Estados Unidos, el país que no atiende, ni por asomo los derechos humanos y que no acepta las resoluciones de organismos internacionales , es hoy el garante de la libertad y democracia en el mundo, de ahí que con su única razón, que es la fuerza irracional, ubica a un delincuente y neofascista como John Bolton, en el encargado para que masacre al pueblo venezolano, ante la resistencia que se dejará sentir, pues es el mismo personaje que aplicó en la lucha sandinista de los Irán- contra en Nicaragua.
El gobierno legítimo de Venezuela se enfrenta a una encrucijada,- ante la colusión que se da entre los gobiernos satélites del imperio-, o abandona los principios constitucionales, para dar paso a la ilegalidad, o actúa como en su tiempo lo hizo el presidente Juárez en México que, ante la embestida de la derecha que va a la búsqueda de un emperador a Francia con la intervención de la fuerzas extranjeras, y tres años después, para fortalecer la república ,en el Cerro de las Campanas, son fusilados Maximiliano, Miramón y Mejía, dejándose un ejemplo de dignidad nacional.
Existe mucha similitud o paralelismo entre aquel hecho bochornoso que vivió nuestro país con lo que sucede en la Venezuela de hoy, pues la aceptación de los gobiernos extranjeros de aceptar la legalidad de un congreso que está en desacato a la constitución., habla mucho de la irresponsabilidad para orillar a un pueblo a un enfrentamiento por la ambición de la riqueza petrolera y sus bienes que le urge al imperio aprovechar en su beneficio, en detrimento de una nación independiente.
El exigir que el gobierno de Maduro abandone el cargo de presidente constitucional electo democráticamente, habla de la irresponsabilidad extrema de una oposición que desconoce su propia legitimidad, cuando ella misma es producto del sistema electoral vigente en ese país y que, además, estando en abierto desacato a lo ordenado por el máximo tribunal de justicia, actúa en rebeldía extrema y sus actos son nulos, no tienen validez , por eso acude a la complicidad de los países extranjeros para ahondar en la crisis interna, que es propiciada y alimentada por el gobierno de los Estados Unidos.
Cual vulgares traidores , esa oposición, que se dice servir a su país, será responsable históricamente del baño de sangre que puede abonar a su suelo de tantos inocentes , si es que se da la intervención armada ordenada por Trump , al toparse con un ejército y un pueblo que defenderá su soberanía que, como lo fu el caso del presidente Juárez, que en ningún momento decayó el ánimo y lo mismo, en la batalla de Puebla , el 2 de abril y en el Cerro de las Campanas en Querétaro queda sellado para siempre el apotegma de que “ entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Se está a tiempo de reflexionar la magnitud de lo que puede suceder, si Estados Unidos quiere hacer lo mismo que ha hecho en otros países y apoyar a un farsante impostor autoproclamado
presidente interino ante un gobierno constitucional que esta cobijado en las leyes que rigen esa nación, pues no existen antecedentes en el Colegio Electoral o en el Tribunal Superior de Justicia de inconformidades o impugnaciones contra ese proceso que aúpa para un nuevo mandato al presidente Maduro, sin embargo, esperamos que los acontecimientos futuros no nos sorprendan.
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