Ramírez, quienes no resultaron seleccionados entre los cuatro semifinalistas de sus respecticos estados y se corren apuestas sobre si alguno de ellos se atreverá a dar el brinco hacia la oposición. Curiosamente cinco de esos seis personajes son senadores y guardaron cercanía con Ricardo Monreal, por lo que algunos señalan que esa es su pesada carga-
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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