El bastón de mando entregado por el Presidente López Obrador a Claudia Sheinbaum parece ser real y la futura candidata presidencial ejerce la magia del poder político dentro del partido en que milita.
Sus primeras acciones muestran a una mujer decidida, activa y estratega en el ámbito político, donde sus dos primeras acciones parecen encaminadas a fortalecer su campaña electoral.
De inicio de cuentas, destapó la eventual candidatura de Omar García al gobierno de la capital del país, lo que dejaría sembrada a su principal activo político en la CDMX, Clara Brugada y conminó a Marcelo Ebrard a sumarse a su candidatura y evitar romper con el Movimiento que ahora encabeza ella.
Lo de Omar llama poderosamente la atención, ya que es un personaje distante de lo que pregona el Ejecutivo federal que ve en la persona del ex jefe policíaco toda una leyenda negra, la que va desde sus propios antecedentes, pasando por la historia familiar.
Es sabido que Omar fue un colaborador cercano (aunque no de primera línea) de Genaro García Luna y que como tal actuó en diversas comisiones durante el gobierno de Felipe Calderón y hasta se le trató de vincular con la desaparición de 43 jóvenes en la noche de Ayotzinapa. Por menos de eso el Presidente descalificó a otros personajes que trabajaron dentro del cuerpo policíaco que encabezó García Luna.
Pero la historia personal de Omar García se forja con la leyenda negra de sus ancestros, donde su abuelo, su padre y su hermano, tiene historias de esas que erizan la piel del Ejecutivo federal.
El ahora ex jefe policíaco es nieto del divisionario Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional relacionado con el movimiento represor del 68, donde algunos lo exoneran, pero otros lo ubican como gestor de la matanza del dos de octubre, ya que las tropas estaban bajo su mando.
García Barragán fue gobernador de Jalisco y después de eso se unió al grupo que empujaba la candidatura presidencial de Miguel Henríquez Guzmán, la que fracasó en las urnas, pero en la que asomaba un joven Javier García Paniagua.
Precisamente su padre, Javier se le ubica también dentro del grupo de represores que tanto deslegitima el Presidente López Obrador, ya que fue director de la tenebrosa Dirección Federal de Seguridad (DFS), el grupo policíaco de información, infiltración y supuesta inteligencia que creó Miguel Alemán en los años 40 y que en los tiempos de García Paniagua combatía la guerrilla y otros grupos, con acciones terroríficas. Después de eso fue senador, presidente del PRI y aspiró a una candidatura presidencial a la que nunca tuvo acceso, terminando su carrera política como director de la policía del Distrito Federal.
Las historias familiares no se detienen ahí, ya que su hermano Javier García Morales, mantenía nexos oscuros en Jalisco y Colima, tanto así que fue asesinado en Guadalajara, crimen que se vinculó con posibles represalias de los grupos con los que mantenía relaciones.
Sin embargo, en descargo de Omar García hay que establecer que a su abuelo no lo conoció y con su hermano Javier guardaba una relación distante, por ser producto de relaciones distintas de su padre.
Omar no puede cargar con culpas del pasado de sus familiares, pero si de las propias que no han sido aclaradas realmente, aunque él se deslinda de una supuesta amistad con García Luna y sus mandos policíacos.
Veremos que tan real es el bastón de mando de Claudia y si puede imponerse sobre esa urticaria que siente el Presidente sobre García Harfuch.
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Se congestiona la ruta de la candidatura al gobierno de CDMX, Omar García, Ricardo Monreal, Clara Brugada, Mario Delgado y varios más alzan la mano por la candidatura de MORENA. Del otro lado los personajes se ven demasiado pequeños: Santiago Taboada, Lía Limón, Adrián Ruvalcaba…Día crítico para la 4T y a esperar la decisión de Marcelo Ebrard y si acepta la mano tendida de Claudia Sheinbaum y procede a una negociación conveniente para él y sus seguidores.
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