JOSE LIMA COBOS*
Tan fácil era, claro,- si no existiera sensibilidad política o se fuera un ser humano descarnado y sin sentimientos-, que los cadáveres de los mineros de pasta de Conchos siguieran sepultados en la vida corrupta y corruptora que se ha vivido en la voracidad y el saqueo a la nación, que el presidente de la república, Andrés López Obrador guardara y cargara , en el silencio cómplice con el homicidio industrial del depredador Germán Larrea y todo quedaría en calma, pero después de más de dieciocho años, los familiares de esos trabajadores tendrá n el descanso que da la certidumbre, aunque el dolor perdure, gracias al un esfuerzo que descomunal, merecido en un gobierno que se obliga a proteger a sui pueblo y defender sus derechos.
Este hecho criminal ha quedado en la impunidad, hasta ahora, pues el concesionario de esa mina que está en Coahuila , está protegido por más de cuarenta mil millones de dólares que acumula en su fortuna Larrea y que, sin duda, es ´producto de la gran corrupción . consecuencia lógica de las concesiones que se han entregado , de manera descomunal y despiadada , desde el día en que Carlos Salinas de Gortari, beneficiario del fraude del 88, lo llevó al gobierno para destruir al país y crear las condiciones para que la riqueza de la nación se ubicara en pocas manos y, después de él, el diluvió que desde ese año ha alimentado y alentado la corrupción, comenzado por la destrucción del ejido y en perversidad extrema, estableciendo el orden jurídico proclive para someter al mercado el patrimonio de la nación y de ahí hacia delante con Zedillo, Fox, Calderón y Peña y, aunque se diga que todo es culpa del pasado, nada es más elocuente con la crisis que vive la nación.
Larrea, al igual que los veinte o treinta enriquecidos con concesiones, de carreteras, trenes, agua , petróleo, electricidad y lo inimaginable y beneficiado con el Fobaproa o los afores que administran los bienes de los trabajadores, solo queda el camino de la reivindicación social que solo se logra cuando la ciudadanía despierte bien del todo, y pueda tener el control, alejando la discriminación, el racismo, el clasismo y la explotación desmesurada de las grandes mayorías que viven en la miseria, pues , si como ve, llegaran a regresar con toda la fuerza que da el dinero para desinformar, las ganancias serán pírricas si continua la desesperación , bien por el cambio climático o la concentración de la riqueza en pocas manos.
Si los 65 trabajadores sepultados en Pasta de Conchos hablaran , dirían en que condiciones hacen su trabajo y la corta vida que tienen por delante, por las condiciones que se dan en ese tipo de actividad que, el gobierno no vigila , como no lo hace con los otros trabajadores y si las percepciones son miserables, la complicidad corruptiva del Estado es exponencial , ante las
canonjías en que se ven vinculados los servidores del Estado que no responsable a los reclamos de los trabajadores por aquello de que crean empleos empobrecedores y que ahora con el Tratado de Libre Comercio obliga a la competencia y de ahí que ahora el salario mínimo sirva para más o bien las pensiones y apoyos del Estado que le dan más movilidad a la economía.
Cuando vemos que desde Fox, están sepultados los mineros y llego el humanismo de un gobierno que siente el dolor ajeno, se empieza u rescate que , si desde entonces no se hizo, es por la complicidad de ese gobierno, y los que vinieron después, Calderón y Peña si no es hasta ahora en que se medio hace justicia, cuando existen responsables que nada hicieron y este gobierno viene a demostrar que se pudieron salvar vidas , sin embargo el pretexto es que fue una explosión por exceso de gases y se va demostrar-al tiempo- que todo fue complicidad o corrupción del gobierno en turno.
Los 65 mineros sacrificados, dan cuentan de la verdad, cuando se conozca , en forma completa el peritaje que arroje que existió negligencia criminal, es decir, procede castigar al responsable de ese crimen, al igual que a los responsables de la guardería concesionada, donde hay más de cuarenta niños que piden justicia, se castigue a los de Ayotzinapa, Atenco,y que se logre que los cuarenta privilegios de los ministros de la suprema Corte sean sepultados para siempre, para afirmar al fin, se logro algo y vendrá lo mejor porque el presupuesto alcanzará para más y no se refugiará en las minorías rapaces y demoledoras de la nación, pues si no hay justicia y reparto justo de la riqueza para todos la intranquilidad no podrá alcanzarse para nadie.
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