Desde que, en 1997, el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) recupero su espíritu democrático con la elección de Jefe de Gobierno, solamente en una elección presidencial ganaron al unísono los candidatos de un mismo partido la Presidencia de la República y la Jefatura de Gobierno.
Eso ocurrió en 2018, cuando en la misma jornada electoral el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador y la aspirante a Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum salieron victorioso en la misma jornada del primero de julio.
Antes de ello, el panista Vicente Fox ganó la presidencia y Andrés Manuel López Obrador, del PRD, el gobierno del entonces Distrito Federal. Seis años más tarde, Felipe Calderón del PAN ganó la presidencia y Marcelo Ebrard del PRD conquistó el Distrito Federal. Un sexenio después, Enrique Peña Nieto del PRI venció en la contienda presidencial y Miguel Ángel Mancera del PRD se quedó con el DF.
Fue hasta 2018 que al mismo tiempo el candidato presidencial y la abanderada a CDMX de MORENA ganaron la contienda. De esa forma Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum gobernaron con los mismos colores y siglas.
En ese entonc4es el PRD era una máquina bien aceitada que ganaba los comicios locales y mantenía mayoría en las delegaciones (hoy alcaldías) y en la Asamblea Legislativa.
Hoy el PRD es un cartucho quemado que perdió el respaldo de los habitantes de la capital del país y la mayoría de sus militantes se agolpó en MORENA. El PRD forma parte de una alianza opositora que conforma con el PAN y PRI, siendo el eslabón más débil.
Esa alianza compite con otra, en la que MORENA es el partido fuerte y se enfrentarán por la presidencia de la república y el gobierno de la CDMX.
La contienda en la CDMX se muestra más pareja que la presidencial con los candidatos de MORENA y aliados, Clara Brugada y el del frente opositor, Santiago Taboada, con una diferencia de menos de diez puntos, favorable para la exalcaldesa de Iztapalapa.
Y es que los resultados electorales del 21 hicieron renacer la confianza a diversos sectores de ciudadanos de que en esta ocasión se puede arrebatar este emblema de la izquierda que ahora detenta MORENA.
Será la primea ocasión en que compitan panistas y priistas juntos con los restos del perredismo y pudiera ser que la suma de sus votos los vuelva competitivos.
En el año dos mil, AMLO ganó a Santiago Creel por 200 mil votos, sumados los 900 mil que tuvo el priista Jesús Silva Herzog habrían arrasado. En 2006, Marcelo Ebrard obtuvo poco más de dos millones 200 mil votos, con los sufragios de Demetrio Sodi y Beatriz Paredes juntos, habrían rebasado por cien mil votos al entonces perredista.
En 2012, Miguel Ángel Mancera ganó el Distrito Federal con el porcentaje más alto habido 63 por ciento y tres millones de votos, por lo que la suma de los votos de Beatriz Paredes e Isabel Miranda no les alcanzarían para nada.
2018 trajo el triunfo de Claudia Sheinbaum con una baja en la votación de seis años antes, ya que solamente consiguió dos y medio millones de votos, aunque la suma de los votos de Alejandra Barrales del PRD y PAN, además de los de Mikel Arriola del PRI no hubiesen bastado para ganar, ya que habrían sumado 2 millones 200 mil sufragios.
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Llegan los días festivos y en el Congreso de la CDM se vive el temor de que los diputados de la mayoría den un albazo y ratifiquen a Ernestina Godoy como Fiscal de la capital del país. En Morelos los diputados locales se negaron a desaforar a Uriel Carmona como Fiscal del estado… Que siempre si, Adrián Ruvalcaba acabó sumándose a la campaña de Claudia Sheinbaum y renuncia al PRI.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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