Es incuestionable que con el aval cómplice o complaciente de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el atraco y saqueo de los recursos del país han encontrado el éxito de que las privatizaciones se vayan consolidando y lo serán más, si, como quiere la oligarquía, que la democracia que se viva en el país sea simulada, como ha funcionado y que, con un cambio pacífico, como el que se está promoviendo, no revolucione la conciencia de la sociedad, es decir que el pueblo no se adentre en el conocimiento de hacia donde se quiere ir, como el bienestar para todos y no para la minoría rapaz que cuenta con el beneplácito del poder judicial, en consecuencia que se diga que todo es para el pueblo, sin el pueblo.
Si se quiere un cambio en el Poder Judicial de la Federación, ello se alcanzará cuando quienes integren ese poder, sean producto de la voluntad ciudadana y no de las componendas que se maniobran entre el presidente de la república con los intereses creados, esto es que la nación marche de tal manera que, si existe la revocación del mandato, se pueda extender a todos los niveles de manera que nadie se sienta indispensable para estar en el gobierno y se termine esa corrupción que impera en que exista un gobierno de enriquecidos con los recursos de la nación, en tanto el pueblo carezca de lo indispensable.
Lo que se busca es que, jamás y para siempre, los privilegios de las minorías se extingan, de tal forma que se gobierne obedeciendo, como postulaba el presidente Juárez, de ahí que es espeluznante y vergonzoso ver que los ministros de la corte manipulen a su personal para que paralicen sus actividades, cuando el sentimiento nacional es en su contra, porque está demostrado que la justicia siempre ha estado, al servicio del mejor postor o de los intereses de las minorías enriquecidas al amparo de la explotación o atraco, –por lo general en base a privilegios que provienen de gobierno, verbigracia de las concesiones en carreteras, puentes, cárceles, hospitales o bien edificio para las llamadas ciudades judiciales que no son otra cosa que edificios muertos que sirven para mantener en el pueblo que existe una autoridad que lo defiende y protege–.
El presidente López Obrador aplaude que los trabajadores del Poder Judicial se manifiesten de manera libre, –este hecho es histórico que el Poder Judicial salga a la calle y existe la garantía de que no serán reprimidos por la fuerza del Estado–, sin embargo, se les advierte que no se dejen manipular, porque es bien sabido –es del dominio público– que los jueces, magistrados y ministros cuando llegan a esos cargos, se aprovechan de vicios graves y punibles que existen en su interior, –acoso sexual, influyentismo, amiguismo , etcétera– pero que no se castiga y, –de manera enunciativa no limitativa, por no ser el único- está el caso del Ministro en retiro Góngora Pimentel, que se unió a una persona, colaboradora en la Suprema Corte y se generó el escándalo de esa relación, y se dice, que no es el único, luego entonces, se da la razonable sospecha de que los chantajes están a la vista y las presiones están a la orden del día, lo que lleva a pensar que el Estado Mexicano está constituido de bandidos contumaces.
Todo lo ampara la corrupción –que ahora es delito grave y que será difícil que se aplique a la oligarquía–pues si se resisten los actuales funcionarios de ese poder a observar las mismas reformas que hizo el ex panista Felipe Calderón de Hinojoza –ahora refugiado en España, al amparo de la empresa de energía eléctrica que el prodigó con contratos y concesiones, al igual que Zedillo, con los ferrocarriles nacionales que privatizó para luego enganchase, como cualquier gañan a su servicio en Estados Unidos y en abono a su patriotismo glorioso–, es el mismo que generó el Fobaproa –convirtiendo las deudas privadas de atracadores y saqueadores nacionales y extranjeros, en deudas perennes para los mexicanos– menos van aceptar que se aplique el artículo 127 Constitucional que Calderón promovió para que ningún servidor público gane más que el presidente de la república ni existan privilegios, luego entonces, el manipuleo con los trabajadores del Poder Judicial viene de la presión de los ministros, jueces y magistrados, porque se conoce de lo que son capaces, cuando ninguno –raras excepciones– se atienden los hostigamiento de que son víctimas los empleados que están luchando para sí, sino para que sus jefes mantengas los privilegios como percibir de manera extraordinaria treinta mil pesos para comidas y cuarenta mil pesos para alimentos que no tiene justificación alguna.
Si está probado y evidenciado que existen miles de personas en prisión, de ahí que el presidente López Obrador ve con buenos ojos que los trabajadores se mantengan en paro, pues al fin y al cabo la injusticia no se remedia, luego quiere que los jueces, ministros y magistrados, salgan a la calle para que se les borre de su cara el color burocrático que tienen, pues apoltronados en sus escritorios no creo que se les cambie y más que nada para que se les conozca y no estén sumidos en su anonimato, si se conozca que se reclama.
De las reformas criminales que se han hecho a la constitución y que los ministros no han visto, aunque haya señalamientos, destacan, por ejemplo, las privatizaciones en materia agraria –destrozó al ejido–, la eléctrica, donde cuarenta mil trabajadores mando a la calle Calderón y otras tantas, –aproximadamente 136 reformas de fondo– que por vergüenza no reproduzco, pero que no vengan con el cuento de que son guardianes de la constitución, por el contrario, solapadores y beneficiaros de los recursos de la nación y proclives a privilegios que son execrables.
Cómo olvidar el Fobaproa o el anatocismo que avaló la corte en contra del pueblo de México, por eso es, por demás deleznable que los trabajadores de ese poder se exhiban, lo que quiere decir que así como los ministros no tienen dignidad ante las denuncias que un día si y otro también, el presidente de la república los señala como un poder judicial podrido y nadie renuncia por dignidad como lo hizo el ministro Vázquez del Mercado que, siendo presidente de la república Portes Gil, le presentó su renuncia donde le manifestaba que lo hacia por dignidad ante las violaciones a los amparos concedidos por los jueces, sin olvidar tan poco que en el escrito enviado al senado de la república para que conociera de esa renuncia, se aclaró que se le aceptara pero por indigno y así consta en los anales de la propia Corte.
Si ese hecho histórico debe ser motivo de orgullo de los ministros, que se espera de los actuales para no hacerlo de igual forma para salvar su dignidad y decoro, solo que hoy se piensa más en la placenta que abunda desde el gobierno de la república para vivan con esos recursos que son del ´pueblo y solo fluyen para su enriquecimiento espurio. La dignidad no existe, como se ve , menos la moral pública les es ajena, solo piensan en su conveniencia , porque con menos de lo que los acusa el presidente de todos los mexicanos, cualquier hijo de vecino hubiera tirado la toalla y abandonado el espacio para que arriben personas con principios y un poco de vergüenza .
Decir, por ejemplo , que el líder sindical de la Corte está abonando a la defensa de los sindicalizados, es tan farsante como la impunidad en que vivió Deschamps por más de veinte años en Pemex , hasta que la muerte llegó , ah, pero si se abriera una investigación, se vería el nivel de corrupción en la vivió y sin duda es secundado por demás bribones que, al primer grito ahuecan el ala, si de por medio está la cárcel, lo que es una referencia obligada.
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