Todo parecía hecho a la medida. El surgimiento de Xóchitl como una figura política espontánea, decidora, frontal, retadora, maledicente y echada para delante, cayó como anillo al dedo entre un electorado sumamente aburrido por las campañas anticipadas.
Xóchitl subió como la espuma, se empoderó, el golpeteó presidencial la fortalecía, principalmente por las respuestas rápidas de la senadora que saltaba retadora. Nadie en todo el sexenio había hecho algo similar, enfrentar al Presidente y su poderoso aparato de comunicación y difusión.
Sus salidas a los estados eran apoteósicas, la gente se reunía a su alrededor no había necesidad de acarreos como en otros frentes políticos.
Fácilmente consiguió las 150 mil firmas y las superó con creces para el registro como aspirante a coordinar al Frente Amplio por México.
Ese fue el primer filtro y saltaron entusiasmados miles de electores que consideraron que los opositores del gobierno tenían ya una candidata.
Se redujo la lista y quedaron solamente tres que participarían en cinco foros para exponer sus ideas, que no propuestas. Fue aquí donde Xóchitl comenzó a desbarrar, se vio que su surgimiento espontáneo no tenía sustento (cuando menos hasta ahora) y que la peleadora callejera se desinflaba, ante la falta de argumentos sólidos.
La hidalguense ha cometido una serie de errores que mantienen en vilo su posible triunfo. Xóchitl emergió como una guerrera y se elevó a la estratósfera, pero le faltó humildad, se envalentonó y cayó en la descalificación de los partidos, olvidando que serían ellos los que la promuevan como candidata.
Xóchitl carece de sentido de pertenencia, ya que no milita en ninguno de los partidos, a los que ve, simplemente como un instrumento que la eleve a los niveles necesarios, sin comprometerse con ellos.
Carece de formación partidista, por lo que Beatriz Paredes, su adversaria priista la rebasa fácilmente en los foros en que participan, en los que la senadora Gálvez ha incurrido en algunos errores.
Xóchitl decrece y Beatriz crece y se fortalece en un método de elección que tiende a beneficiar a la priista.
Beatriz es conocida como una profesional de la actividad política: cuatro veces diputada, dos veces senadora, embajadora en Cuba y Brasil, gobernadora de Tlaxcala a los 34 años, dirigente nacional del PRI. Tres veces respondió a un informe presidencial y subsecretaria en algunas dependencias del gobierno. Paredes es vista con aprecio por los ciudadanos de mayor edad, por lo que tendrá que convencer a los jóvenes de quien es ella.
El último tramo de la contienda opositora se divide en dos partes: la primera, son dos encuestas una telefónica y la otra en vivienda de la que surgirá un 50 por ciento del resultado final, la segunda es de votación directa el 3 de septiembre, que aportará el otro 50 por ciento.
Hay quienes se hacen cruces y sacan cuentas alegres y establecen que, si una o uno gana las encuestas y el otro u otra la votación, vendría un empate, pero no será así. Existe un comité técnico de ciudadanos expertos electorales, sin filiación partidista, que será el encargado de dirimir esta controversia, ya que el 30 por ciento de la encuesta es la telefónica y el 70 por ciento la de vivienda.
En los equipos de las dos principales candidatas hay confianza en que las encuestas saldrán favorables para su equipo. Beatriz mantiene confianza y Xóchitl confía en que sus dimes y diretes con el Presidente le den el respaldo necesario para ganar el 3 de septiembre y emerger como la candidata del Frente Amplio por México.
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Sasiel de León, coordinadora de los senadores del PES crece como prospecto para la nominación de MORENA al gobierno de Chiapas, luego de que Zoé Robledo anunció que se baja de la contienda interna, para quedarse al frente del IMSS, por toda la administración del Presidente López Obrador. Eduardo Ramírez, coordinador de los senadores de MORENA es otro de los aspirantes, aunque a Sasiel le beneficia el hecho de ser mujer, pues son cinco candidatas en nueve entidades, las que habrán de competir.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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