Durante las últimas décadas, las encuestas son esperadas en todos los procesos electorales para dar una idea de las posibilidades que tiene cada candidato o candidata de ganar en las urnas.
Son muchas y muy variadas las encuestas y sondeos que circulan profusamente desde el momento mismo en que se inicia el año electoral, sin que ello signifique la certeza de las mismas.
Se trata de radiografías del momento, lo que no indica que se harán realidad el día de los comicios y mucho menos garantiza el triunfo de x o y aspirante.
El gusto de los candidatos por recurrir a estos métodos hizo que las casas encuestadoras se multiplicaran y en cada proceso electoral nacen unas y desaparecen otras.
Cada proceso electoral, especialmente los federales y los de gobiernos estatales quedan evidenciadas una multiplicidad de encuestadoras, cuyas cifras distan mucho de una cercanía de los números que arrojan las urnas.
Con todo y ello, los sondeos y encuestas circulan al por mayor y cada quien las usa a favor suyo y en detrimento de sus adversarios.
El último ejemplo de las fallas de las casas encuestadoras se produjo el año pasado, cuando los especialistas en esas áreas notificaron que la diferencia entre la morenista Delfina Gómez y la priista Alejandra del Moral era de veinte puntos, lo que se estuvo machando y recalcando todo el tiempo de campañas, con saldo favorable para la primera.
Lo que sucedió con los resultados fue alarmante, solamente tres casas encuestadoras de las dos docenas de empresas que hicieron los levantamientos se acercaron a los números reales.
Esas tres casas encuestadoras fueron festejadas, ya que se acercaron a los ocho puntos de diferencia y no a los más de veinte que supuestamente llevaba la hoy gobernadora del Estado de México.
Y es que la mayoría de las encuestadoras trabajan a gusto del cliente, tal como sucede en la actualidad en que los fríos números hablan de una diferencia abismal entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Los operadores de la primera dan como ciertas las cifras de las encuestadoras que trabajan para ellos, mientras que las menos le endulzan el oído a Xóchitl dejándole en claro que la diferencia es de diez o doce puntos y algunos llegan a manifestar que son cinco o seis puntos.
Las incongruentes cifras muestran que una vez más la mayoría de las casas encuestadoras no dicen la verdad y prefieren ganar dinero que dar una clara idea de cómo marchan las cosas.
Recientes encuestas reflejan que, en Puebla y Veracruz, los aspirantes de Morena, Alejandro Armenta y Rocío Nahle, respectivamente, sacan diferencia de dos a uno a Eduardo Rivera y Pepe Yunes, tal vez para proporcionar a sus contratantes una cierta tranquilidad que parece lejana de la realidad. Armenta cuenta con una amplia ventaja en las distintas zonas del estado, mientras que Rivera tiene su acumulado en la zona urbana de Puebla, que reúne a los ayuntamientos de la capital, San Pedro y San Andrés Cholula; Atlixco y San Martín Texmelucan, que reúnen un conglomerado superior al 50 por ciento de la población, por lo que la elección se puede emparejar. En Veracruz, hay un sentimiento regionalista que circula rápidamente por todo el estado y que refleja el rechazo a la procedencia zacatecana de Rocío Nahle.
Habrá que ver como reaccionan otros estados no han quedado conformes con los candidatos propuestos por uno y otro partido, sin tomar tan en serio a las encuestas.
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Dentro de los rostros frescos que puede presentar MORENA en la CDMX, destaca el de Pedro Haces, un joven abogado (28 años) que busca la nominación en la alcaldía de Tlalpan. Contrasta notablemente con Dolores Padierna, que nuevamente busca la candidatura a la alcaldía de Cuauhtémoc…Finalmente terminaron las precampañas y ahora las dos candidatas y el candidato presidencial deberán dedicar su tiempo a desarrollar los puntos finos de lo que serán sus campañas, las estrategias y propuestas que presentarán y armar sus trabucos que los catapulten hacia las preferencias electorales.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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