Los maledicentes y malquerientes del Presidente López Obrador lo han soltado desde hace mucho tiempo como un fuerte rumor, el que ha ido creciendo conforme se acerca el tiempo de la sucesión presidencial.
Varios Presidentes, en su momento, dejaron correr el mismo rumor, aunque los astros no se alinearon y quedaron con un palmo de nariz. Rumores se escucharon sobre Miguel Alemán, Luis Echeverría, Carlos salinas de Gortari y algún otro que albergaba esa malsana intención.
Pero aquel entonces, ningún personaje cercano a los Presidentes en turno se atrevió a soltar tal idea, que resulta aberrante en un país en el que la reelección provocó dos revueltas y el consiguiente derramamiento de sangre.
Sin embargo, ahora un personaje cercano al afecto presidencial, senador de la república y padre de una gobernadora soltó la lengua, no se sabe si por mutuo propio o por encargo de alguien más y convocó a la reelección del actual Ejecutivo federal.
La propuesta de Félix Salgado Macedonio versa sobre la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador se reelija, una quimera, algo alejado de dicha posibilidad, toda vez que para ello se requiere de una reforma constitucional y los que apoyarían dicha idea no reúnen el consenso necesario para ello.
Para aprobar una reforma constitucional se necesitan las dos terceras partes de diputados y senadores, algo que dista mucho de alcanzar, por lo que algunas reformas como la eléctrica y otras más, seguramente, no se podrán concretar como se presentaron.
Lo de Salgado Macedonio debe ser tomado como una pésima broma, toda vez que la reelección es uno de los preceptos que suenan casi imposible de adoptar en una nación que como México sabe lo que sucede cuando se recurre a una reelección.
Tres ejemplos de ellos son la rebelión de La Noria, donde Porfirio Díaz combatió la reelección de Benito Juárez y aunque fracasó en su intento, quedó registrado en la historia, aunque después el propio Díaz Mori fue el responsable de no respetar dicho ordenamiento.
Tocó el turno a Francisco Madero levantarse en armas, convocando a una revolución que dejó un saldo superior al millón de muertos y que duró casi veinte años, hasta que se pudo apagar la llama revolucionaria.
Dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena y a Plutarco Elías Calles se le ocurrió la idea de enmendar la Constitución con un añadido para la reelección, para favorecer a su amigo Álvaro Obregón, quien sin grandes problemas electorales ganó las elecciones, aunque el saldo de muertos y levantamientos fue elevado.
Obregón ya había triunfado en los comicios de 1928, cuando fue asesinado en plena luz del día y ante la presencia de sus simpatizantes por un dibujante, en lo que fue calificado como crimen religioso, aunque quedó la incógnita si más bien había sido por su intentona de reelegirse.
Por eso, se realizó una nueva enmienda a la Constitución, estableciendo el impedimento para la reelección en el caso de Presidente de la República y gobernadores.
Por supuesto que se han realizado modificaciones en ese sentido sobre cargos que no podían ser reelectos como los de alcaldes, diputados y senadores, que ya existían, aunque no de forma continua como ahora.
Claro que, con esas modificaciones, el clausulado de la Constitución se podría modificar nuevamente, aunque, como dijimos antes, se requiere de las dos terceras partes de los legisladores para conseguirlo, algo que se ve distante en este momento, aunque existe la posibilidad de que uno de los partidos de oposición decida darse un tiro en el pie.
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Finalmente, los partidos de la alianza Va por México (PRI, PAN y PRD) decidieron no avalar la reforma eléctrica presentada por MORENA y presentaron una contrapropuesta de doce puntos. Esta iniciativa da garantías a las inversiones mexicanas y extranjeras, además de proponer una tarifa gratuita para hospitales público, guarderías y poblaciones rurales…Con gran ánimo inició una difícil prueba para ella y su partido, Leslie Hendricks, quien compite por el gobierno de Quintana Roo, con las siglas del PRI.
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